ALICANTE. Unai Sordo (Baracaldo, 1972) lleva poco más de un año al frente del sindicato Comisiones Obreras después de relevar a Ignacio Fernández Toxo. Esta semana, ha visitado a Alicante, donde mantuvo en encuentro con afiliados y respaldó a los trabajadores del sector de las residencia de la Tercera Edad. Entre un acto y otro atendió a Alicante Plaza para analizar las principales inquietudes de los principales sectores productivos de la Comunitat Valenciana.
[Segunda de la entrevista "Había entonces con el PP, y hay ahora, márgenes para subir el salario mínimo" ]
-Hablemos de los cambios que se avecinan en sectores determinantes para la economía española, y en la Comunitat Valenciana, como el automovilístico. ¿Se teme por la pérdida de empleos?
-Hay que moderar los mensajes que se lanzan sobre el sector automovilístico. Todos compartimos que hay que hacer ciudades habitables, hay que reducir la emisión de CO2 a la atmósfera. Y todos los somos conscientes de que el sector del automóvil va a sufrir en las próximas décadas una durísima transformación...no solo en los combustibles que se utilizan, sino en el modelo de utilización del automóvil. Probablemente se pase de un automóvil en propiedad a un pago por uso. Pero en vez de lanzar mensajes apocalípticos sobre en qué año va a dejar de producirse determinado coches cuándo aún quedan dos décadas y lo único que hace es crear alamar al consumidor y a los propios sectores. Lo que hay que hacer es adoptar medidas industriales, de adaptación de las actuales tecnologías y habilidades, de las actuales maquinarias para fabricar coches a las necesidades que tengan esos coches en los próximos años. Y de eso se trata, de hacer políticas industriales y revisión de cómo van a afectar los cambios al volumen de empleo, a la calidad del empleo, a los conocimientos y las tecnologías para esto...y a eso es a lo que están llamados los gobiernos. Hay que moderarse con qué mensajes que crean muchísima alarma.
"En vez de lanzar mensajes apocalípticos sobre el automóvil, hay que adoptar medidas medidas industriales y de adaptación de las tecnologías"
-El sector turístico ha generado un crecimiento importante en los últimos años pero los condiciones económicas de determinado personal no lo han hecho. ¿Ve factible una mejora a esos colectivos?
-Si, porque en España algunos sectores de producción se han querido asimilar a la precariedad necesaria. Y se decía, cómo estos son sectores de bajo valor añadido, las condiciones de trabajo son de ultraprecariedad. Un sector turístico en el futuro no se puede basar en condiciones salariales de miseria. Y España no puede volver a cebarse en una idea de burbuja turística producto de la situación del Magreb porque se van a corregir los datos del turismo en España a la baja, con toda seguridad, en los próximos años. Y hay que dar un turismo de calidad, y eso exige un turismo y una hostelería de calidad, con condiciones laborales con trabajadores bien formados y bien cualificados. Por lo tanto hay que luchar a fondo contra la precariedad en estos sectores. Hemos conseguido convenios excelentes como el de las Islas Baleares, con una subida salarial del 20% y se está haciendo un esfuerzo por diversificar la oferta y por desestacionalizarla, y éste es el reto, no competir en clave low cost porque siempre va a haber economías que a la baja van a competir en precio. El día que acabe la psicosis del terrorismo yihadista, hay países llamados a llevarse todo el turismo de sol y playa, y otro turismo hotelero. España puede hacer otro tipo de turismo de calidad, que conlleva empleo de calidad.
-La economía sumergida es otro de los retos de la nueva economía. El sur de la Comunitat Valenciana tiene muchos ejemplos, pero sigue sin haber ninguna medida legal que reinserte a esa gente en el sistema...
-Sí. Y a esto hay que ponerle coto. Algunas estimaciones hablan de que la economía sumergida está por encima del 20% del PIB. Es una auténtica barbaridad, y uno de los grandes problemas de este país, hay que hacer lo posible y lo imposible para que esta economía aflore. Hay que buscar fórmulas de denuncia e inspección de trabajo para que esta economía aflore, que a veces son sectores sí ligados a otros sectores de la economía, pero que se aprovechan de estas fórmulas para subcontratar una parte de la cadena de valor y sacar una rentabilidad auténticamente perversa. Ejemplos hay: recientemente hemos ganado una batalla en un sector como el manipulado de fríos, que era un sector deslaborizado, eran una especie de salario complementarios a los del marido marinero. Ahora tienen regularización y un convenio, algo que hace semanas era un utopía.
-En Castellón, el sector azulejero tiene problemas en empresas medianas de superproducción y se están aplicando ERE temporales. ¿Le preocupa esto en un sector que fue de los primeros en reiventarse con la crisis?
-No conozco mucho el caso, pero supongo que será por la cierta parálisis que empieza a tener la construcción, o en otros sectores que utilizan este tipo de producciones. Pero los ERE temporales que suspenden o reducen la jornada, sí conllevan que no desaparezca el empleo, puede ser una fórmula de pasar por épocas valle o de crisis. CCOO ha dicho que una de las formas de retener el empleo es que éstas fórmulas deben ir acompañadas de una prestación pública que compensen la pérdida de salario de la gente. Es algo que hizo Alemania en la primera parte de la crisis.
Es mucho mejor a que se cierren las empresas o a que haya destrucción de empleo. Hay que tener mucha claridad de que las causas económicas son reales y que las empresas no se están aprovechando de situaciones para que los empresas no pierdan empleo y mejoren resultados. Hay que estar muy vigilantes sobre estos ERTE.
"Las fórmulas de "puesto a extinguir" hay que solventarlas mediante la eliminación de las enormes restricciones que ha habido en la tasas de reposición de la Administración Pública"
-En la Comunitat Valenciana, se ha recuperado servicios que estaban concesionados. El ejemplo más claro es el Hospital de Alzira...¿Có ha visto el proceso?
-A priori como concepto, la reversión al sistema público me parece bien. El sector público no se puede desentender de algunas de las responsabilidades que tiene como tal. Y a veces, con la externalización, lo que ha hecho es responsabilizarse de estas condiciones. En el caso de que se dé un proceso de reinternalización de los trabajadores suele plantear problemas de cómo se hace. Las fórmulas de "puesto a extinguir" hay que solventarlas mediante la eliminación de las enormes restricciones que ha habido en la tasas de reposición de la Administración Pública. Estamos sometidos a tasa de reposición que han deteriorado los servicios públicos. Estamos en un momento que conviene revisar con profundidad esa política de ahorro de costes para no seguir deteriorando los servicios y rejuvenecer las plantillas. Se están envejeciendo a pasos agigantados.
Por último, ¿cree que la crisis ha servido para reindustrializar determinadas regiones como la Comunitat Valenciana?
-Bueno. Se ha recuperado capacidad de exportación, pero es verdad que no ha habido un cambio profundo en el tejido productivo español, por desgracia. La crisis ha servido para desenmascarar alguno de los espejismos de las burbujas de sobrefinanciación
"Las burbujas de sobrefinanciación bebieran servir para ser conscientes de la importancia del sector industrial o productivo potente, anclado en el territorio"
que están detrás del disparate en el sector residencial de viviendas en España, que no dejaba de canalizar una burbuja de sobrendeudamiento que ha sufrido este país. Eran transferencias de recursos de las economías centrales de Europa a través del sistema financiero, creación de burbujas que han demostrado que era un espejismo económico. Debieran servir para ser conscientes de la importancia del sector industrial o productivo potente, anclado en el territorio, que no nos lleve otra vez a estos escenarios de crecimiento dopado. Por eso incidimos tanto en políticas industriales, que no se vuelva a oír que la mejor política industrial es la que no existe o que una manera de atraer inversiones es a través de la reducción de los costes laborales o la eliminación de trabas administrativas a las multinacionales que invierten. Se está demostrando con Vestas, Alcoa, la Naval...cuando no tienen ninguna traba, las empresas vienen y se van y dejan el aparato productivo sin inversión. Es bueno que sacáramos estas lecturas.