VALENCIA (VP). La confianza en las instituciones públicas cayó con fuerza en España durante los años de crisis. La recuperación económica no ha conseguido restituirla y sigue en niveles claramente inferiores a los de 2007. Entre 2008 y 2016 la confianza en los políticos y en el parlamento ha disminuido más de 30 puntos porcentuales, situándose en niveles muy bajos. En otras dimensiones del capital social la evolución ha sido muy diferente: la participación cívica ha aumentado y la confianza interpersonal se ha mantenido. Pero la destrucción del capital social en el ámbito político supone un obstáculo para la consolidación de la recuperación económica porque dificulta las decisiones colectivas. Así lo recoge el último documento Esenciales, que elaboran mensualmente el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA, y que en este caso corresponde al de noviembre.
Según la evolución temporal de la confianza en instituciones legislativas, políticas y judiciales que ofrece el Eurobarómetro, su caída ha sido importante en España (más de 30 puntos porcentuales en algunos casos) y moderada en el conjunto de los 28 países de la Unión Europea. En España las opiniones manifestadas en los años de recuperación económica, a partir de 2013, muestran mejoras significativas de la confianza en la justicia y, en menor medida, en el parlamento. No obstante, en ambos casos los porcentajes de quienes confían siguen siendo bajos, alejados de los niveles de 2008, cuando al menos el 50% confiaba en esas instituciones. Y en lo que respecta a los partidos políticos, la confianza en los mismos sigue estancada a un nivel por debajo del 10%, casi 10 puntos porcentuales por debajo de la UE.
Así pues, la crisis económica ha deteriorado gravemente en España algunas dimensiones muy relevantes del capital social, debilitándose las bases favorables para la cooperación existentes en el pasado, y su recuperación está resultando difícil.
El comportamiento diferencial del capital social en España está ligado a una combinación de los graves efectos adversos de la crisis con que los ciudadanos han constatado que los gobiernos no estaban en condiciones de cumplir parte de los compromisos adquiridos, en particular los relacionados con el nivel de la oferta de servicios relevantes del Estado de Bienestar. Al defraudar esas expectativas, la reputación de las instituciones públicas se ha resentido, especialmente cuando al mismo tiempo se han confirmado casos de mala gestión o corrupción.
La evidencia muestra una relación negativa entre la confianza y el grado de corrupción percibido en los países. Donde los ciudadanos perciben menor corrupción (Dinamarca y Finlandia), los índices de confianza son mayores, al contrario de lo que sucede en España en los años recientes, que sobresale negativamente en este sentido.
Cuando la confianza en las instituciones públicas escasea, encontrar soluciones de consenso a los problemas colectivos resulta más difícil, como está demostrando la realidad política española. Superar los obstáculos que ese escenario representa y volver a cooperar será muy relevante para recuperar el capital social perdido. Solo entonces será más sencillo adoptar decisiones colectivas y abordar reformas que son necesarias para consolidar una nueva senda de crecimiento sostenido.
Otras dimensiones del capital social no se han resentido tanto. Según la última oleada de la European Social Survey, el índice de confianza en la gente en España ha caído ligeramente, pasando del 5,1 en 2006 al 4,8 en 2014, situándose en este último año en un nivel solo ligeramente inferior al conjunto de 20 países europeos considerados (4,9).
Al mismo tiempo, en estos años la participación cívica y el trabajo voluntario han aumentado en España, 8 y 5 puntos porcentuales, respectivamente. En 2014, el 20% de la población colaboraba en trabajos voluntarios y el 31% había firmado peticiones que reivindicaban mejoras para el país, frente al 15% y el 23% de 2006.
A pesar de que la economía española vuelve a crecer y crea empleo a buen ritmo desde 2014, a la confianza le cuesta remontar el vuelo, tras verse afectada en gran medida por las secuelas de la crisis desde 2008, con caídas de la misma a tasas que superaron el 20% anual, según las estimaciones de la Fundación BBVA y el IVIE. La desconfianza institucional es todavía muy elevada, y su recuperación es necesaria para lograr la continuidad del crecimiento.
Esenciales es una serie de documentos orientados a difundir los principales resultados del Programa de Investigación que la Fundación BBVA y el IVIE vienen desarrollando desde hace más de dos décadas. Breves, accesibles y actualizados al último dato disponible, estos textos analizan cuestiones tratadas en las principales líneas de investigación desplegadas por ambas instituciones. Entre las más importantes, cabe mencionar: Crecimiento y competitividad; Capital humano y conocimiento; Estructura productiva; Bienestar y capital social y Desarrollo regional y demografía.