VALÈNCIA. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este miércoles la composición definitiva de su Ejecutivo. Unos nombres que, en su mayoría, se habían ido conociendo por goteo en las últimas horas y que, finalmente, completaron un elenco que permite deducir cuáles son las intenciones del líder del PSOE tras conseguir el éxito con la moción de censura a Mariano Rajoy.
Así, diversos conceptos se mezclan en el relato ofrecido con la lista completa alumbrada por Sánchez. El grupo de 17 ministros -con cuatro valencianos- generaba cierto consenso en medios y redes sobre la alta preparación de los elegidos, el carácter mediático de varios de ellos e incluso una dosis de transversalidad que puede gustar a algunos escépticos.
Una selección con indiscutible buen marketing que parece dibujada con la intención de, en primer lugar, generar una buena apariencia no exenta de contenido que permita a Sánchez resistir al frente del Gobierno algo más que unos pocos meses. Y es que no parece que buena parte de los actores escogidos sean de los que se prestan a una breve aventura que concluya este mes de otoño aunque, de ser así, al menos habrían aportado una primera gran impresión, hecho nada desdeñable para un Ejecutivo sustentado solo por 84 diputados en el Congreso y con la necesidad urgente de elevar la marca PSOE en los sondeos.
Así pues, parece evidente que Sánchez ha echado el resto. Más allá del juego de palabras por el fichaje del astronauta Pedro Duque para Ciencia, la selección de ministros recuerda al concepto 'galáctico' de aquel Real Madrid de Zidane, Figo, Roberto Carlos, etc. Un equipo dirigido a llamar la atención del gran público pero que, al mismo tiempo, ofreciera buenos resultados.
Otros nombramientos mediáticos son el magistrado Fernando Grande-Marlaska para Interior o el periodista Màxim Huerta en Cultura. El primero, además de una trayectoria profesional destacada, aporta cierto equilibrio centrista al Ejecutivo -fue propuesto por el PP como vocal para el CGPJ- mientras que el segundo, además de escritor, es un rostro especialmente conocido por su labor periodística en diversos medios. Ambos son gays y conocidos por su lucha de los derechos LGTBI.
Pero si se habla de igualdad, otro tanto que se apunta Sánchez es la composición de un Ejecutivo con una representación ampliamente mayoritaria de mujeres, 11 de 17 designados. Un grupo en el que se combinan tanto la experiencia y trayectoria en instituciones y partido con perfiles de carácter más externo, pero con currículums destacados.
Así, a nombres conocidos que han ido acompañando a Sánchez como los de Carmen Calvo, Margarita Robles, Meritxell Batet y Reyes Maroto, o procedentes de la gestión autonómica como los de María Jesús Montero, Magdalena Valerio, la valenciana Carmen Montón o Isabel Celáa, se unen otros como el de Nadia Calviño, hasta ahora directora general de Presupuestos de la Comisión Europea; Teresa Ribera, que viene de estar al frente del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (IDDRI) con sede en París, y la veterana fiscal de la Audiencia Nacional desde hace 25 años, Dolores Delgado.
Unos nombramientos que habían comenzado, precisamente, con otra apuesta con fuerte carácter simbólico y mediático: la del exministro Josep Borrell para la cartera de Exteriores. Un perfil reconocible y experimentado que, además, ofrecía imagen de contrapeso frente a las posibles expectativas de concesiones a los independentistas catalanes tras el apoyo a la moción de censura.
Por último, en la recta final de las designaciones, el exembajador en Marruecos Luis Planas se unió a la nómina de valencianos en el Gobierno, tras haberse conocido previamente el nombramiento de José Luis Ábalos, dirigente de partido aunque con cada vez mayor tirón mediático, como titular de Fomento.
El nuevo Gobierno lo forman: