Lubasa se desentiende del negocio inmobiliario y Mosaiq se queda con la filial del grupo

2/01/2019 - 

CASTELLÓN. El negocio de la promoción inmobiliaria no interesa a la familia Batalla. Según han detallado a Castellón Plaza fuentes conocedoras del proceso, la promotora de Mosaiq, Lubasa Desarrollos Inmobiliarios, no ha entrado en el acuerdo entre la familia castellonense y el grupo por el cual la división de Construcción y Servicios (conformada por Becsa, Durantia, el área de materiales, Indertec, Área Desarrollo y Casva) ha vuelto a manos 100% castellonenses.

Y es que el objetivo de los Batalla es continuar incidiendo en el área de construcción, ya sea a través de infraestructuras, edificación u obra civil, pero siempre que sea otro quien actúe como promotor, señalan las fuentes. Esto deja en una situación delicada a Lubasa Desarrollos Inmobiliarios, ya que Mosaiq (del que la familia Batalla sigue siendo copropietaria al 50%) queda actualmente conformado como un grupo eminentemente ambiental, una vez desprendido de las ramas azulejera, de construcción y servicios. Así, en el grupo al que llegó en 2017 Atitlan quedan como enseñas cabeceras Centre Verd, Tetma y Reciclados Palancia Belcaire (RPB).

Ya en el pasado, desde la propia compañía se había expresado que sus áreas estratégicas eran otras diferentes a la inmobiliaria, fundamentalmente construcción y medio ambiente. De hecho, el propio informe de gestión incluido en las cuentas del año pasado de Lubasa Desarrollos Inmobiliarios ya dejaba entrever movimientos, al señalar que para el 2018 "espera haber finalizado el proceso de restructuración y posicionarse en el mercado de acuerdo a los planes de negocio fijados por el grupo al que pertenece". 

Vuelta a beneficios

En ese 2017, Lubasa Desarrollos Inmobiliarios cerró el año con un beneficio de 68 millones de euros. Lo hizo después de reducir drásticamente su cifra de negocios, hasta los 3,1 millones (frente a los 15,9 del año anterior). Y es que los ingresos llegaron, en dos tercios del total, de un retorno de 42,3 millones en base al impuesto de sociedades, según recogen las cuentas de la compañía para el año pasado, que han sido recientemente depositadas en el Boletín Oficial del Registro Mercantil. Estos resultados se producen después del proceso de refinanciación del grupo, que inyectó un año antes 40 millones en Lubasa Desarrollos Inmobiliarios desde otras empresas, lo que llevó a la inmobiliaria, en aquel 2016, a alcanzar unos beneficios de 62 millones, frente a las pérdidas de 15 de un año antes. 

Así las cosas, según recoge el Informe de Gestión que acompaña a las cuentas, los resultados "se han obtenido fundamentalmente como consecuencia de la operación de reestructuración financiera llevada a cabo por el grupo al que pertenece la sociedad en el año 2017, que ha permitido compensar las bases imponibles negativas que tenía la sociedad". Fue el 8 de agosto del 2017 cuando la compañía concretó "con un sindicato de entidades financieras", el nuevo marco de refinanciación con el fin de hacer "compatible" la deuda "con las necesidades financieras a corto y medio plazo, así como para instrumentalizar la entrada de un nuevo inversor en el grupo". Esto se materializó poco después, en diciembre del año pasado "con su integración en Atitlán", recoge el informe.

Todo este proceso llevó a la matriz del grupo, Mosaiq, la antigua Obinesa, a alcanzar en 2017 unos beneficios antes de impuestos de 361 millones de euros, como informó en mayo de 2018 la propia compañía, gracias a la quita obtenida en el proceso de refinanciación. Y es que el grupo, y la propia inmobiliaria, han quedado prácticamente sin deuda tras este proceso, en el que los bancos acreedores asumieron una quita importante. 

Asimismo, el año pasado el volumen de negocios de Mosaiq creció más de un 15,7% hasta alcanzar los 346 millones de euros. Y ello a pesar del descenso en las ventas que vivió Lubasa Desarrollos Inmobiliarios, de 12 millones de euros. 

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