VALÈNCIA. El presidente de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC), Enrique Soriano, trasladó al president de la Generalitat, Ximo Puig, su intención de abandonar el cargo que ocupa en el verano de 2019. Una decisión que, según acordaron, se haría efectiva cuando los grupos del Botànic II -PSPV, Compromís y Unides Podem- encontraran un relevo.
Desde entonces ha pasado más de año y medio sin que se haya producido ningún avance significativo en este sentido pese a que el ruego ha sido reiterado. Todos los cambios que se han producido en la radiotelevisión pública han girado en torno a otras cuestiones, pero ninguna alcanza la sustitución del presidente cuya pretensión sigue siendo volver a su puesto de letrado en Les Corts Valencianes: cambio de la dirección general, nombramiento del nuevo equipo directivo de Costa, e, incluso la anulación del nombramiento de la anterior responsable de À Punt, Empar Marco, entre otros.
Un inmovilismo ante el que el propio Soriano, de talante sosegado, quiso ser él mismo quien moviera ficha y pusiera sobre la mesa una fecha para su salida. Ante la falta de horizonte certero, el presidente advirtió que abandonaría el cargo cuando el Parlamento reformara la ley del Servicio Público de Radiodifusión de la Comunitat Valenciana.
Una norma que los grupos parlamentarios del Botànic II, pero también Ciudadanos, se comprometieron a reformar por los defectos que tiene y los problemas que su redactado ha generado en los últimos dos ejercicios: trabas de contabilidad por su doble estructura, falta de claridad en el relevo de cargos, el dilema del tercio de personal, la elevada exigencia de inversión publicitaria o el estricto régimen de incompatibilidades, son algunos de otros muchos. Para ello, los cuatro partidos -PSPV, Compromís, Unides Podem y Ciudadanos- aprobaron crear una subcomisión de estudio para reformular la ley de arriba abajo.
Ahora bien, los plazos que manejan los partidos con esta herramienta parlamentaria no invitan tampoco al optimismo del presidente ni inducen a pensar que la salida de Soriano vaya a producirse más pronto que tarde. La subcomisión de estudio se constituyó en septiembre de 2019 sin que desde entonces se haya reunido una sola vez para iniciar los trabajos que justifican su existencia: reformar la ley aprobada en 2016 y que dio vida a la televisión valenciana.
Una comisión que distintas fuentes parlamentarias señalan a Valencia Plaza que tardará al menos un mes más en convocarse. ¿Los motivos? Con motivo de la covid-19, la Cámara solo puede celebrar una cita de estas características diaria en el hemiciclo, dado que por la tarde deben desinfectarse los espacios, y la agenda hasta final de mes se encuentra ya al completo, por lo que no cabría en el calendario parlamentario. A esto se suma, además, que sus señorías dedicarán los próximos meses a trabajar sobre la ley de Acompañamiento a los Presupuestos de 2021 que el Consell aprobó este viernes y, posteriormente, a las enmiendas a las cuentas de la Generalitat para el próximo año.
Con todo, Soriano cumplirá este mes de octubre cuatro años al frente de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació, por lo que habrá superado el ecuador de su mandato, de un total de seis ejercicios. De manera que si al retraso para convocar la comisión se le suman las dificultades que han encontrado los grupos parlamentarios para llegar a acuerdos sobre el contenido de esta ley, la reforma no se espera al menos hasta el próximo otoño. Por lo que no son pocos los que vaticinan que el presidente terminará acabando su mandato, ya que tan solo le quedaría un año para finalizarlo cuando llegue la modificación de la norma. "Eso, o da un portazo", concluyen.
Una posibilidad que tampoco descartan fuentes de À Punt, que señalan a este diario que el hartazgo de Soriano por su eterna espera comienza manifestarse incluso en algunos de los posicionamientos y decisiones que adopta el Consejo Rector. Como ejemplo, citan que el órgano aprobara el presupuesto de la CVMC para 2021 con un incremento del 3,91% respecto a 2020 apenas un día después de que el jefe del Consell advirtiera en una entrevista en la radiotelevisión valenciana que las cuentas del próximo año debían ser austeras y las consellerias tendrían que hacer "más con menos" por la situación económica que ha dejado la pandemia.
Tampoco queda claro el resultado que acabará teniendo su posición respecto al reciente fallo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) que anulaba el nombramiento de la anterior directora general, Empar Marco. El Consell Rector aprobó el pasado martes instar a la Abogacía de la Generalitat a que recurriera la resolución, pero este órgano todavía no ha tomado una decisión.
La espera en el anuncio sobre si emprenderá acciones o no demuestra que se trata de un asunto que Abogacía medita a conciencia y en la que podría tener ciertas reticencias. Máxime cuando ha desistido en las últimas semanas de otros procesos como el recurso contra la absolución del exdirector general de Radiotelevisión Valenciana (RTVV) José López Jaraba o la reclamación de 24 millones de euros a varios excargos del Gobierno autonómico por la compra de Valmor. Una vez conocida la petición del Consell Rector, la determinación se conocerá pronto.
Aunque la intención de Soriano era abandonar À Punt antes de que finalizara 2019, la decisión se ha ido posponiendo por diferentes motivos. El primero, por la convocatoria del concurso para renovar la dirección general del ente, ya que tanto el diseño de esta prueba, como todos los trámites que traía aparejada, debían ser capitaneados por una Presidencia que no estuviera en funciones, ni se hallara en estado de interinidad en el Consejo Rector. Un trámite que obligaba a congelar su salida con el propósito de hacerla efectiva cuando se eligiera una nueva dirección general. Mientras, el PSPV, a quien correspondía buscar un sustituto que generara consenso, seguiría pensando en un candidato para el relevo.
Sin embargo, el proceso no sería sencillo de resolver por varios motivos: la amplia mayoría parlamentaria que necesita cualquier candidato para que salir adelante -requiere dos tercios, 66 diputados, y los tres partidos del Botànic II suman 52 escaños, por lo que necesitarán a alguna formación de la derecha-; las incompatibilidades que tiene dicho puesto; o el salario poco atractivo del cargo, son algunos de ellos. A pesar de que surgieron hasta tres nombres durante semanas antes de que se resolviera el concurso para relevar a Empar Marco, -Miguel Mazón, Marc Pallarés y Josep Ramón Lluch-, ninguno generó el consenso requerido para ocupar la Presidencia de la CVMC.
Con todo, llegó el nombramiento de Alfred Costa como nuevo director general y la marcha de Soriano seguía sin fecha. Por una parte, los socialistas no querían hacer coincidir dos cambios tan significativos en el tiempo en la radiotelevisión valenciana -dirección general y presidencia del ente-; abogaban por que ésta se produjera con Costa ya adaptado a su nuevo puesto. Dos días más tarde de su llegada al Centro de Producciones de Programas de Burjassot, el 10 de marzo, el Consell canceló las Fallas y el Gobierno central, ese mismo fin de semana, declaró el estado de alarma por la crisis sanitaria de la covid-19. Un escenario que congeló de nuevo el propósito del presidente de la CVMC, quien este mes cumplirá cuatro años en el puesto.
A lo largo de su mandato, Costa lo apostó todo por la audiencia, pero sin un respaldo presupuestario ni burocrático, no ha habido modelo que asentar sino situaciones que amortiguar