VALÈNCIA (EFE). La representante de la Asociación Las Kellys de Benidorm-Marina Baja, Yolanda García, ha denunciado en Les Corts que muchas camareras de piso fueron despedidas de manera improcedente en los días previos a la declaración del estado de alarma "dejándolas fuera de la protección de los ERTE por fuerza mayor".
García ha asegurado, ante la Comisión parlamentaria de reconstrucción de la Comunitat Valenciana, que algunos de estos despidos se hicieron con explicaciones como que las tareas que desempeñaban no se ajustaban a las directrices organizativas de la empresa "después de ocho meses de trabajo", según ha expuesto.
La covid-19 "ha destapado y empeorado" las condiciones de las trabajadoras, y la situación de muchas trabajadoras esenciales del sector "apenas ha llegado para poder pasar unos meses, como ha demostrado la pandemia".
García ha denunciado también que existen muchos contratos en fraude de ley ya que llevan "entrando y saliendo de la misma mercantil año tras año" durante una década, e incluso hay empresas de hoteles de grandes cadenas en Benidorm que hacen contratos de un mes y se les vuelve a llamar al cabo de una semana.
Otra de las modalidades existentes son los contratos abiertos en los que si la trabajadora coge una baja médica, le cancelan el contrato y no vuelven a contratarla hasta que no tiene el alta; contratos de obra y servicios en hostelería cuando el trabajo que se presta "no es por un servicio determinado"; o cesiones ilegales de trabajadoras sin convenio de hostelería.
"No nos vale que nos digan que tenemos la misma equiparación salarial según el convenio, porque ¿dónde quedan los derechos de las trabajadoras cuando dicen que las empresas externas tienen que pagar igual que los contratos directos pero los dejan fuera de los derechos de los convenios, y hacen contratos de peón de limpieza?", ha lamentado.
La representante de las "kellys" de Benidorm ha relatado que lo más habitual son contratos parciales, de cinco o seis horas o media jornada pero la carga de trabajo es de obligado cumplimiento y si, cuando termina la jornada, el trabajo no ha concluido, "te arriesgas a sanciones o despidos".
En el caso de los contratos por empresas a las que se les externaliza el servicio, las "kellys" pierden "todos sus derechos" porque no pueden ni acudir al delegado sindical por no estar físicamente en el hotel.
García ha reivindicado cambios en la reforma laboral para terminar con la externalización para actividades estructurales, como lo es la limpieza de habitaciones.
Las camareras de piso sufren "las peores condiciones de trabajo" dentro de los hoteles, y la covid-19 ha demostrado que también es un trabajo esencial, pero está poco valorado por ser una actividad feminizada, ha opinado.
Algunas camareras de piso sí han cobrado los ERTE, incluso por adelantado, ha respondido a preguntas del diputado Juan Carlos Caballero, del PP, pero también ha afirmado que algunas trabajadoras han tenido que ir a Cáritas para poder comer. "Si eso es turismo sostenible, que vengan y me lo digan", ha comentado.
García ha pedido un protocolo específico para la vuelta al trabajo que incluya una disminución de la carga de trabajo y que sea de obligado cumplimiento para el hotel, ya que hasta ahora solo les han proporcionado información sobre los protocolos telemáticos.
Sobre el salario que perciben las "kellys", ha explicado que el convenio recoge 1.200 euros brutos mensuales en hoteles de cuatro estrellas, pero hay que tener en cuenta que existen numerosos contratos a tiempo parcial y horas extra no cotizadas.
Ha exigido que se adopten medidas en cuanto a sobrecarga laboral y prevención de riesgos porque no se puede seguir con "25 habitaciones en seis horas", y que la Inspección de Trabajo sea más efectiva y ágil y se dote de mecanismos "más contundentes".
Todos los grupos parlamentarios se han interesado por las condiciones de trabajo de las camareras de piso y por la precariedad de esta actividad.