Guillermo Fernández Vidal, presidente de EzentisVALÈNCIA. Ezentis (EZE) se mantuvo ayer al margen de la jornada alcista que vivieron buena parte de las cotizadas españolas, que se tradujo en un Ibex 35 tocando a máximos de agosto de 2018, y cerró bajando un 2,40% hasta los 0,448 euros, es decir, en zona de mínimos de julio de 2016 como se aprecia en el gráfico inferior.
Además, y como dato a tener en cuenta, la caída de la firma presidida por Guillermo Fernández Vidal, que fue la novena mayor de todo el Mercado Continuo, vino acompañada por un fuerte volumen de negocio. De hecho se intercambiaron de manos 958.312 títulos frente a una media diaria anual de 485.343, según los datos de Infobolsa.
La tecnológica sevillana cede en lo que va de año casi un 6%, lo que ha reducido su capitalización por debajo de los 150 millones de euros. Y todo ello después de sacudirse de encima las pérdidas en los nueve primeros meses del año, al presentar un beneficio de 3 millones de euros y elevar un 10,8% sus ingresos. Por no hablar de los contratos que viene ganando de un tiempo a esta parte, cuya cartera de pedidos estaba valorada a finales de octubre en 966 millones de euros.
Conviene recordar que España supone el primer mercado de EZE aportando el 35,7% de los ingresos del grupo (sumando la rama de actividad adquirida en agosto), seguido de Brasil (34,1% de los ingresos) y Chile (20,2%). En total, los tres mercados principales suponen casi el 90% de la cifra de negocio de la compañía. Y en aquellas tierras tiene un gran aliado como es Telefónica, que no ceja de adjudicarle contratos.
Precisamente EZE advertía en la presentación de sus últimos resultados que la compra de la rama de actividad de bucle y planta externa para Telefónica en seis nuevas provincias españolas le permitirá incorporar ingresos adicionales en el presente trimestre. Concretamente por valor de 45 millones de euros, además de un Ebitda de 6,3 millones y una cartera de contratos por 130 millones de euros.
Pero la bolsa no termina de poner en precio a una Ezentis cuyo gráfico conviene no perder de vista. "Tenemos un soporte decreciente que une todos y cada uno de los sucesivos mínimos desde 2017. Y lo que me preocupa es que se ha atacado tantas veces que al final se termine perforando. Y si lo hace, no descarto un rápido latigazo a la baja que le puede llevar de nuevo a los mínimos de 2016: los 0,28 euros. Dicho esto, qué duda cabe que en este momento le tenemos de nuevo en plena zona de soporte. Pero mucho cuidado como este se perfore", respondía ayer José María Rodríguez, analista técnico de Bolsamanía, en un consultorio.
