MADRID (EP). Científicos del Centro de Cognición de Perros de la Universidad de Portsmouth han encontrado evidencia clara de que los perros mueven sus rostros en respuesta directa a la atención humana. Los perros no responden con más expresiones faciales al ver sabrosos alimentos, lo que sugiere que los perros producen expresiones faciales para comunicarse y no sólo porque están emocionados.
Levantar las cejas, que hace que los ojos se vean más grandes -los llamados ojos de perro cachorro-, fue la expresión más comúnmente utilizada por los perros en esta investigación.
La experta Juliane Kaminski, dirigió el estudio, que se publica en Scientific Reports. "Ahora podemos confiar en que la producción de expresiones faciales hechas por perros depende del estado de atención de su público y no son sólo el resultado de que los perros estén entusiasmados -explica-. En nuestro estudio, produjeron muchas más expresiones cuando alguien estaba mirando, pero ver golosinas de comida no tuvo el mismo efecto".
Los hallazgos parecen respaldar la evidencia de que los perros son sensibles a la atención de los humanos y que las expresiones son potencialmente intentos activos de comunicarse, no simples manifestaciones emocionales, según afirma la investigadora.
La mayoría de los mamíferos producen expresiones faciales; tales expresiones se consideran una parte importante del repertorio conductual de un animal, pero se ha asumido durante mucho tiempo que las expresiones faciales animales, incluidas algunas expresiones faciales humanas, son involuntarias y dependen del estado emocional de un individuo en lugar de ser respuestas flexibles a la audiencia.
Kaminski indica que es posible que las expresiones faciales de los perros hayan cambiado como parte del proceso de convertirse en animales domesticados.
Los investigadores estudiaron 24 perros de varias razas, de uno a 12 años de edad. Todas eran mascotas. Cada perro estaba atado a una distancia de un metro de distancia de una persona, y los rostros de los perros se filmaron en una variedad de intercambios, desde la persona orientada hacia el perro, hasta la distraída y con su cuerpo alejado del perro.
Las expresiones faciales de los perros se midieron con DogFACS, un sistema de codificación con base anatómica que proporciona una medición confiable y estandarizada de los cambios faciales relacionados con el movimiento muscular subyacente.