Oltra prepara la primera reversión de una residencia en la Comunitat Valenciana
Oltra prepara la primera reversión de una residencia en la Comunitat Valenciana
VALÈNCIA. La Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas que lidera Mónica Oltra ha comenzado a dar los pasos necesarios para la primera reversión de una residencia de mayores en la Comunitat Valenciana. En concreto, tal y como informó Valencia Plaza este jueves, se trata de un centro de Alcoy gestionado por la empresa DomusVi en virtud de una concesión administrativa. Una residencia que ha sufrido en mayor medida el azote de la covid-19 con catastróficos resultados: 73 ancianos perdieron la vida desde el estallido de la pandemia en este centro, que contaba con 140 residentes.
Uno de los focos más importantes registrados en la Comunitat Valenciana del que se van conociendo algunos detalles. Según el informe de evolución y situación de la citada residencia, firmado el 25 de mayo por el gerente del Departamento de Salud de Alcoy, el lunes 16 de marzo se declaró el brote de coronavirus a los servicios centrales de la Dirección General de Salud Pública y, un día después, la residencia fue visitada por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, además de por un especialista en Medicina Preventiva del Hospital Virgen de los Lirios.
Tres días después emiten un informe a petición de la gerencia del departamento en el que se alude a diversas deficiencias que podrían haber contribuido a la transmisión del virus en este centro de mayores. Así, el Servicio de Riesgos Laborales detectó la escasez de habitaciones preparadas -tan solo dos- como zona de aislamiento; además de constatar que estaban "sin desinfectar la planta segunda y tercera del centro".
Oltra prepara la primera reversión de una residencia en la Comunitat Valenciana
Además, otras deficiencias reflejadas por el informe señalaban la inexistencia de una programación de circuito de limpio y sucio. Sobre esto, se insistió desde la dirección de Enfermería en el refuerzo del servicio de limpieza y lavandería. En esta línea, también se ponía el acento en la falta de zonas de descanso habilitadas para los trabajadores y la falta de información del sistema de ventilación. Al margen de esto, se prescribieron múltiples medidas preventivas relacionadas en su mayoría sobre higiene de manos, uso de equipos de protección individual, mascarillas, guantes, además habilitar espacios para el descanso del personal, espacios para colocarse los EPIs, instalaciones de descontaminación y lavado y ventilación adecuada de las zonas de aislamiento; así como otras recomendaciones respecto al desecho de residuos.
Pero no fueron las únicas observaciones realizadas. Tras el informe, también se decidió afrontar una redistribución de los ancianos, dado que en la primera planta -con capacidad teórica para 50 residentes- había 67 mayores asintomáticos. Entre la segunda y tercera planta sumaban 60 residentes con sospecha y había 19 trabajadores de baja laboral, seis de ellos con coronavirus confirmado. De esta manera, se optó por cambiar la distribución al no considerarla adecuada, situando en la tercera plaza a 44 de 46 residentes con fiebre -todos grandes dependientes-, en la segunda 38 de 42 con síntomas leves y dependientes y 43 residentes autónomos y asintomáticos en la primera planta.
Una serie de deficiencias detectadas, cambios acometidos y recomendaciones preventivas que, vistos los resultados, llegaron tarde o no pudieron aplicarse en su totalidad o de manera efectiva. En esos momentos, según refleja el informe redactado por el gerente del departamento de Salud, la situación comenzaba a ser más que preocupante: desde el 14 hasta el 18 de marzo habían fallecido 7 residentes, tres confirmados y cuatro sin la prueba realizada. Precisamente el día 18 de marzo, según revela el documento, se recogió muestra nasofaríngea a todos los residentes (127), dado que 13 ya habían fallecido desde el inicio de la crisis. Las muestras recogidas indicaron 102 positivos, 23 negativos y 1 no determinado.
Unas cifras que supusieron la antesala de la dramática situación acaecida en los siguientes días. El 13 de abril, apenas un mes después, la cifra ascendía en total a 62 fallecidos (60 en Domusvi y dos en hospital). Lo médicos de la residencia relatan jornadas de trabajo de 12 horas, pasando visita a 93 usuarios y exponen las dificultades para llamar a los familiares debido a la falta de tiempo, caídas de la centralita, así como los problemas de conexión para transmitir datos a través del único ordenador del centro con el Abucasis habilitado para ello.
Finalmente, el último fallecimiento dentro del informe se transmite el 4 de mayo. No obstante, el 16 de mayo aparecieron entre los trabajadores y residentes nuevos positivos -hasta 19 concretamente- que hicieron saltar las alarmas, por lo que se procedió de nuevo a la realización de test, detectando estos casos entre personas que habían dado positivo y luego se habían negativizado, lo que conllevó una revisión de la metodología aplicada, si bien se concluyó que era fiable.
Un breve relato sobre la residencia ha constituido uno de los focos más importante de contagio de personas mayores en la Comunitat, y en concreto en la provincia de Alicante. Sin ir más lejos, el jefe de sección de la Unidad de Hospitalización Domiciliaria del Hospital de Alcoy -que intervino el geriátrico durante la crisis-, Manolo Pérez, aseguró que las infecciones afectaron al 70% de los residentes y que fallecieron 73 de ellos.
Asimismo, también denunció que durante la pandemia el centro dejó sin comunicación a residentes y familiares, una circunstancia que, según la empresa, se produjo "por motivos técnicos". Las familias de los mayores denunciaron esta circunstancia ya hace más de cuatro meses y, a mayor abundamiento, se trata de una de las residencias valencianas que han estado bajo investigación de la Fiscalía por su elevado índice de mortalidad, según recordó el propio Pérez en Cadena Ser.