BENIDORM. Los datos empiezan a ser positivos para la hostelería de Benidorm, que es una de las más castigadas por la pandemia debido a las diferentes restricciones que han tenido que cumplir para seguir adelante. Con el verano ya empezado y las últimas novedades en el mercado británico, el más importante para la ciudad después del español, la restauración en la localidad sigue teniendo dos velocidades, donde el Rincón de Loix se lleva la peor parte.
Preguntado por la situación actual, el presidente de la asociación de hostelería en Benidorm (Abreca), Javier del Castillo, señalaba que la llegada de británicos es "un goteo". Hay que tener en cuenta que desde el pasado lunes, los británicos vacunados pueden viajar a España sin tener que guardar una cuarentena a la vuelta en su país. Como consecuencia, se han reactivado los vuelos ampliando su capacidad con Reino Unido.
El empresario indicó que por la zona del Rincón de Loix, el barrio por el que más se mueven estos turistas, empiezan a verse más británicos que hace apenas un mes, y esperan que evolucione a mejor. Eso sí, siempre y cuando la incidencia del virus en la población europea, y sobre todo española y británica, empiece a mejorar.
La conocida como 'zona inglesa' en Benidorm ha pasado unos meses de letargo en el que pocos locales se atrevían a abrir para la poca población objetivo que tenían por sus calles. Sin embargo, Javier del Castillo indicó que en los últimos días han empezado a abrir algunos de estos negocios, como los restaurantes, bares, cafeterías y hoteles, en previsión de que la clientela pueda aumentar.
Sin embargo, señaló que uno de los problemas a los que se están enfrentando también en estas calles son las obras públicas que hay en los viales, que en principio se había aprovechado por parte del Ayuntamiento para mejorar el barrio aprovechando la falta de turistas británicos. "El problema que tienen son las obras, no sabemos el impacto que va a tener para los británicos", dijo el empresario.
Como se decía, es una recuperación en dos velocidades. La parte mala está en la que depende del turista británico, mientras que la zona centro, más transitada por viajeros españoles, empiezan a recordar la vida antes de la pandemia. Según señaló el presidente de Abreca, en la actualidad están facturando una media del 75% de lo que hacían hace dos años, el último verano sin pandemia. Así, reconoce que lo que más le limitan para seguir ampliando este porcentaje está en la reducción de aforos que aún tienen que mantener así como la prohibición de servir en barra. Hay que tener en cuenta que en el casco antiguo muchos de los bares son pequeños y uno de los servicios más populares estaba precisamente en la barra, además de aprovechar la terraza.
Al margen de esto, Javier del Castillo señaló que están "muy preocupados" por la disponibilidad de la mano de obra en el sector. El empresario lamentó que por culpa de "unos pocos" se lleven la mala imagen de "explotadores" en el resto de la profesión y "criminalizan a la hostelería". En este sentido, indicó que muchos de los trabajadores de este área están en ERTE, y cuando quieren contratar a más personal, optan por continuar en esta situación excepcional. Por ello, indican que han tenido que contratar a personas de Albacete, Madrid o incluso Asturias, al tiempo que lamentaba que el alto precio de los alquileres se llevara una "parte importante" de sus sueldos.