VALÈNCIA. La startup valenciana Cuidum ha decidido dar el salto del online al offline y ya prepara la apertura de su primer punto de atención físico. Dedicada a conectar cuidadores profesionales a domicilio con familias que tengan personas dependientes, la compañía abrirá en uno de los locales del entresuelo de la parada de Colón de Metrovalencia.
Jorge Cantero, director ejecutivo, explica a Valencia Plaza que se trata de un proceso de expansión con el que buscan acercar a sus clientes un punto físico donde puedan asesorarse de forma presencial. "Dado que tenemos un perfil de clientes de edades elevadas que no va a acceder a internet queríamos establecer una fórmula para acercanos a ellos", señala.
La compañía, que cerró una ronda de financiación de medio millón de euros a finales del año pasado, dio entrada a fondos de inversión y bussiness angels como Toyubkal Partners o los reconocidos Cabiedes & Partners, inversores de BlablaCar y Privalia entre muchas otras tecnológicas.
En su proceso de expansión y aunque no hay fechas, la intención es establecer un punto físico en cada ciudad para prestar servicio a los clientes que se manejen menos a través de la red. "En València queríamos abrirlo en un punto céntrico y Colón es la segunda parada de la ciudad, con 12 millones de pasajeros al año, y está conectada con cualquier punto e incluso pueden venir de otros pueblos desde la Estación del Norte", destaca. "Es un punto muy atractivo para dar esa facilidad a los clientes y abriremos entre septiembre y octubre".
"Estamos creciendo a un nivel muy fuerte. Desde que nacimos con cuatro cofundadores hemos pasado a ser 42 personas en plantilla y hemos dado trabajo a más de 1.000 personas en dos años", asegura Cantero. La plataforma integra a más de 3.400 cuidadores y el rápido crecimiento en sus dos primeros años de vida la hicieron atractiva para los inversores.
Sus fundadores se conocieron en el sexto Allstartup de la incubadora valenciana Demium en febrero de 2015 y tras tener varios modelos sobre la mesa decidieron optar embarcarse en el área sanitaria. "Las familias a la hora de contratar cuidadores tiraban mucho del boca a boca", asegura el director ejecutivo. "Esto nunca aportaba las garantías adecuadas, porque probablemente la gente no tenga conocimientos sobre determinada patología que sufre la persona dependiente".
Su modelo intenta encajar no solo la ubicación de las personas que conectan, sino también los caracteres del cuidador y la persona a cuidar y la patología del dependiente con la formación del profesional. También se dieron cuenta de que las familias no tenían la capacidad adecuada para hacer entrevistas o elegir a la persona más idónea, además de observar la necesidad de diferenciar entre los profesionales con vocación o aquellos que decidían hacerlo de forma circunstancial. "El trabajo del cuidador es duro emocionalmente y esto genera que haya cierta rotación, sobre todo porque las familias no saben gestionar empleados", apunta Cantero.
Para ello tienen un equipo de psicológos que mensualmente llevan un seguimiento del estado emocional de las cuidadoras, que son el 98% de las profesionales inscritas en la plataforma, y de las familias. "Toda relación puede generar conflictos de convivencia", reconoce. "Estos conflictos, si son mediados de forma externa, no llegan a convertirse en esa bola de nieve que hace la relación entre las partes sea ingobernable".
A esto suma que las cuidadoras también se ponen enfermas, o deben de irse de vacaciones, lo que implica buscar a una nueva persona y muchas familias no saben a quién acudir, por lo que Cuidum ofrece un servicio de sustitución. También realiza la gestión de contratos laborales, altas en la Seguridad Social, nóminas, vacaciones o despidos.
La selección de las cuidadoras que forman parte de Cuidum se realiza con una serie de pruebas donde se valora aspectos clave como: la formación, experiencia, confianza, referencias de su servicio y seguridad. Sólo el 23% de las aspirantes superan la prueba.