VALÈNCIA. El proceso de desapalancamiento continúa su curso en el sistema bancario de la Comunitat Valenciana, tal y como lo delató el último informe del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) correspondiente al pasado año publicado ayer. A lo largo de 2016, la banca cerró el 5,75% de sus oficinas en esta región, al pasar de las 3.111 hasta las 2.932. Pero el porcentaje supera ya el 42% tomando en cuenta el inicio de la crisis en 2008, dado que al cierre de aquel ejercicio eran 5.061 las sucursales existentes en algún punto de esta comunidad.
"Los cierres van a seguir dándose y no solo aquí sino en todo el territorio nacional ante el cada vez más próximo proceso de concentración bancario, que ya lo ha dejado caer más de una vez el propio ministro de Economía", apuntan desde una entidad financiera valenciana consultada por este diario. "Sin ir más lejos ahí está el proceso de fusión en curso entre Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN) que va a provocar más cierres -y despidos- en la zona mediterránea de dominio de ambas entidades", añaden.
Y no les falta razón como tampoco a los analistas de S&P Global, que entienden que dicha fusión sería el punto de partida para iniciar la consolidación bancaria en España donde las entidades medianas serían las más activas, al tratarse de ser las que más dificultades podrían tener a la hora de mejorar su rentabilidad. Y no solo eso sino que precisaron que en la actualidad se dan las condiciones necesarias para que se produzca una nueva consolidación en el sector, lo que ayudaría a las entidades a hacer un "ajuste significativo" de sus costes.
Un mensaje que comparte Alberto Hernández, analista de XTB, al manifestar que la fusión entre Bankia y BMN "abre la veda en un segundo ciclo de fusiones". Y, obviamente, dicho ciclo impactaría tanto sobre las sucursales como sobre los empleados, lo que significa que el proceso de desapalancamiento sigue en curso. Pero no solo el próximo proceso de fusiones va a provocar más cierres. No. Ahí está también el cada vez mayor impacto de las fintech y de la apuesta por las tecnologías de la banca española.
"La política monetaria ultralaxa del Banco Central Europeo (BCE) ha pasado factura sobre las entidades, que han tenido que buscarse la vida para lograr rentabilidad en un escenario de tipos bajos y ahí aparece el fenómeno fintech", añaden las mismas fuentes consultadas por Valencia Plaza. Al hilo de esto es muy recomendable echar un vistazo al artículo de opinión de Christopher Truce, director de desarrollo de plataforma de Saxo Bank, publicado hace unos días en la sección de Bolsas y Mercados.
Mientras el cierre de sucursales bancarias en la Comunitat Valenciana alcanzó el 5,75% el pasado ejercicio, el ratio se elevó hasta el 7,37% en el conjunto nacional por cuanto el número de oficinas pasó de los 30.921 hasta las 28.643. Cierto es que a lo largo de los años de esta última (y durísima) crisis el sistema bancario regional ha sufrido bastante más por los excesos cometidos. Como muestra un botón: desde 2007 hasta el cierre de 2016 la banca en la Comunitat ha cerrado el 42,07% de su red -según los mismos datos del otrora brazo ejecutor de la política financiera del Consell- frente al 37,27% que lo ha hecho en toda España.
A lo largo del pasado año, Alicante fue la provincia de la CV que más acusó el desapalancamiento en términos porcentuales (-6,27%), al pasar de las 1.116 oficinas de 2015 hasta las 1.046 del último día de 20156. Sin embargo, en lo que a los últimos ocho años es la que menos oficinas ha perdido de las tres (-39,75%). Todo lo contrario que Castellón (-45,36%) aunque durante el ejercicio anterior el ratio fue del 5,36%, que va de las 392 sucursales hasta las 371. Por su parte, la capital se apeó por primera vez en más de una década de las 3.000 oficinas tras ceder durante 2016 un 5,75%.