MADRID (EP). La inversión extranjera directa en España mostró en 2020 una cierta estabilidad en comparación con 2019, ya que se elevó ligeramente hasta los 7.800 millones de euros, lo que contrasta con las fuertes caídas del 38% registradas a escala mundial, de acuerdo con el informe 'La Balanza de Pagos y la Posición de Inversión Internacional en 2020', publicado por el Banco de España. En concreto, la inversión del exterior en España según el principio direccional alcanzó los 7.800 millones de euros en 2020, un importe ligeramente superior al observado el año anterior (7.600 millones), mientras que en los países más grandes de la Unión Económica y Monetaria (UEM) se registraron descensos a causa de la incertidumbre de la crisis sanitaria.
Desde el organismo que encabeza Pablo Hernández de Cos han matizado que se debe tener en cuenta que el volumen de estas transacciones partía en 2019 en España de un nivel reducido, por lo que en 2020 estos flujos también fueron pequeños desde una perspectiva histórica. Por su parte, la nueva inversión de España en el exterior ascendió a 18.800 millones, nivel también algo más elevado que el del ejercicio previo (17.600 millones). En términos del PIB se produjo un aumento de mayor intensidad del volumen de la inversión directa de entrada y de salida en España durante el pasado año como reflejo de la fuerte contracción del producto.
Tanto las sociedades no financieras como las instituciones financieras monetarias recibieron nuevas inversiones procedentes del exterior (6.400 millones y 4.700 millones, respectivamente), mientras que se produjeron desinversiones en el sector financiero no monetario (-3.200 millones). En cuanto al desglose por instrumento financiero de estos flujos, se revela que el importe de la nueva inversión extranjera en el capital de las filiales españolas se redujo ligeramente con respecto al año anterior (15.100 millones), mientras que volvieron a registrarse desinversiones en instrumentos de deuda, que respondieron en su mayoría a la amortización de préstamos, aunque por un importe algo menor que en 2019 (7.300 millones, frente a 8.100 millones en 2019).
Respecto a la procedencia de los fondos del exterior, los países de la UEM, a diferencia de los años anteriores, mostraron un importe negativo por 18.100 millones, condicionado, en gran medida, por la reestructuración de un grupo internacional, que se tradujo en desinversiones de los Países Bajos, que se vieron compensadas por las mayores entradas de fondos procedentes de Suiza y México, según se detalla en el informe. Por su parte, el Reino Unido registró un volumen de transacciones por un total de 4.500 millones. Del resto de las áreas geográficas, cabe destacar las inversiones procedentes de Asia (2.200 millones), mientras que Norteamérica registró desinversiones por 1.100 millones.
Por actividad económica, en 2020 el principal destino de las inversiones extranjeras en España fue el sector de transporte y comunicaciones (3.000 millones), seguido de la industria manufacturera (2.900 millones) y las actividades financieras. La rama de actividades inmobiliarias y otros servicios profesionales registró el mayor descenso con respecto al año anterior, con unas inversiones positivas de 900 millones, frente a los 5.100 millones de 2019; mientras que el sector de suministros y el sector de la construcción registraron desinversiones (1.100 millones y 700 millones, respectivamente).
De su lado, la inversión directa de España en el resto del mundo fue realizada por las sociedades no financieras (12.900 millones) ylas otras instituciones financieras monetarias (7.200 millones), mientras que el sector financiero no monetario, al igual que el año anterior, desinvirtió (-1.400 millones). En cuanto al destino de la inversión de España en el exterior, el informe refleja que estuvo muy repartido por áreas geográficas, si bien destacaron los países del área del euro (4.600 millones), seguidos del resto de los países europeos (4.000 millones) y América del Norte (3.900 millones).
Por su parte, el desglose por actividad económica muestra que el sector financiero volvió a ser el que más invirtió en el exterior (10.600 millones), seguido por el sector de transporte y comunicaciones, que elevó su importe hasta los 5.400 millones, y la industria manufacturera (3.700 millones). Por otra parte, en el año 2020 varios sectores desinvirtieron en el exterior, destacando las cuantías en la rama de actividades inmobiliarias y la de la construcción.
En cuanto al stock de inversión directa del resto del mundo en España, este suponía el 62% del PIB a finales de 2020, 7,4 puntos porcentuales más que el nivel registrado el año anterior, con lo que se amplía la diferencia con algunas de las principales economías del entorno. No obstante, según explica el Banco de España, la fuerte contracción del PIB en 2020 (del 11%) impulsó este incremento, junto con las nuevas inversiones acometidas en 2020 y los efectos valoración positivos.
El destino de la mayor parte del saldo de esta inversión fueron las sociedades no financieras (48,5% del PIB), seguido del sector financiero no monetario (12,1%). En línea con los años anteriores, el grueso de estos fondos procedía de la UEM (39,5% del PIB), seguido del resto de los países de europeos (13%). Por sector de actividad, los destinos principales fueron la inversión en inmuebles (14% del PIB), las actividades financieras (11,9%) y la industria manufacturera (10,1%). Por su parte, la posición de la inversión directa de España en el resto del mundo suponía, a cierre de 2020, el 45,4% del PIB (0,6 puntos porcentuales más que un año antes).