El que más y el que menos espera que Mario Draghi y los suyos comiencen a allanar el camino a la retirada de estímulos monetarios para ir preparando a los mercados financieros
MADRID. Semana clave para el BCE que el próximo día 14 celebrará la reunión correspondiente al mes de junio donde analizará un posible cambio en su estrategia de política monetaria. El BCE está casi listo para dicha modificación y así lo manifiestan los funcionarios que forman parte del mismo. Esta reunión parece clave para salir de la QE -se está llegando a un momento decisivo- y para medir el impacto de su política monetaria frente a la lucha contra la crisis. Es la primera ronda formal de conversaciones para saber cuándo dejar de comprar bonos, y parece que este movimiento podría ser inminente. El resultado de esta política monetaria ha sido de casi 2,5 billones de euros de compras de bonos desde 2015.
El anuncio por parte de Draghi podría retrasarse hasta la próxima reunión de julio; de todas formas el mercado ya se está adelantando, como hemos podido contemplar en el encarecimiento de los bonos y la apreciación del euro, lo que parece indicar que el movimiento por parte del BCE es inminente. Esta circunstancia lleva a pensar que el BCE considera aceptable las actuales tasas de inflación para reducir las compras netas de activos.
Las expectativas del mercado son que la compra de bonos, que actualmente asciende a 30.000 millones de euros al mes, se reduzca a cero para finales de este año y este jueves puede iniciarse dicho proceso. Los inversores apuestan a que el BCE aumentará el interés de depósito en 10 puntos básicos en septiembre de 2019. La celeridad al proceso y la anticipación en esta reunión a diferencia de lo que se pensaba en el pasado, viene por las palabras de Peter Praet que no pueden ser pasadas por alto.
Ahora puede ser un momento adecuado para que el Banco Central Europeo actúe. La inflación subió al 1,9% el mes pasado aunque respaldada por los precios más fuertes del petróleo que desde entonces han caído. La reunión también estará marcada por las nuevas previsiones, que probablemente muestren un crecimiento económico continuo, aunque a un ritmo más lento que el año pasado.
Es cierto que aún persisten las preocupaciones acerca de Italia que golpearon al mercado de renta fija la semana pasada y que aún no están extinguidos, podrían reanudarse y extenderse a los países vecinos, aunque por el momento este riesgo parece estar contenido. El BCE también dice con frecuencia que establece una política para toda la zona del euro.
El BCE está por detrás de sus referencias más grandes. La Fed anunció una disminución de sus propias compras de bonos a finales de 2013 y esta misma semana está dispuesta a elevar los tipos de interés por segunda vez este año. El Banco de Inglaterra también aumentó las tasas en noviembre por primera vez en una década, y el Banco Central de la India lo hizo el miércoles por primera vez desde 2014.
Lo cierto es que el BCE esta semana determinará la hoja de ruta que toma la economía europea y la influencia que la misma tendrá dentro de los mercados.
Jorge López es analista de XTB