La banca española sale reforzada tras el Popular, según los 'hombres de negro' de Bruselas

MADRID (EP). El sector bancario español se ha visto fortalecido tras la "exitosa" resolución del banco Popular el pasado 7 de junio por la Junta Única de Resolución (JUR), sin pérdidas para los contribuyentes ni para los depositantes y, además, cumple "holgadamente" con los requisitos de capital regulatorio, a la vez que la proporción de activos problemáticos continúa cayendo. Así lo confirman la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) tras su octava visita de control a España desde el rescate del sector bancario, aunque también advierten de que todavía existen "unos pocos" bancos que continúan lidiando con el desafío de un elevado nivel de activos problemáticos en sus balances.

Por otro lado, mientras que en la última visita ambas instituciones hacían alusión a la "lentitud" con la que procedían los procesos de reprivatización de las entidades rescatadas durante la crisis, esta vez enaltecen la implementación de los planes de reestructuración de los bancos que han recibido ayuda estatal, al señalar que están "muy cerca" de completarse, así como la absorción Banco Mare Nostrum (BMN) por Bankia -participada en un 66% por el Estado-, que apunta que está "bien avanzada".

"Los preparativos de la fusión entre Bankia y Banco Mare Nostrum están bien avanzados. Reanudar la venta de la participación del FROB en la entidad fusionada y una mayor desinversión de algunas fundaciones bancarias en las cajas de ahorro reforzarán el sector bancario español", señalan Bruselas y el BCE en la declaración. El pasado 14 de septiembre, los accionistas de BMN respaldaron, con el 95% de los votos, la fusión de la entidad con Bankia en una junta extraordinaria, una operación que se articularía mediante la entrega de 205,6 millones de acciones de nueva emisión de Bankia (hasta un 6,7% del capital) a los accionistas de BMN, lo que supone otorgar un valor a esta última de 825 millones de euros (0,41 veces su valor en libros). No obstante, 'los hombres de negro' reclaman una implementación "más rápida" de la reforma del sector de las cajas de ahorro, algo que continúa siendo "importante", así como mejorar la gestión de la Sareb, el 'banco malo' que acumula los activos tóxicos o improductivos de las cajas rescatadas que, aunque ha mejorado en la desinversión de su cartera los resultados financieros aún no son buenos.

Informe 'post rescate'

Además, el informe 'post rescate' vuelve a hacer hincapié en el impacto de la baja rentabilidad en los resultados de la banca española en comparación con sus pares europeos, fundamentalmente de cara al medio plazo. "Los bancos españoles han continuado siendo rentables, pero mantener la rentabilidad suficiente en el medio plazo es un desafío clave para muchas entidades", subrayan ambas instituciones, que atribuyen este escenario a los bajos tipos de interés, al decreciente margen para mejorar la eficacia operativa y a una actividad crediticia aún contenida.

Por esto, tanto la CE como el BCE piden que se mantenga "una vigilancia cuidadosa" sobre la evolución y situación del sector bancario español y reclama a "algunos bancos" que sigan adaptando sus modelos de negocio. A pesar del crecimiento "fuerte" y "equilibrado" de la economía, los desafíos todavía permanecen, como un déficit alto y una deuda privada y pública que disminuye lentamente, además de un desempleo que, aunque ha disminuido a un ritmo acelerado, continúa siendo "muy elevado", sobre todo entre jóvenes y personas poco cualificadas. Todas estas debilidades, aseveran las instituciones, impiden un mayor crecimiento de la productividad.

"Afrontar estos desafíos es urgente, ya que algunos de los vientos de cola externos que han apoyado los esfuerzos reformistas en España que han impulsado una fuerte recuperación, como los bajos precios del petróleo, están desapareciendo", aseveran la Comisión y el BCE. Así, el informe señala que las autoridades nacionales deben aprovechar la oportunidad que les brinda la "firme" recuperación económica para proseguir la consolidación fiscal con el fin de garantizar la reducción excesiva del déficit público y la ratio de deuda, además de reconstruir los amortiguadores fiscales que permitan a España superar cualquier impacto adverso.