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entre ellos el consejero delegado

Las acciones de CaixaBank no seducen a sus consejeros: solo tres han comprado desde 2008

3/02/2018 - 

VALÈNCIA. "CaixaBank se revalorizó en bolsa el año pasado casi un 25% superando claramente a los principales índices de referencia", manifestaba ayer Jordi Gual, presidente de la entidad, durante la presentación de los resultados de 2018 en València. Unas cuentas que arrojaron un nuevo récord histórico de de 1.684 millones de euros, es decir, un 60,9% más. Tamaño beneficio vino marcado, tal y como apuntaron el propio presidente y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, principalmente por unas menores provisiones y la recurrencia -palabra que se repitió en varias ocasiones durante el acto- de los resultados. 

Pero recurrente no ha sido precisamente la operativa compradora del consejo de administración de la entidad domiciliada en la 'city' valenciana, tal y como lo constató ayer por la tarde este diario de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). De los actuales 17 consejeros -y sin tener en cuenta a la Fundación Bancaria La Caixa- solo tres de ellos han comprado acciones de CaixaBank (CXB) desde 2008 utilizando las llamadas 'ventanas temporales' que disponen los consejeros de las cotizadas españolas; mientras sí han acudido a las ampliaciones -recibiendo los pertinentes títulos- y otros convirtieron obligaciones subordinadas.

Javier Ibarz Alegría fue el último consejero en comprar 'caixabanks' -como se les conoce en la jerga bursátil-, el pasado 1 de diciembre, adquiriendo 1.000 títulos a 3,95 euros por acción. El anterior había sido el propio CEO de la entidad, Gonzalo Gortázar, que este lunes 5 de febrero se cumplirán dos años exactamente desde que se hiciera con un paquete de 100.000 títulos a 2,54 euros, un precio muy inferior al que cotiza actualmente por lo que las plusvalías latentes son más que considerables... si las mantiene.

El tercero en discordia es el francés Alain Minc, presidente y consejero delegado de su propia firma de consultoría (AM Conseil), que en mayo de 2008 compró 10.000 acciones a un precio de 4,42 euros cada una. El resto de consejeros no ha adquirido ninguna, siempre según los datos oficiales del site del organismo supervisor consultado por Valencia Plaza.

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank
"Los mercados cotizan expectativas y hasta la presentación de estos resultados la acción subía este año un 12%", advertía Gortazar durante el turno de preguntas y respuestas ante el nutrido grupo de periodistas presentes. "Debemos ser conscientes de la realidad de los resultados" añadía, mientras a CXB le 'daban duro' en bolsa en la jornada bursátil de ayer hasta el punto de que llegó a caer un 5,7% obviando su histórico resultado.

Finalmente cerró bajando un 2,98%, lo que la convirtió en el quinto peor valor del Ibex 35, para cerrar en los 4,235 euros. De este modo, CaixaBank  redujo hasta el 8,90% su revalorización anual y, de paso, su capitalización bursátil hasta los 25.331 millones de euros. Pero eso sí manteniendo una más que atractiva rentabilidad por dividendo superior al 3%, lo que hasta no hace mucho sería un auténtico 'superdepósito'.

Horas antes del cierre de la última sesión de la semana, Jordi Gual había dibujado un panorama macroeconómico halagüeño para este año. Lo hizo señalando que las perspectivas son positivas, "con un crecimiento del PIB mundial que podría situarse en torno al 3,9%", aunque eso sí también reconoció que hay riesgos, tanto al alza como a la baja. En positivo, señaló que podría haber un mayor impacto del previsto de la reforma fiscal aprobada por la Administración de Donald Trump en Estados Unidos; mientras que en Europa entiende que se podría mejorar la confianza si se sigue avanzando significativamente en la unión económica y especialmente en la unión bancaria.

Jordi Gual, presidente de CaixaBank
Entre los riesgos a la baja apuntó directamente hacia los populismos; y señaló que algunos mercados tendrán que "capear" una normalización gradual de la política monetaria, aunque consideró que se debería producir para dejar atrás la política monetaria ultralaxa que tanto ha pasado factura sobre los bancos.

Asimismo argumentó que los riesgos de deflación han quedado atrás y la inflación ha empezado a remontar, aunque tímidamente, lo que "ya justifica tomar pasos hacia una normalización de la política monetaria", un proceso "que está claramente más avanzado en Estados Unidos", donde la Reserva Federal (FED) ha apuntado a tres nuevas subidas de los tipos de interés este año, dejando el tipo de referencia en el 2,25%.

A su juicio, estas decisiones "dan pistas sobre el camino que seguirá el BCE" durante el año que viene, vaticinando que es previsible que a finales de este año se empiecen a reducir las compras de deuda pública. "No es razonable pensar que los tipos de interés vayan a seguir en niveles tan bajos como los actuales de forma indefinida".

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