Las perspectivas de inflación y las decisiones de los bancos centrales siguen suscitando actualmente una gran incertidumbre
MADRID. Los mercados financieros se debaten ahora mismo entre si la inflación ayudará o perjudicará, si resultará ser temporal o si persistirá. Esto se observa especialmente en los mercados de deuda pública, y sobre todo en Estados Unidos.
A raíz de la recuperación económica y del éxito de las campañas de vacunación, la rentabilidad del bono del Tesoro estadounidense a 10 años escaló en primavera. El rendimiento llegó a subir en 85 puntos básicos a finales de marzo desde un nivel inferior al 1% a comienzos de año. A continuación, se produjo una consolidación que aún continúa. Mientras que la fuerte aceleración de la inflación, en abril y mayo solo hizo oscilar temporalmente los rendimientos, los anuncios de la Reserva Federal (Fed), han generado mayores fluctuaciones en las últimas semanas. En un primer momento, las declaraciones del banco central se interpretaron como que la retirada de los estímulos podría estar más cerca de lo esperado, y los rendimientos repuntaron. A continuación, sin embargo, cayeron de nuevo, en algunos casos muy por debajo del 1,4%, algo difícil de entender para muchos.
Muchos inversores habían apostado a que los rendimientos seguirían subiendo (véase el gráfico de la semana). Además, hubo cierta escasez temporal de deuda pública estadounidense. El gobierno de Estados Unidos tuvo que emitir muchos menos bonos soberanos de lo habitual para que la repleta 'Treasury General Account', una especie de cuenta corriente del gobierno estadounidense, volviera a un saldo más normal. Y el pico alcanzado por la economía estadounidense también ha jugado un papel relevante. Históricamente, cuando se está en torno al pico de los indicadores adelantados, se produce un ligero descenso de los rendimientos.
Las perspectivas de inflación y las decisiones de los bancos centrales siguen suscitando una gran incertidumbre. Aunque la inflación debería de estabilizarse tarde o temprano como indican los precios, por ejemplo, de los coches de alquiler y los billetes de avión. Sin embargo, otras referencias como los alquileres y el coste de las viviendas de uso propio, podrían seguir aumentando a medio plazo. Todo esto puede generar incertidumbre acerca de cómo reaccionarán los bancos centrales, especialmente la Fed.
La apertura del debate sobre las subidas de tipos para 2022 y 2023 mediante los llamados 'dot charts' (gráficos de puntos) muestra lo difícil que será para los responsables del banco central retirar los estímulos, ni demasiado pronto ni demasiado tarde. Un endurecimiento de la política monetaria demasiado prematuro podría frenar la recuperación económica y poner en riesgo la credibilidad del objetivo de inflación media. Un endurecimiento demasiado tardío podría provocar un fuerte aumento de las expectativas de inflación y un sobrecalentamiento de la economía.
En un entorno en el que incluso los componentes 'temporales' de la inflación podrían aumentar de manera más prolongada y en una mayor magnitud de lo previsto, nos preparamos para un repunte de los rendimientos de la deuda pública estadounidense y una continuación de la recuperación económica. La incertidumbre y, por tanto, las primas de los bonos del Tesoro de largo plazo podrían seguir subiendo. No se vean atrapados en el tira y afloja.
Stefan Rondorf es estratega de Allianz Global Investors