VALÈNCIA. Si antes ya era importante, ahora vivimos en la era de la fotografía por excelencia. Un arte plástica que supera los límites de la instantaneidad y de los canales por los que viaja. La información son fotografías y las fotografías "no solo son patrimonio, también son memoria". Sin embargo, qué ocurre con los archivos fotográficos de los pueblos y en qué lugar está esta disciplina fuera de los grandes núcleos de creación artística. Los principales festivales de fotografía de la Comunitat; Imaginaria (Castellón) PhotonFestival (València) y PhotoAlicante han unido sus 'fuerzas' y exposiciones para crear Ikonic, un circuito itinerante que pretende hacer llegar la fotografía profesional a todos los municipios- con más de 10.000 habitantes- que así lo deseen. Al mismo tiempo que crear un observatorio que devuelva su sitio al sector.
La plataforma surge con el propósito de "descentralizar" la cultura y además, "garantizar" que el trabajo de los fotógrafos reciba beneficios creando oportunidades reales de trabajo. Para ello, contarán también con la gestión de Feedback Cultural, empresa encargada de distribuir las obras por "los rincones más lejanos" de la Comunitat, garantizando el equilibrio de las propuestas.
Así mismo, el Consorci de Museus es pieza fundamental en el circuito, puesto que otorgará inicialmente 2.500 euros a cada municipio que participe en el microfestival, independientemente del coste final que asuman con su selección. Una proporción del total con la quieren "asegurar que los derechos de distribución de los artistas se cubran".
El programa cuenta igualmente con el respaldo de la Universitat de València, la Jaume I de Castelló y la Miguel Hernández de Elche.
La idea de crear Ikonic empezó a gestarse hace cerca de tres mes entre Tania Castro, directora de Photon Festival, Lucía Morate, directora de comunicación de Photo Alicante y Daniel Belinchón, director de Imaginaria, con el objetivo final de "sacar más partido" a los trabajos que componen sus iniciativas. La clave estaba en alargar la duración del festival pero fuera de las grandes ciudades y espacios habituales. Reutilizar producciones, ampliando miras.
Con este punto de partida, la red de fotografía se plantea como una especie de "catálogo artístico" donde cada festival propone obras de dos de sus exposiciones. Y a partir de ahí, cada municipio escoge la temática y obras de su muestra. "Lo interesante es que se pueden crear registros dispares donde los Ayuntamientos escogen libremente en relación con su presupuesto".
La voluntad de Iconic es ofrecer al menos seis itinerarias en su primer año. Una propuesta que consta, de momento, de los trabajos de fotoperiodistas como Javier Arcenillas y Javier Corso, quienes ya han producido en Photon, o artistas visuales emergentes como la valenciana Carolina Diego que protagonizó la última edición de PhotoAlicante. Pero además, se proponen exposiciones, charlas, talleres, instalaciones de videoarte y proyecciones como el cortometraje sobre Boko Haram de la artista Judith Prat.
Otro de los impulsos con los que nace Ikonic es el de presionar a las Instituciones con un observatorio que analice con lupa la profesión. "El boom digital y la cultura visual han convertido a la fotografía en un símbolo de la cultura contemporánea, ahora mismo es el medio de comunicación y concienciación más importante", ha resaltado Daniel Belinchón. En cambio, "no hay ayudas específicas para la creación fotográfica cómo si hay en otros artes", ha añadido Tania Castro.
Un problema al que se le suma la "tristeza" de no contar con un lugar donde archivar fotografías y "negativos que son tesoros de la ciudadanía". Daniel Belinchón acarrea la culpa a la "falta de seriedad" que existe sobre el tema, lamentando que si "un turista quiere ir a un pueblo pequeño no va a tener ningún tipo referente". "No hace falta que sea un municipio bonito, a veces guardan mucha historia", manifiesta el director de Imaginaria.
Ikonic ha anunciado también que en 2019 inaugurará la primera residencia fotográfica valenciana con una beca de 700 euros, durante tres meses, para fotógrafos y fotógrafas de la Comunitat que cubran los tres festivales.
La idea es que la persona seleccionada capture a través de diferentes instantáneas las peculiaridades que se viven en cada provincia. Unas creaciones a las que también se les dará su uso.
El circuito de fotoperiodismo valenciano no quiere quedarse solo en un año. Su deseo es poder integrar "otros colectivos e iniciativas valencianas que quieran colaborar". Así mismo, su interés es poder transportar la producción de sus festivales a otros países europeos. "La unión hace la fuerza y esto es un proyecto a largo plazo que dará nuevas oportunidades de creación", concluye Tania Castro.
El Premio Nacional de Fotografía 2024 se encuentra con la obra de Gabriel Cualladó, primer receptor del galardón, en el IVAM