El experto valora el paquete europeo de 500.000 millones promovido por el eje franco-alemán para ayudar a los países más afectados por el virus
MADRID. La cancillera alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron han llegado a un acuerdo para apoyar el lanzamiento de un paquete de apoyo de 500.000 millones de euros para ayudar a la Unión Europea a recuperarse del brote de coronavirus, que ha devastado grandes partes del continente.
Si la cantidad no fuese tan pequeña y no hubiera llegado tan tarde -y si los dirigentes austriacos no hubiesen empezado a echar agua fría sobre la idea antes de que los mencionados líderes hubiesen colgado sus teléfonos-, casi podríamos empezar a emocionarnos. En este momento, sin embargo, la Comisión Europea publicará sus propios planes el 27 de mayo, que luego serán discutidos por los ministros de finanzas de la Unión Europea (UE) en su próxima cumbre, que no está programada hasta el 18 y 19 de junio.
Es evidente que la falta de acción hasta este momento ha sido muy palpable cuando se analizan los plazos en la toma de decisiones durante la propagación de este virus. Italia prohibió los vuelos desde China desde el 31 de enero. A finales de febrero Janez Lenarčič, el comisario de la UE para la gestión de la crisis, lamentó la falta de acción cuando Italia pidió ayuda por primera vez. A finales de marzo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también criticó duramente la falta de acción con algunas frases elegidas, entre ellas "cuando Europa realmente necesitaba un espíritu de todos para uno, demasiados dieron inicialmente la respuesta "sólo para mí", y "cuando Europa realmente necesitaba demostrar que no es sólo una unión para los buenos momentos, demasiados se negaron a compartir su paraguas".
Desde entonces, la UE ha tomado medidas y anunciado varios paquetes para ayudar a la lucha contra la covid-19. Sin embargo, éstas palidecen en comparación con las acciones anunciadas por Estados Unidos, donde la respuesta conjunta de la Reserva Federal y el gobierno ha sido rápida y decisiva con una serie de programas lanzados para apuntalar la economía, mientras que el Reino Unido también ha estado a la vanguardia. La diferencia en la respuesta se puso de manifiesto cuando el gobierno holandés rechazó agresivamente una propuesta de coronabonos" emitidos de forma conjunta, lo que provocó críticas incluso de sus propios ciudadanos.
La falta de acción está teniendo un enorme impacto en la periferia de la Unión -particularmente en Italia y España- donde algunas ciudades importantes permanecen totalmente cerradas, incluso cuando las tiendas de Alemania han estado reabriendo de forma gradual desde el 6 de mayo.
La situación económica en Italia es particularmente grave, y hay estimaciones que prevén que en 2021 la deuda alcanzará el 160% del PIB y numerosos trabajos de investigación plantean la cuestión de un eventual impago de Italia. Los analistas de RBS, por ejemplo, señalan que , dados los diferenciales de los bonos del gobierno italiano, la probabilidad implícita de incumplimiento a 10 años es de poco más del 30%, con un ratio de recuperación del 30%. Dado que el apoyo italiano al proyecto de la UE ha ido disminuyendo, no hay duda de que cuando el ex viceprimer ministro, Matteo Salvini, aparezca una vez más, tendrá mucha munición nueva en su retórica anti-UE.
Seguramente durante la próxima campaña electoral se desempolvarán mucho de esos comentarios faltos de apoyo de los socios europeos de Italia.
Mientras tanto, sólo podemos esperar que las autoridades de la eurozona puedan actuar conjuntamente y proporcionar el apoyo que tanto se necesita en un momento en el que el PIB está a punto de desplomarse y con unas cifras de desempleo que se disparan. Fue al menos alentador ver que el préstamo conjunto propuesto por Merkel y Macron en la UE se gastaría en ayudar a las regiones más afectadas por la Covid-19. Ciertamente, los mercados han reaccionado bien al acuerdo y la rentabilidad de los bonos del gobierno italiano se ha reducido desde el 1,8% que marcaban el lunes hasta alrededor del 1,6% (todavía muy por encima del -0,48% de Alemania).
Sin embargo, a pesar de las noticias alentadoras, no nos sorprendería que los inversores que tienen un riesgo significativo en Italia reaccionaran al sentimiento positivo recortando sus participaciones en el país, en lugar de esperar a las ayudas de la UE que deberían haber llegado hace semanas. Recordemos que después de la crisis financiera mundial tuvimos una crisis soberana del euro, y aunque pensamos que hoy en día es menos probable, no podemos descartar otro brote italiano ya que muchas de las condiciones que se produjeron en aquel momento para que se produjera un evento de este tipo también se están desarrollando actualmente.
Eoin Walsh es fundador y gestor de TwentyFour AM (boutique de Vontobel AM)