Del tacaño fundador de Ikea al estrafalario John McAfee 

Las licencias excéntricas que se permiten algunos emprendedores globales

21/01/2019 - 

VALÈNCIA. Los españoles tuvimos que esperar hasta el año 1999 para que pudiéramos ver publicada la primera foto oficial del sexto hombre más rico del mundo y, en consecuencia, de España: Amancio Ortega. Tampoco es que después se prodigase en apariciones en los medios pero, cierto o falso, se ha hablado de él hasta la saciedad, resaltando especialmente su talante tranquilo y la sencillez de su estilo de vida, bueno dejando al margen su afición por los yates.

También en Suecia alardean de la humildad de sus grandes emprendedores. Por ejemplo, Ingvar Kamprad, el fundador de Ikea, se hizo famoso por su tacañería y su afición por los mercadillos de segunda mano. Aparte de su simpatía adolescente con el partido nazi, se le atribuyen declaraciones como esta: “Normalmente me corto el pelo cuando estoy en un país en desarrollo. La última vez fue en Vietnam”. Supuestamente la hizo después de que tuviese que pagar 22 € por un corte de pelo en Holanda. Otra de sus muestras fue trasladar la sede de Ikea a Copenhague (Dinamarca) al objeto de librarse de los elevados impuestos suecos. No volvió a Suecia hasta 2014, cuando los tipos fiscales eran bastante más bajos.

Nada que ver con la imagen pública de esos emprendedores patrios que anteceden a Ortega en la lista Forbes: Jeff Bezos, Bill Gates, Warren Buffet, Bernard Arnault y Mark Zuckerberg, por este orden. Cuatro de ellos estadounidenses y un francés. De los primeros conocemos no solamente el impacto global de sus compañías, sino prácticamente la vida completa, también sus simpatías políticas.

Que en el matrimonio Bezos había tres, nos hemos enterado ahora y que el fundador de Amazon protagonizará uno de los divorcios más caros de la historia, también. A Donal Trump le faltó tiempo para burlarse de su confeso enemigo en twitter. “Lamento escuchar las noticias de que Jeff Bozo -un popular payaso en EE.UU- fue derribado por un competidor cuyos informes, según tengo entendido, son mucho más precisos que los de su periódico cabildero, el Amazon Washington Post”, decía.

Jeff Bezos, fundador de Amazon.

Claro que Trump tiene dividida a toda la clase emprendedora estadounidense entre los que están a favor y, mayoría, los que están en contra. Entre los adeptos destaca  Peter Thiel, el cofundador de PayPal, relacionado también con Palantir Techcnologies, empresa que algunos han catalogado como “el mayor invento de espionaje del mundo” por vender software a las agencias gubernamentales y de Wall Street. En la parte contraria al presidente republicano se posiciona casi la totalidad de Silicon Valley, especialmente en lo que concierne a sus políticas de inmigración teniendo en cuenta que, gran parte de los ingenieros que trabajan allí, proceden de otros países, especialmente China e India.

El candidato presidencial del 'blockchain'

Pero también los hay que van por libre. Es el caso de John McAfee, escocés nacionalizado estadounidense que se hizo rico después de vender su popular antivirus a Intel por valor de 7.680 millones de dólares. Este controvertido personaje se presentará en 2020 por segunda vez a las elecciones presidenciales de EE.UU en defensa del blockchain, bueno, de la moneda virtual, que por algo ha sido coronado como el ‘rey de las criptomonedas’.

La primera vez que John McAfee se presentó a las elecciones de la Casa Blanca lo hizo a través Partido Libertario, con unos postulados muy alineados a la imagen que le gusta transmitir. McAfee, propenso a fotografiarse con gafas de sol, portando armas, rodeado de jovencitas y antiguos delincuentes convictos, estuvo involucrado en un caso de asesinato a un vecino tras haber mantenido disputas por los ladridos de los perros y a quien el propio McAfee acusaba de haberlos envenenado. Al final no fue condenado, pero el hecho de que el año pasado denunciase un nuevo intento de asesinato, el undécimo, hacen imaginar de todo menos una vida simplona. 

Al lado de McAfee, decir que Bill Gates, el fundador de Microsoft, se encaprichó por el Codex Leicester, uno de los más famosos manuscritos de Leonardo da Vinci, que adquirió en una subasta en 1994 por 30.8 millones de dólares, y que es poseedor del un Bombardier BD-700 Global Express, uno de los jets privados más lujosos del mundo, parece cosa de niños. 

Aficionados al disfraz

A otro que el dinero parece concederle todo tipo de licencias es a Richard Branson, también anglosajón, aunque del origen británico. Al multimillonario fundador de Virgin Group se le ha fotografiado viajando en todo tipo de vehículos, pero también  disfrazado de sexy azafata de vuelo o de Che Guevara lo que le sirvió para que le apodaran como el “millonario hippie”. Eso no quita para que muchos les consideren un líder visionario y, como tal, fuera nombrado ‘Sir’.

Tampoco Jack Ma, el emprendedor chino que fundó Alibaba, siente reparo a posar vestido de mujer o Mickel Jackson así como a participar en uno de los pasatiempos preferidos de los asiáticos: el karaoke. Los más críticos califican algunas de sus intervenciones de narcisistas, pero otros celebran su buen humor. Ma ha llegado a actuar en la  Ópera de Pekín y organiza bodas masivas entre sus empleados. En una de ellas llegaron a casarse 700 parejas.

Por cierto que el personaje cinematográfico preferido de Jack Ma es Forrest Gump, una película que dice haber visto más de una decena de veces. “Me encanta Forrest Gump. Es una persona sencilla que nunca se rinde. La gente piensa que es tonto, pero él sabe lo que está haciendo. La gente debe tomarlo como ejemplo” y así parece que lo hacen muchos de los emprendedores porque la lista, la verdad, es que da para más.

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