MADRID, (EP). Dormir es clave en el desarrollo de los niños y, sobre todo, para poder seguir su día a día de manera adecuada, sin embargo, desde 1985 se ha atrasado 30 minutos la hora de ir a dormir de los más pequeños, según el director del Instituto de Investigaciones del Sueño, Diego García Borreguero.
Este viernes 17 de marzo se celebra el Día Mundial del Sueño, por este motivo, la profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Educación de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC, por sus siglas en catalán), Amàlia Gordóvil, ha destacado que "dormir es clave para funciones fisiológicas y psicológicas como el crecimiento, el aprendizaje y la consolidación de la memoria y su importancia en estas funciones está demostrada ya desde bebés".
Lo más común es que los niños no duerman las horas recomendadas por los expertos y por ello sufran efectos psicológicos como la falta de concentración, ya que "el cansancio no permite que las funciones cerebrales funcionen de forma óptima; esto puede producir una hipofuncionalidad cerebral, que es muy similar a la que aparece en un estado de somnolencia", señala la profesora.
Esta problemática puede hacer que los niños entren en un "círculo vicioso", pues al no concentrarse, no participarán en clase, sacarán malas notas y "todo ello puede llevarlos a la desmotivación", ha subrayado Gordóvil.
Otra consecuencia está relacionada con el estrés al que los más pequeños pueden enfrentarse ante la falta de sueño, pues estos, como explica la profesora, no pueden hacer frente "de manera óptima" a las demandas que le llegan desde el colegio -igual que pasa en los adultos y el trabajo-, y además, se pueden producir faltas de memoria que repercutan en los estudios.
Junto a los efectos psicológicos, no descansar, y por lo tanto tener sueño, favorece el exceso de peso, y/o a sintomatologías neurológicas como el dolor de cabeza, que pueden repercutir en el inicio de absentismo escolar por parte del menor, indica Gordóvil.
En esta línea, el neurocientífico y profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC Diego Redolar ha recomendado "sincronizar el funcionamiento del sistema nervioso", para así facilitar el sueño. Una de las actividades que recomienda es la lectura, pero realizada fuera de la cama para después irse a dormir.
Otros hábitos que facilitan el sueño, según el Ministerio de Sanidad, son seguir la misma rutina tanto durante el día como la noche; controlar que los programas de televisión, los videojuegos y el uso del móvil sean adecuados para la edad que tiene el niño; disponer de un ambiente adecuado para dormir (sin ruido ni luces y con temperatura agradable); evitar largas siestas en horas próximas a la hora de dormir o evitar comidas y bebidas estimulantes como refrescos con gas o chocolate.