VALENCIA. En la última década la ficción televisiva, sobre todo en Gran Bretaña y Estados Unidos ha alcanzado proyectos de tan alta calidad que no son pocos los que consideran que las mejores historias son las que actualmente se cuentan en la pequeña pantalla y no en el cine. Hay series que se han convertido en clásicos y que han demostrado que la calidad narrativa y el talento de las interpretaciones no son solo cosa de la pantalla grande. En televisión todo es posible.
Incluso en España hay quienes han apostado por seguir este camino. La ficción sigue siendo el gran motor de la industria audiovisual y aún en tiempos de audiencias fragmentadas, las series siguen atrayendo la atención mayoritaria de los espectadores, tal y como explican los profesores de la Universitat de València Guillermo López García y Manuel de la Fuente en el seminario 'La cultura de las teleseries: historia, géneros y público'.
Las series de televisión han conseguido una capacidad de influencia sobre el mercado mediante productos de alta calidad técnica y temas actuales. Hay una gran cantidad de series y de personajes que reflejan pautas y patrones de comportamiento que nos pueden servir para entender cómo han avanzado y cómo pueden evoluciona los seres humanos. El acceso rápido y sencillo a través de internet hace que el consumo aumente y que el producto adictivo sea el gran fenómeno del mercado.
Cualquiera que haya usado o escuchado sobre Netflix es consciente de los cambios que este servicio estadounidense de streaming de series y películas representa en la sociedad ante la experiencia que ofrecen desde hace décadas la industria tradicional. Ha sido el gran paso y aunque esto será un ránking de series, me decanto por este canal (plataforma) como la gran protagonista de 2016.
Desde Valencia Plaza hemos procurado abarcar toda la variedad de géneros, hemos seleccionado títulos de diversas procedencias geográficas, y nos hemos sumado tanto a determinados títulos mainstream como a lo más indie. Es seguro que habrán echado de menos algunas referencias como 'Juego de Tronos', 'Narcos', 'The Walking Dead'... pero es demasiado obvio, que año tras año siguen siendo las mejores.
El término "binger" se está empezando a utilizar en Estados Unidos, y en España ni entramos en detalle, pero se está convirtiendo en palabra de uso común especialmente para los usuarios que ya cuentan con Netflix, Apple TV, Vuze, Amazon TV y, vaya, hasta Cuevana. Un término que se aplica a personas excesivamente adictas a varias series de televisión. Aquellas capaces de echarse hasta 20 episodios seguidos de serie favorita. Si eres un 'binger' necesitas saber cuáles han sido las 12 mejores series del 2016 (2º parte):
Stranger Things es una pequeña obra maestra de la ciencia ficción. La historia ha sido de una belleza de principio a fin. Esta producción de los prácticamente desconocidos hermanos Duffer se describe a sí misma como una carta de amor a los clásicos sobrenaturales de los años 80. Los creadores se han inspirado en Stephen King y es inevitable no pensar en él en cada escena. Se siente en la historia, en la ambientación, en los personajes, y hasta en los sonidos.
La sinopsis de la serie no le ningún favor, suena a cliché de ciencia ficción: un niño desaparece repentinamente en un pueblo de Indiana en 1983, sus amigos y familia junto a la policía local intentan buscar respuestas y terminan descubriendo todo un misterio sobrenatural que involucra facciones secretas del gobierno haciendo experimentos y una niña extraña. Una niña que es la gran diva de toda la serie. El verdadero motivo por el que hay que ver Stranger Things.
La música y el opening es uno de los factores más explosivos y el núcleo de la historia engancha a más no poder. La estructura muestra un equilibrio y sabe justificarlo con varios desencadenantes. Si hay algo que destacar de otros "clones" es que la trama es mucho más solida que otras series de ciencia ficción ya que lo sobrenatural no se presenta como "cosas extrañas" sino como terror y misterio.
Una producción con tanto renombre, con tan buen aspecto y con una propuesta tan excéntrica que todos los ojos se volvieron hacia Westworld y el resto se quedó en un segundo plano. Jonathan Nolan y Lisa Joy, de la mano de J.J. Abrams como productor ejecutivo, nos presentaban la adaptación de la perturbadora película de Michael Crichton y Yul Brynner de 1973. La combinación ya merecía la pena y captó toda la atención del público.
Los primeros capítulos mostraban distintos mundos, primero del parque, luego el del salvaje oeste de los anfitriones y huéspedes y el de los trabajadores tras las bambalinas: los programadores de sus cerebros artificiales, los equipos de limpieza que retiran los daños de los excesos en el parque, los chicos de mantenimiento que limpian y reparan los cuerpos de los anfitriones muertos o mutilados. Y es que se trata de una representación del salvaje oeste. Eso sí, con mucha violencia.
Lo mejor de esta serie es que no tiene miedo de presentar algo completamente nuevo, extraño, perturbador. Mezcla géneros y lo hace con maestría y, sobre todo, con mucha originalidad. No has visto nada igual. El elenco, entero, es magistral.
La nueva serie de Robert Kirkman (creador de The Walking Dead) Outcast, está una vez más basada en sus cómics que tanto éxito han tenido. Es complicado mantener la tensión y un nivel tan alto a lo largo de diez capítulos, pero más allá de los errores, Outcast fue una gran sorpresa para los amantes del terror.
Kyle Barnes está rodeado de miserias. Una madre, aparentemente, bipolar que lo atormentó de pequeño. Una esposa e hija a las que no se puede acercar por denuncias de violencia de género. A pesar de todo eso, el protagonista formará equipo junto con el reverendo Anderson, para tratar de plantar cara a las presencias infernales que tienen lugar en Rome, la pequeña ciudad donde se desarrolla la historia.
Kirkman da un pasó más y parece que va en serio. Él mismo ha asegurado en declaraciones que “da más miedo que The Walking Dead”, y así es. Con este horror no se refiere a sobresaltos sino a inculcar un pavor en el espectador provocado por el realismo de la serie. En menos de tres minutos se puede comprobar en la ficción el horror, la violencia y el asco no se andan con chiquitas.
En The Crown hay poderío, lujo e historia y se nota. La serie inspirada en la vida de la reina Isabel II de Inglaterra es una de las más caras de Netflix, posiblemente la más cara. La nueva joya de la corona se aprovecha del talento británico para los dramas históricos. La serie arranca en 1947 con la boda de la entonces joven princesa Isabel para transportarnos cinco años después a la abrupta muerte de su padre, Jorge VI, y la ascensión al trono de una reina que debe aprenderlo todo del oficio, al tiempo que lidiar con los intereses diversos de su familia.
La serie engancha por su narración y atrapa por su apuesta de futuro. La idea que hay detrás de estar historia es completar las seis décadas que lleva de reinado de la monarca a razón de década por temporada. El reparto irá evolucionando para adaptarse a la edad de los personajes en cada momento, como si de Cuéntame o Downton Abbey se tratase.
The Crown es una serie única por tocar temas tan delicados de una monarquía y, especialmente, la de una mujer convertida en reina desde temprana edad y que actualmente es la jefa de Estado más anciana del mundo. El tratamiento de sus personajes y las historias nos darán una grata sorpresa pues son abordados con gran ingenio.
The Night Manager entro al mercado postulándose como una de las apuestas de la temporada a tener en cuenta. Una buena historia de espionaje suele ser un valor seguro si se cumplen una serie de elementos que atraigan no solamente a los amantes del género sino al resto de las audiencias. Si a eso le añades un reparto atractivo con actores famosos, una ambientación lujosa y una historia adictiva, lo tienes todo.
La serie está basada en la novela con el mismo nombre de John le Carré y trata sobre un ex-soldado infiltrado en una trama de tráfico ilegal de armas comandada por un importante empresario. La serie plantea una trama muy elaborada, donde el número de personajes es limitado, cosa que se agradece. La historia de fondo también se sigue perfectamente, ya que se trata de una investigación que el público sigue desde el minuto uno.
El proyecto es una propuesta interesante que se acerca al género del espionaje con unas ideas claras sobre su tono e intenciones. Es cierto que 'El infiltrado' tiene un tono más de thriller pero apunta a querer hacer también un comentario sobre algunos temas de actualidad.
NBC estrenó 'This is us', un nuevo drama en la que sigue la historia de varios treintañeros y cómo afrontan sus vidas. El piloto empieza en el día en que cuatro personas diferentes cumplen los 36 años el mismo día. Por un lado tenemos a Jack, cuya esposa se pone de parto adelantado de trillizos. También conocemos a Kate, asistente personal que decide comenzar a cuidar su peso mientras que su hermano mellizo, Kevin está pasando por una crisis de identidad como actor. Finalmente está la historia de Randall que el mismo día de su cumpleaños localiza a su padre biológico, el cuál le abandonó en un parque de bomberos cuando era pequeño.
La serie ha encandilado a la crítica y el público en su primer episodio gracias a su honestidad y poética narrativa, además de la mezcla elementos de comedia y drama para contarnos la historia de varios personajes cuyas vidas se entrelazan al descubrir que tienen mucho que ver en sus vidas. Seguramente sea la gran sorpresa de este ranking, pero es una serie que brilla gracias a sus historias llenas de intensidad, de corazón y de profundidad. Un producto fresco e innovador, que nos hace sentir identificados con sus vidas.
A finales de los 90, una comedia británica servía de resumen del legado que había sido esa década. Adultos "infantiliados", artistas fracasados, carreras de humanidades que valen para acabar en restaurantes y, sobre todo, un problema extremo de vivienda. Spaced trataba sobre un grupo de jóvenes que compartían habitaciones en la vivienda de una divorciada alcohólica, introducía en cada capítulo un homenaje al cine de ciencia ficción, terror, fantasía y acción, y era un verdadero desparrame
Netflix ya parece una charcutería-carnicería de galería de alimentación de barrio de los 80 con la cantidad de contenidos que tiene dedicados a sucesos, pero si lo ponen es porque lo demanda en público. Y en ocasiones merece la pena. La segunda entrega de los monstruos de Ryan Murphy muestra las diferentes versiones que hay sobre lo sucedido en una narrativa original, aunque va perdiendo el interés en los últimos capítulos