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CUMPLIR EL TRATAMIENTO NO ES TAREA SENCILLA

Las personas bipolares pueden llevar una vida normal si aprenden a convivir con la enfermedad

31/03/2017 - 

MADRID, (EP). El trastorno bipolar es una enfermedad mental grave, episódica, crónica y recurrente, caracterizada por el mal funcionamiento de los mecanismos que regulan el estado de ánimo, pero "si quien la padece conoce la enfermedad y aprende a convivir con ella, puede llevar una vida como la de cualquier otra persona", según ha explicado la directora de la Fundación Mundo Bipolar, Guadalupe Morales, con motivo del Día Mundial del Trastorno Bipolar, que tiene lugar este jueves 30 de marzo.

Esta enfermedad lleva al paciente a sufrir episodios maníacos, en los que se siente especialmente eufórico, excitado, desinhibido, hiperactivo y capaz de cualquier cosa; depresivos, en los que se siente profundamente triste, apático, vacío y pierde la ilusión; o mixtos, en los que se mezclan síntomas maníacos y depresivos.

Una noticia positiva para esta enfermedad es que, en los últimos años, se ha mejorado el diagnóstico y se ha logrado adelantarlo a una media de 5 años, frente a los 10 de demora que se producían hace aproximadamente una década, según ha subrayado el jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, José Manuel Montes.

Sin embargo, el diagnóstico correcto en el menor plazo posible sigue siendo uno de los principales retos en el abordaje del trastorno bipolar, junto con la falta de adherencia al tratamiento y evitar la aparición de síntomas cognitivos, aspecto fundamental para alcanzar un nivel de funcionamiento adecuado; y que el paciente pueda desempeñar su vida con normalidad.

Entre las principales dificultades que retrasan el diagnóstico de esta patología se encuentran "la existencia de primeros episodios del trastorno bipolar con una presentación clínica más atípica en algunas ocasiones, el mayor consumo de sustancias, o el uso indiscriminado de antidepresivos, que favorecen la aparición de las denominadas formas mixtas", ha explicado el doctor Montes.

Además, reconocer la sintomatología e identificarla con el trastorno bipolar no es una tarea sencilla en las primeras etapas de la enfermedad, tal y como confirman los especialistas. "Como ocurre en cualquier enfermedad que no se trata pronto y adecuadamente existe el riesgo de cronicidad y complicaciones, de resistencia a los tratamientos, así como de todas las consecuencias para el paciente derivadas del sufrimiento que implica la enfermedad, hospitalizaciones e incluso en último extremo, el riesgo que conlleva de suicidio", ha señalado el doctor.

A pesar de que existe tratamiento para el trastorno bipolar, basado en la combinación de tratamiento farmacológico y psicoeducación, "como en todas las enfermedades que precisan un tratamiento de mantenimiento, la falta de adherencia es un problema que puede estar presente, en mayor o menor medida, en casi la mitad de los pacientes en algún momento de la evolución de la enfermedad", según Montes.

Entre los motivos que explican esta situación se encuentran el desconocimiento de la enfermedad y de los tratamientos, el estigma social y la discriminación que todavía están presentes, así como la existencia de efectos adversos experimentados, entre otros muchos factores, sin olvidar la necesidad de aceptar socialmente el trastorno bipolar como una enfermedad más.

"El trastorno bipolar es un gran desconocido para el público general, siendo como es una enfermedad tratable y con grandes posibilidades de recuperación", ha explicado la doctora Morales, añadiendo que "realizar un diagnóstico correcto es esencial y también lo es también que, una vez asumida la nueva realidad y adaptándose a ella, la persona no se encalle en el diagnóstico, vaya más allá, y nunca se considere a sí misma bipolar, pues las etiquetas diagnósticas pueden hacer mucho daño por la carga discriminatoria".

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