MADRID (EP). La actividad física regular se asocia con una mejora de la función pulmonar en las personas fumadoras en ciudades europeas, independientemente de los niveles de contaminación del aire, según un estudio realizado a más de 4.500 personas de nueve países europeos que ha sido liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
Un estudio previo del mismo proyecto concluyó que la actividad física regular se asociaba con una mejor función pulmonar entre las personas fumadoras, pero no se analizaron datos de exposición a la contaminación del aire. Ahora, esta nueva investigación, publicada en la revista 'Environment International', se planteó como objetivo evaluar si la exposición residencial a la contaminación del aire (la estimación anual de dióxido de nitrógeno (NO2) y de partículas en suspensión PM2,5 y PM10) modifican el efecto de la actividad física en la función pulmonar, tanto de las personas fumadoras como de las que nunca han fumado.
El trabajo ha analizado los datos de 2.801 personas que nunca habían fumado y 1.719 personas fumadoras de nueve países europeos (Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Noruega, España, Suecia, Suiza y Reino Unido), participantes en la Encuesta de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea (ECRHS, por sus siglas en inglés).
Durante diez años, se hizo un seguimiento a los participantes, de entre 27 y 57 años al inicio del estudio. Fueron clasificados como activos si hacían actividad física con una frecuencia de dos o más veces a la semana y una duración de una hora a la semana o más. La función pulmonar se evaluó mediante la prueba de la espirometría.
Las conclusiones indicaron que la actividad física regular fue asociada con una mejor función pulmonar entre las personas fumadoras, independientemente de los niveles de contaminación del aire. En cuanto a las personas no fumadoras, la actividad física tuvo beneficios para la función pulmonar en zonas con niveles de contaminación del aire bajos o medios, pero estos resultados fueron menos claros en zonas urbanas más contaminadas.
Elaine Fuertes, primera autora de la publicación, ha destacado que los resultados "refuerzan el mensaje de que la actividad física es beneficiosa para la salud, incluida la salud respiratoria". "Sin embargo, nuestros datos sugieren que puede haber cierta atenuación de este efecto entre las personas no fumadoras que viven en ciudades con niveles de contaminación altos, por lo que, de ser confirmado, las políticas destinadas a controlar los niveles de calidad del aire garantizarían el máximo beneficio de las políticas de promoción de la actividad física", añade.
"Muchas formas de actividad física tienen lugar al aire libre, como ir en bicicleta, caminar o correr, y además se promueve el transporte activo como un método para reducir tanto los niveles de contaminación del aire como el sedentarismo. Así, entender la relación entre contaminación del aire, actividad física y función pulmonar es imprescindible para la toma de decisiones en los ámbitos de la salud pública y la planificación urbana", valora Judith Garcia-Aymerich, coordinadora del trabajo y del programa de investigación de Enfermedades no transmisibles y medio ambiente de ISGlobal.