Juan RomeroLos préstamos ICO han tenido una gran importancia para facilitar el acceso al crédito de las pymesen una primera fase de la pandemia
VALÈNCIA. La crisis de la covid-19 ha elevado el riesgo de liquidez de las empresas españolas. Las pymes son las empresas que más están sufriendo esta necesidad de financiación, debido sobre todo a la fuerte caída de la facturación de los últimos meses. Según el Banco de España, las pymes españolas habían venido mejorando su rentabilidad y sus colchones de liquidez desde 2014 hasta 2019. A pesar de este aumento de la ratio de liquidez de las empresas, sus colchones de liquidez han sido insuficientes para cubrir sus necesidades dada la magnitud del impacto de la pandemia.
En este sentido, los préstamos ICO han tenido una gran importancia para facilitar el acceso al crédito de las pymesen una primera fase de la pandemia, inyectando cerca de 100.000 millones de euros de liquidez en la economía española. Sin embargo, nos encontramos con que la banca tradicional no está pudiendo ofrecer, en esta segunda fase, alternativas de financiación adaptadas a las necesidades de las empresas de menor tamaño.
Es en este contexto donde algunos de nuestros clientes comienzan a ver con mayor interés otras vías de financiación como la deuda privada. Este tipo de entidades (también llamadas fondos de deuda o direct lending) representan una alternativa real a la financiación bancaria tradicional. Los productos ofrecidos por este tipo de entidades (préstamos participativos, convertibles, deuda subordinada, unitranche, mezzanine...) van dirigidos a facilitar el crecimiento de compañías solventes, alguna de las cuales se han podido ver negativamente afectadas por la covid-19.
En la Comunitat Valenciana tenemos un ejemplo interesante, el nuevo fondo de deuda Impulsa, promovido por el IVF (Generalitat Valenciana) y gestionado por Oquendo Capital. La Generalitat Valenciana, consciente de la reducción del apetito bancario como consecuencia de la covid-19, el menor número de bancos debido a las fusiones bancarias y las restricciones regulatorias, seleccionó a través del IVF y mediante un proceso competitivo, a una gestora de ámbito nacional para liderar este proyecto. Nacía así Impulsa, con el objetivo de proporcionar financiación a largo plazo a empresas pequeñas y medianas radicadas en la Comunidad Valenciana.
Se espera que el fondo esté operativo en un plazo de seis meses. La idea de la gestora, con la cual hemos colaborado en la creación de este vehículo, es facilitar financiación –entre dos y cuatro millones de Euros– a empresas de tamaño medio (EBITDAS entre dos y cinco millones) para realizar inversiones, adquisiciones de compañías, expansión internacional o para reorganizar sus balances tras el impacto del Covid-19 en sus negocios.
Desde Livingstone Partners creemos que la escasez de alternativas de financiación a medida para pymes, el impacto de la crisis sanitaria y el riesgo de incumplimiento de los ICOs al partir del segundo trimestre de 2021, aumentará de forma notable el interés de las pymes valencianas por este tipo de financiación.
Juan Romero es director de Livingstone en España
