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informe de la Cátedra Prospect Comunitat Valenciana 2030.  

La pandemia agravará la pobreza en los hogares de las capitales y la costa valenciana 

24/11/2020 - 

VALÈNCIA. La pandemia provocada por el coronavirus agravará la pobreza en muchos hogares valencianos. Y es que la actual coyuntura ha paralizado la actividad en algunos sectores productivos con un efecto muy importante sobre la economía de las regiones desarrolladas, a la vez que ha penalizando a la población afectando a sus niveles de riqueza. Unos efectos que se vislumbrarán con mayor dureza en la costa y en las capitales valencianas, según un informe elaborado por la Cátedra Prospect Comunitat Valenciana 2030.

El documento, realizado por los profesores de la Universidad de Alicante (UA) Paloma Taltavull, Francisco Juárez y Antonio Escudero, analiza la situación de la vivienda en la Comunitat Valenciana asociada a la pobreza y aborda el efecto de la covid-19 en esta cuestión. En este sentido, apunta que los niveles de pobreza son mayores en la Comunitat Valenciana que en España debido a niveles de ingresos menores que la media nacional, lo que genera una proporción de hogares pobres mayor en proporción.

"Es una región con salarios reducidos, como consecuencia de su especialización en sectores fuertemente competitivos con el exterior y altamente dependientes de la mano de obra, lo que podría explicar esta situación de menores ingresos", explican los expertos que señalan que la pobreza afecta a una proporción del 22,5% de la población valenciana, 2.5 puntos porcentuales por encima de la media nacional.

En concreto, la incidencia de la pobreza se concentra en Alicante, con un 26% de los hogares, frente al 21,9 y 21% en Castellón y Valencia, respectivamente, mientras que por áreas las costas concentran más proporción de pobreza (30% de sus hogares), seguidas del interior, capitales y áreas metropolitanas.

Unos niveles que se agravarán con la pandemia. Y es que, según los expertos de la UA, los hogares de la costa valenciana serán los que sufran con mayor incidencia los efectos de la pandemia debido a la gran dependencia del gasto que hacen en esas zonas los no residentes. "En estas zonas, las previsiones son muy negativas ya que la covid ha afectado de manera directa a los visitantes, que no pueden llegar ni siquiera a sus segundas residencias. Así, es posible que el nivel de pobreza crezca a tasas elevadas durante 2021, difíciles de asimilar en una economía desarrollada", advierte el informe.

También, el informe señala que las capitales también pueden ser enclaves donde aumente la pobreza ya que suelen concentrar los hogares monoparentales adultos y seniors, por lo que en estas zonas pueden aflorar situaciones de pobreza energética en mayor medida. "La vulnerabilidad asociada a la vivienda de los hogares con hijos en este ámbito indica que podría concentrarse la pobreza infantil en las capitales. Las acciones para evitar estas situaciones tienen que ser decididas y rápidas para evitar el compromiso de la sociedad futura", indica.

Asimismo, el informe señala que la provincia de Alicante tiene la mayor concentración de problemas de pobreza y de vivienda de la Comunitat Valenciana, pues sus niveles de ingresos son menores que el resto de las áreas, lo que genera una mayor vulnerabilidad residencial de sus hogares. "Facilitar la movilidad puede ser una medida que palie los menores ingresos, aunque ante los efectos dela covid, la reducción en las visitas turísticas y en las exportaciones, es posible que se acentúen los problemas de pobreza, y se genere un movimiento a mayor escala de la mano de obra a través de la provincia", puntualiza.

Tipología de hogares

En cuanto a la tipología, los hogares pobres se concentran en las familias con dos adultos y niños (32,5%), más de dos adultos sin niños (27,5 %), 2 adultos senior (13,9 %), unipersonales adultos (11,5 %) y senior (10,7%), monoparentales (2,5 %) y jóvenes hogares unipersonales (1,4 %). De esta forma, advierte de que el 39% de todos los hogares monoparentales son pobres y el 23,8% de todos los que tienen niños, lo que pone de manifiesto la presencia de pobreza infantil, por lo que el informe subraya que deberían ser una prioridad las medidas de apoyo a hogares con niños.

También es relevante la incidencia de la pobreza en hogares unipersonales: el 27,5% de los hogares jóvenes, el 26% de los adultos y el 24,6% de los senior (mayores de 65 años).

"No se trata de controlar los precios del mercado"

Con todo, el documento concluye que el problema de la vivienda va asociado a los bajos ingresos y "no a un problema de precio de vivienda". Por tanto, considera que las medidas deberían reorientarse a complementar los ingresos de los hogares, como por ejemplo crear empleo, y "no a tratar de controlar los precios de las viviendas, ni siquiera en el mercado de alquiler".

"Una intervención en el mercado de la vivienda controlando precios distorsionaría el mercado y podría segmentar la oferta existente hacia los hogares con mayor renta, empeorando la situación de los más pobres. Además, devaluaría el valor inmobiliario con efectos graves sobre la economía en su conjunto, al reducir su valor total", recalca.

Por otro lado, incide en la necesidad de más vivienda pública para alquilar a precio por debajo del mercado. "La concentración de hogares pobres en el mercado de alquiler libre es sorprendente, y se produce porque no existe oferta en los mercados que puedan cubrir. Los hogares pobres acceden al mercado libre si no hay oferta adaptada a sus ingresos, y la construcción de vivienda social ha estado en mínimos o ha sido nula durante algo más de una década. Se requiere de gestión y, por tanto, de recursos adicionales y de un esfuerzo relevante de la administración pública", concluye.


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