La compañía estadounidense, en colaboración con Bambú Producciones, estrena su primera serie producida en España protagonizada por Blanca Suárez, Maggie Civantos, Ana Fernández y Nadia de Santiago, entre otros rostros conocidos del panorama español
VALÈNCIA. El pasado 28 de abril, Netflix hizo historia en España con el estreno de su primera serie original. Ya hace un año que la compañía anunció e hizo pública su sinopsis de la serie, que por aquel entonces aún no tenía título. 'Las chicas del cable' está ambientada en el año 1928, en una moderna empresa de telecomunicaciones que empieza a funcionar en Madrid. La serie narra el giro que da la vida de cuatro mujeres jóvenes cuando se trasladan a la capital española para trabajar en esta empresa.
La compañía presume de estar situada en el edificio más moderno del país y decide contratar más personal. A ella acuden decenas de mujeres, algunas de pueblo que nunca han visitado la capital, deseosas de encontrar un empleo que les permita ser independientes. Esa es la palabra. Para lograrlo, la empresa tendrá en cuenta su voz, su presencia y la longitud de sus brazos para hacerse con el puesto de telefonista.
El diseño de la serie es excelente ya que cuida mucho los detalles de la escenografía, el vestuario, los complementes de las trabajadoras como los auriculares, los teléfonos, los cables, la ingeniería de las estaciones. A un nivel de primera. El ambiente te sumerge en la época y en el lugar exacto, no hay nada extraño y la historia de las telecomunicaciones y lo que conllevo para España y sus relaciones con otros países, está muy bien enfocada.
La fotografía también es digna de un premio, los colores muy a lo 'Velvet' pero tirando más a 'DowntonAbbey', con más calidad, se nota la mano de Netflix. Además, la música es un poco desconcertante. En varias escenas meten música moderna, de la actualidad mientras están bailando o tocando jazz en la época. Un error que hace desequilibrar a la serie y desvalorar el elemento visual. Música moderna, en ingles, nada que ver con los años 20. No se puede sacar nada bueno de esto si lo que realmente querían era ir de la mano con su época correspondiente.
La expectación ha acompañado a 'Las chicas del cable' en todos sus pasos. La apuesta del gigante del streaming y el reparto lleno de caras conocidas ha sido decisivo para atraer a la audiencia. Blanca Suárez (‘El Internado’, ‘El Barco’), Maggie Civantos (‘Vis a vis’), Yon González (‘El Internado’, ‘Gran Hotel’, ‘Bajo Sospecha’) o , Ana Fernández ('Los protegidos'), Ana Polvorosa (‘Aída’), Martiño Rivas ('El internado', 'Sé quién eres') o incluso Concha Velasco con varias participaciones especiales. Un equipo de éxito pero que consigue aburrir al público al recordar sus lazos en otras series.
El gran tema de la serie es la independencia y la fuerza de la mujer en una época en la que su libertad estaba aún muy comprometida por los padres o los maridos. La historia nos presenta a un grupo de mujeres muy diferentes, que tratan de representar a diferentes perfiles dentro de la sociedad de la época. Pero con un punto en común: el feminismo, es decir, la lucha por la igualdad.
'Las chicas del cable' además de ser juzgadas por tener un trabajo, también deben sobreponerse a sus problemas personales. Las protagonistas deberán intentar sobrevivir en un mundo donde mandan los hombres. La premisa es interesante ya que destaca una época donde la violencia y la desigualdad hacia la mujer sigue vigente. Sin embargo, manda mensajes confusos y no sabe realmente reflexionar y sensibilizar ante este tema.
Blanca Suárez hace de Lidia Aguilar, o Alba, y es más o menos la protagonista de la serie. Lidia/Alba tiene un pasado trágico en el que ha perdido todo y la ha convertido en una mujer fría. Es estafadora y debe mucho dinero, por lo que está implicada con la policía a cambio de dinero y de su libertad. Su circunstancia la obliga a infiltrarse en la compañía de teléfonos, en donde se encontrará a su viejo amor, el amor de su vida, y a la vez un nuevo romance con una tercera persona.
También esta Carlota que la interpreta Ana Fernández, una joven que viene de una familia acaudalada y con un padre militar, muy controlador. Ella busca la independencia de todo tipo y la revolución de las mujeres. Carlota se enamora de Sara (Ana Polvorosa), mientras está en una relación con un hombre.
Por otro lado, Ángeles, interpretada por Maggie Civantos, está involucrada en un matrimonio abusivo e infiel. Una mujer que vive controlada por su marido, en violencia doméstica y engañada por él. Por último nos encontramos con Marga, la historia más simple, una chica de pueblo que llega a la capital y se enamora de un compañero de trabajo.
Una serie que se llena la boca diciendo que es “feminista” pero no empodera. En ningún momento las mujeres en esta historia se liberan de los hombres. No hay evolución. La serie es previsible, no profundiza y los actores no terminan de brillar. Sus rostros son tan conocidos que nos hacen creer que estamos viendo algo del pasado. 'Las chicas del cable' están disfrazadas de época.
En plena invasión de culebrones turcos, Netflix está distribuyendo una mini-serie de este país que lo que emula son las grandes producciones de HBO. Historias muy psicológicas en las que todos los personajes sufren. El añadido que presenta esta es que refleja la división que existe en Estambul entre las clases laicas y adineradas y los trabajadores, más religiosos. Sin embargo, una escena en la que un hombre se masturba oliendo un hiyab ha desencadenado reacciones pidiendo su prohibición