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Los referentes del PPCV se plantean promover la libertad de voto ante el caos de candidaturas

20/06/2018 - 

VALÈNCIA. Los augurios más tormentosos en el PP se confirmaron este martes: las dos dirigentes más próximas a Mariano Rajoy en los últimos años, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, confirmaron públicamente que se presentarán a las primarias para liderar el partido, lo que sumerge a la formación de la gaviota en un intenso proceso con la nada desdeñable cifra de seis precandidatos, aunque todavía podría sumarse alguno más este mismo miércoles. De hecho, algunas fuentes apuntaban incluso a otro candidato valenciano de una comarca del interior si bien aunque con posibilidades prácticamente nulas.

Así, los populares amenazan con entrar en sus primeras primarias abiertas a la militancia por la puerta grande. El requisito mínimo para optar a la votación es el de conseguir 100 avales, algo que ya ha conseguido con creces el aspirante menos conocido, José Luis Bayo, ex presidente de Nuevas Generaciones de la provincia de València, y que no tendrán problema en lograr las dos dirigentes mencionadas ni tampoco José Manuel García Margallo, Pablo Casado y José Ramón García Hernández. 

De esta manera, un partido históricamente jerárquico y casi hereditario choca ahora de bruces frente a un proceso desconocido y altamente complejo de manejar. Más aún cuando hay varios candidatos en liza de renombre sin que pueda asignarse un papel claro de favorito puesto. Y es que ni siquiera el clásico recuento orgánico garantiza el triunfo en la primera cita con las urnas el 5 de julio en la que podrán participar todos los afiliados que se inscriban.

Cabe recordar que la votación de los militantes decidirá qué dos candidatos llegan a la elección final que realizarán los compromisarios salvo que alguno de los aspirantes consiga más de un 50% de los votos y una diferencia de 15 puntos sobre el segundo. Una situación que se antoja harto complicada si no se producen algunas alianzas entre candidatos que decidan retirarse para prestar apoyo a otro mejor posicionado.

La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, debe analizar su papel en el proceso. Foto: DANIEL DUART

Este escenario también complica la prestación abierta de apoyo a los distintos aspirantes en lo que se refiere a cuadros intermedios y a altos cargos. Tal y como sucede en todos los partidos durante estos procesos, la mayoría de dirigentes trata de afinar su respaldo para jugar a caballo ganador, algo que puede reportar un beneficio en forma de puesto en la dirección o simplemente como favor a devolver en el futuro. No obstante, en este caso existe un doble problema: por un lado, es complicado saber cuánto de utilidad tiene el apoyo concreto de un dirigente al ser el grueso de la militancia el que vota y, por otro lado, existe tal abanico de candidatos que ahora mismo dar un paso adelante y significarse es especialmente arriesgado.

Es por ello que distintos dirigentes consultados por este diario apuntaban este miércoles a la probabilidad de promover la libertad de voto en este primer asalto. Fuentes populares señalaron que el propio presidente provincial de Castellón, Miguel Barrachina, hablaba el lunes en la Junta Directiva del partido de "neutralidad activa" al ser preguntado por el posicionamiento a llevar a cabo y, otros dirigentes próximos a la líder regional, Isabel Bonig, también marcaban este camino ayer al ser preguntados por el papel de la cúpula del PPCV.

Soraya Sáenz de Santamaría y MªDolores de Cospedal, las candidatas más distanciadas. Foto: EFE

¿Significa esto que no habrá directrices? No necesariamente. Para empezar, distintas fuentes subrayaban este martes que en los próximos días podría clarificarse en cierta medida la situación en función de si alguno de los candidatos optara por retirarse y anunciar su apoyo a otro, lo que podría animar a que algunos 'pesos pesados' decidieran inclinarse en público por algún aspirante. Mientras, los principales candidatos -Sáenz de Santamaría, Cospedal y Casado- tienen intención de utilizar la recogida de avales para hacer una demostración de fuerza, por lo que aunque no haya posicionamiento oficial, cargos intermedios del PPCV estarán moviéndose estos días para acumular firmas según sus preferencias.

Por otro lado, si el proceso va a una segunda vuelta con dos candidatos igualados y el consiguiente congreso de compromisarios a cara de perro, sí se producirá más que probablemente una apuesta por parte de Bonig y los suyos. Habrá que ver entonces si la delegación de la Comunitat Valenciana acude unida o se producen negociaciones bilaterales con los candidatos por determinantes dirigentes que tengan cierto peso en la región. 


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