Quien invierta a largo plazo en las grandes megatendencias de futuro obtendrá importantes retornos como explica el presidente de Renta 4
MADRID. Tras un extraordinario 2020 donde las bolsas han protagonizado en pocos meses-de forma sucesiva y prácticamente sin solución de continuidad-, el mercado bajista mas rápido de la historia y, a continuación, el mercado alcista más rápido de la historia, las bolsas parecen haber entrado, a comienzos de 2021, en una fase de asentamiento.
El tono general de los mercados sigue siendo positivo, pero tanto en enero como en febrero hemos visto algunas señales de cansancio en los sectores que habían liderado las subidas desde abril, en particular en las acciones tecnológicas. Además, han aparecido, sobre todo en Estados Unidos, temores a una posible inflación derivada de los extraordinarios planes de estímulo puestos en marcha por el nuevo presidente Joe Biden.
¿Ha terminado la subida de las bolsas iniciada a partir de los mínimos de marzo del pasado año o estamos por el contrario en las primeras fases de un ciclo bursátil alcista de largo plazo, que va a durar varios años, impulsado por la digitalización y el tránsito hacia una economía 'verde'? Las pequeñas turbulencias de este inicio de 2021 ¿son solo una rotación de sectores o hay mar de fondo?
El consenso dominante es que la combinación de políticas monetarias y fiscales puesta en marcha para combatir la pandemia en todos los países -pero de forma más intensa en EE UU- va a funcionar, permitiendo a la economía iniciar un ciclo virtuoso de crecimiento sostenible. El caso 'alcista' se basa en la idea simple pero efectiva de que hay dinero y sabemos cómo utilizarlo. La Reserva Federal americana ha duplicado su balance en los últimos doce meses, y el BCE ha lanzado un programa de compra de bonos de casi dos billones de euros. Son inyecciones de liquidez muy superiores a las que se pusieron en marcha tras la quiebra de Lehman, que además se instrumentan ya de forma directa enviando cheques a los ciudadanos (en Estados Unidos) y dando ayudas directas a las empresas.
Estamos, según esta tesis dominante, ante un gigantesco Plan Marshall global, que va a ayudar a la economía a avanzar hacia un modelo de crecimiento más digital, más respetuoso con el medio ambiente, más eficiente y más sostenible. En cierto modo, la pandemia, que ha tenido tantas cosas malas, tendría sin embargo una derivada positiva, al habernos mostrado que la humanidad puede enfrentarse a problemas verdaderamente globales y superarlos gracias a la tecnología.
Animados por el impresionante éxito de haber conseguido varias vacunas eficaces contra la covid-19 en tan solo diez meses, y por haber mantenido niveles aceptables de actividadad pese a estar confinadas dos terceras partes de la población global, los humanos nos vemos con capacidad para afrontar retos tales como detener el deterioro del medio ambiente o resolver la lacerante desigualdad que mantiene a amplias capas de la población en la pobreza en pleno siglo XXI.
Las subidas de las bolsas estarían, según esta tesis, reflejando ese triunfo de la tecnología y la expectativa de un crecimiento estable, sostenible, armonioso y sin tensiones de inflación. Es cierto, se reconoce, que las cotizaciones de algunos activos han subido de forma tal vez excesiva; pero en su conjunto las subidas de las bolsas y de los precios de los activos en general, lo que están haciendo -como siempre han hecho las bolsas-, es anticipar un futuro económico brillante, cuyo punto de partida ha sido, paradójicamente, la pandemia y las lecciones que hemos aprendido de la pandemia. Hay exuberancia, por tanto, pero es exuberancia 'racional'.
Frente a esta tesis dominante hay una posición, minoritaria, que ve las cosas de otra manera y cree que estamos ante una clara burbuja, si no en todos los activos, al menos en algunos. Subidas como las del Nasdaq, que desde sus mínimos de marzo duplicó su valor; o como las de algunas compañías vinculadas a tecnología, energías limpias o vacunas, que han multiplicado su valor en algunos casos por veinte o treinta veces en pocos meses, aun teniendo pérdidas; o como las de Tesla, que vende el 1% de los coches que se venden en el mundo pero vale más que todas las restantes empresas automovilísticas juntas, se consideran una clara burbuja.
Por no hablar de lo que está pasando en los llamados criptoactivos. Baste como ejemplo lo que ha sucedido esta última semana en la subasta de una obra de arte digital en Christie's. Se trataba de la subasta de un certificado digital, lo que se conoce como un NTF, 'non fungible token', que da a su titular la propiedad de un cuadro digital, no un óleo sobre lienzo sino un cuadro formado por píxeles. La subasta empezó el 25 de febrero en cien dólares y se ha vendido el pasado jueves por sesenta y nueve millones de dólares.
Estos y otros excesos llevan a pensar a algunos que estamos ante otro episodio de burbuja financiera generada por la enorme cantidad de dinero que los bancos centrales han arrojado al mercado. El antiguo secretario del Tesoro americano Larry Summers, que tradicionalmente ha sido muy favorable al gasto público y a los estímulos fiscales, va más allá y piensa que los planes de estímulo del presidente Biden van a generar inevitablemente un repunte importante de la inflación, que hará subir los tipos y provocará turbulencias en las bolsas.
Al empezar 2021, las bolsas se enfrentan a la pregunta de si estamos ente una burbuja o ante una exuberancia 'racional'. Seguramente haya algo de verdad en ambas tesis. Por un lado, los mercados de algunos segmentos de los mercados se han recalentado excesivamente y tienen que corregir esos excesos, lo cual debería o provocar volatilidad a corto plazo. Pero a largo plazo quien invierta en las grandes megatendencias de futuro -salud, digitalización, energías limpias, biotecnología, longevidad o consumo emergente- obtendrá importantes retornos porque esas inversiones mejoran la vida de las personas y crean valor.
Esa responsabilidad de orientar las inversiones hacia las tendencias de futuro, que favorecen el progreso y por ello generan retornos para nuestros clientes es, precisamente, la razón de ser y el principal objetivo de Renta 4 Banco desde nuestro nacimiento hace treinta y cinco años.
Juan Carlos Ureta es presidente de Renta 4 Banco, que imparte este martes 16 de marzo una conferencia online a partir de las 18:30 horas. Para reservar cita pinchar aquí.