VALÈNCIA. Como un "crítico constructivo" se definía él mismo. Sin embargo, el papel que ha desempeñado el portavoz de Ciudadanos en Les Corts, Alexis Marí, ha irritado en numerosas ocasiones al denominado aparato del partido naranja y a la mitad de su propio grupo parlamentario. Tanto, que los días previos al congreso nacional se planificaba desde la dirección autonómica un posible relevo del síndic. Una maniobra que no obstante, parecía difuminarse tras el fin de semana de la asamblea estatal por la amenaza de que la mitad del grupo parlamentario –los seis diputados críticos– se marcharan al Grupo de No Adscritos e imprimasen en las portadas de todos los periódicos la fractura insalvable existente en el parlamento valenciano.
Al temor por el impacto que supondría la demolición del grupo se sumaba la semana pasada otro volantazo que golpeaba al aparato naranja: las grabaciones que el diputado y subdelegado territorial de la provincia de Valencia, Juan Córdoba, hacía en su despacho al presidente del PP de Alicante, José Císcar, tal y como publicaba el diario El Mundo. Dos piedras en el zapato de cargos orgánicos de Ciudadanos en la Comunitat que tienen otra lectura -además de la indignación del propio Císcar que pensaba que ya "lo había visto todo en política" y del revuelo que causaba en Les Corts por no existir precedentes similares-: da un respiro, al menos durante un tiempo, al síndic, Alexis Marí.
En esa conversación, tal como publica El Mundo, Císcar le advertía a Córdoba de que personas vinculadas con Ciudadanos planificaban difundir unas grabaciones que comprometerían al asesor de los naranjas en Gandía, Salvador Marí. Pues en ellas se escucha cómo éste se compromete con los responsables del Club de Golf de este municipio a recalificar terrenos para ampliar estas instalaciones. Según este mismo diario, la pretensión del presidente provincial del PP de Alicante habría sido la de no difundir estos hechos a cambio de mociones de censura en la Comunitat. En concreto, en la capital de La Safor y en Torrevieja.
Cabe señalar que los populares de Arturo Torró perdieron la alcaldía de Gandía en los pasados comicios municipales, en los que el único concejal de Ciudadanos, Ciro Palmer, se abstuvo y por tanto facilitó que la socialista Diana Morant se convirtiera en alcaldesa de la localidad. La abstención de los naranjas fue determinante, pues hacía que el PSPV y Més Gandia -Coalición que integra a Compromís, EUPV y ERPV- se impusieran con 13 concejales a los 12 del PP.
Las explicaciones los días posteriores no se dieron por parte del naranja. Si Císcar sí salía a atender a los medios, Córdoba no hacía lo propio en los pasillos de Les Corts. Tan sólo el portavoz del grupo al que pertenece, Alexis Marí, salía a torear a la plaza para declarar que le parecía inaceptable la manera de hacer política de los populares. Y este martes era el diputado, David de Miguel, quien a preguntas de los periodistas tras la junta de síndics aseguraba que en el grupo se sentían seguros con su compañero Córdoba.
La situación, lejos de enfriarse, provocaba que los de la gaviota solicitasen esta semana al presidente de Les Corts, Enric Morera, abrir una investigación. Mientras tanto, la dirección naranja en Madrid hacía lo mismo, aunque dentro del propio grupo parlamentario se pone en duda que ésta llegue a ningún sitio o que se expediente a uno de los pesos pesados del partido en la Comunitat.
Pero este no es el único escollo que le ha surgido a Córdoba en apenas una semana. El pasado miércoles el alcalde de Gátova, Manuel Martínez, y tres concejales de Ciudadanos –Óscar Zapata, Carmen Estévez y Rocío Esteve– se daban de baja del partido. Y, con ello, los naranjas perdían una de las nueve alcaldías con las que cuentan en la Comunitat Valenciana desde las elecciones de mayo de 2015. Como subdelegado territorial de la provincia de Valencia, Córdoba es el encargado de reunirse y dialogar para conocer la situación de cada agrupación -y por tanto comarca- que se encuentra en la linde de la provincia de la que es subdelegado, como es el caso de Campo de Turia, Gátova.
La veda de las fugas la abrió el exportavoz de C's en la diputación de Valencia, José Enrique Aguar, tan solo salir reelegido Albert Rivera en el congreso nacional de la formación. Un goteo de bajas que ha impedido más movimientos contra el síndic Marí. Y que ha proporcionado una cierta calma al portavoz naranja en el parlamento valenciano.
Con estos dos frentes abiertos, atrás quedan las polémicas más sonadas de Marí que no agradaban en la dirección nacional. En la lista se encontraría, por ejemplo, las discrepancias que mostraba con la dirección tras la dimisión de Carolina Punset de la Ejecutiva. O que afirmase, tras el cambio de los estatutos del partido, en los que se abandonaba el término "socialdemocracia" y se definía a Ciudadanos como partido "liberal", que mientras él fuese síndico parlamentario no se notaría ese giro ideológico en el grupo. Concretamente señalaba que esa no era la estrategia a seguir “ni en cuanto a posicionamiento ni por abrazar a ningún partido liberal”. Y defendió que se guiaría por las propuestas que cada uno hiciera.
Los problemas orgánicos y la guerra sucia con los populares cicatrizan la herida interna entre los partidarios de Marí y el grupo liderado por Fernando Giner, portavoz autonómico, y los diputados Emigdio Tormo, Emilio Argüeso y Córdoba. Con el revés dictado de Madrid a la estrategia regionalista del núcleo dirigente, el reguero de salidas y los juegos de grabaciones ha dejado tocada la dirección. Un balón de oxígeno -temporal, eso sí- para Marí y sus afines.