VALÈNCIA (EFE). Desmentir bulos que aparecen en redes sociales o convertirse en aliados de las personas que no han podido ser atendidas por los ambulatorios ha sido desde el inicio del confinamiento labor diaria de las farmacias, que atienden llamadas hasta de personas que preguntan por remedios caseros para desinfectar hogares o ropa.
Así lo explica en una entrevista a EFE Consol, una farmacéutica que trabaja en el centro de València y que durante este tiempo se ha convertido en "psicóloga y amiga" de sus clientes, preocupados por la situación y por la "desesperación" de algunos que estaban infectados por el Covid-19.
En la farmacia cuentan con un servicio de llamadas telefónicas, de venta por internet y contacto por correo electrónico, que durante este mes de confinamiento se ha visto reforzado: "Nuestra página online antes hacía una media de 60 pedidos al día y ahora llegamos a hacer 190", comenta Consol.
"Lo que más piden son vitaminas para aumentar el sistema inmune como la vitamina C, equinácea, propóleo y vitamina D. Cuando tenemos mascarillas, que no es siempre, también es lo que más vendemos, junto con el gel hidroalcohólico, alcohol y guantes", añade.
Este servicio online cuenta con la ayuda del servicio de mensajería, que se encarga de repartir los productos vendidos en las casas que lo solicitan, y que en la ciudad de València tardan entre 24 y 48 horas en llegar.
"Aquí vienen sobre todo personas que tienen receta, pero nosotros ya no cogemos la tarjeta SIP, pedimos que nos deletreen el número y así les podemos dar la medicación, respetando entre ellas los metros de distancia de seguridad. En el caso de que sean personas de riesgo o que estén enfermas, nos encargamos de que les lleguen a sus casas", explica a EFE Consol.
El sistema de protección de la farmacia fue "progresivo", comenta Consol, y es que al principio les dotaron de mascarillas y de guantes, y poco a poco empezaron a llegar más medidas de protección como la implantación de mamparas y productos de limpieza para desinfectar el establecimiento.
Al estar en el centro de València, recuerda que a finales de febrero, debido a la cercanía de las Fallas, el número de clientes, sobre todo de turistas, era mayor que en una época normal, pero cuando empezaron a implantarse las medidas de protección, la afluencia de personas se rebajó y ahora lo que más reciben son llamadas telefónicas, emails y pedidos online.
A nivel personal, comenta que hace vida "de casa al trabajo y de trabajo a casa", y que está siendo "duro" psicológicamente: "Si ya de por sí no quieres que tu vida sea solo el trabajo, ahora solo es eso", lamenta.
Explica que cuando empezaron a poner las mamparas en la farmacia, las trabajadoras comenzaron a tomar vitaminas "para reforzar el sistema inmune" y es lo que más recomiendan a sus clientes, "productos que pudieran favorecer el reforzamiento y evitar posibles contagios de cualquier tipo", comenta a EFE.
Ahora, con la dotación de mascarillas para personas mayores de 65 años, explica que "todavía no han recibido el producto en la farmacia, aunque sean muchos los clientes que llaman para pedirlas".
Pero no todo han sido llamadas, Consol explica que se han vivido momentos graciosos: "Tuve una clienta que al principio vino con un sujetador en la cara como mascarilla, la señora me dijo que como no tenía mascarilla se ponía eso, y yo pensé, mejor una barrera delante que nada", comenta riéndose.
A pesar del trabajo que realizan en la farmacia, lamenta que se les haya tenido "un poco olvidados" por parte de Sanidad, y recomienda que sea únicamente la información de este servicio público la que valga para desinfectar, y "no los remedios caseros que encuentres en las redes".