VALÈNCIA. La obesidad se ha convertido en un problema entre la población y el fomentar los hábitos saludables se erige más que nunca como una necesidad. El número de personas con problemas de peso en la Comunitat Valenciana ha aumentado un 3,5% en la última década y actualmente, 1,5 millones de valencianos sufren sobrepeso y más de medio millón, obesidad.
El consumo de azúcar y las grasas saturadas son un constante tema debate, sobre todo para aquellos que consideran que no deben estar presentes en aquellos lugares donde se adquieren hábitos o se vela por la salud. Son muchas las voces críticas -desde profesionales de la nutrición a asociaciones de consumidores- las que han solicitado que se restrinja el consumo de ultraprocesados no solo en los colegios, sino también en los hospitales públicos, al margen de fomentar desde la administración hábitos saludables incrementando productos como la fruta y los vegetales.
Con este fin aprobó este viernes la Generalitat Valenciana el decreto para fomentar una alimentación saludable y sostenible en el ámbito de las Administraciones Públicas. Aunque no será una restricción total, prohibirá los refrescos y bollería de más de 200 calorías en colegios y hospitales -entre otros productos-, además de en otros centros de la administración pública. Lo hará tanto en las máquinas expendedoras como en las cafeterías.
La norma, que fue definida por el departamento de la exconsellera de Sanidad, Carmen Montón, menciona productos que sí pueden venderse independientemente de su contenido calórico: agua envasada, leche desnatada o semidesnatada, yogures y otras leches fermentadas bajas en grasa y sin azúcar añadido, panes integrales, fruta fresca, frutos secos no fritos y bajos en sal, refrescos sin azúcar añadido, zumos de fruta, platos a base de vegetales frescos y sopas vegetales frías.
El resto de productos podrán venderse siempre que cumplan con una serie de criterios nutricionales. Entre dichos requisitos destacan no solo que la porción envasada o comercializada no contenga más de 200 kilocalorías. También aparece que el 10% como máximo de las kilocalorías procedan de grasas saturadas, que el 30% como máximo de las kilocalorías procedan de los azúcares totales o que contengan un máximo de 0,5 gramos de sal. Además, será obligatorio señalar si son apropiados para personas con gluten.
El decreto está muy inspirando en ley aprobada en Andalucía, aunque está muy lejos de la minuciosa ordenanza andaluza, que incluso legisla en el ámbito para restaurantes y bares. Además, también contiene sanciones, cosa de la que carece la legislación valenciana, que si asegura que la conselleria realizará un control para comprobar que la legislación se cumple.
El plazo máximo para poner en marcha el decreto es de seis meses y en el caso de que la máquina expendedora tenga licencia hasta el vencimiento del título.
La normativa también señala el servicio a prestar en cafeterías y comedores. En éste se señala que se fomentará la compra de frutas, verduras y hortalizas frescas, alimentos de proximidad y de producción ecológica.
Las empresas que presten el servicio en concursos públicos tendrán que abastecer al menos de un 40% de frutas y hortalizas frescas de temporada en la Comunitat Valenciana, productos ecológicos en un porcentaje de al menos un 3% del total de las compras.
Al decreto se presentaron numerosas alegaciones, entre ellas de empresas como Danone, quien sugería incorporar a la mención del yogur otras leches fermentadas. También las de la empresa Delikia, en las que se señalaba que se incluyeran las rosquilletas entre los productos panarios al ser habitual su consumo en la Comunitat Valenciana, se añadieran las bebidas a base de vegetales como la horchata e incluso consideraran algunas galletas integrales, barritas de cereales y bocadillos.
Incluso lanzan una recomendación a la administración pidiendo que se centrarse más en la educación para la salud en las escuelas, enseñando hábito saludables, en vez de prohibir la venta de estos productos. "Los consumidores tienen derecho a elegir", insisten. Incluso ven absurdo la reducción de la ración, ya que el usuario podrá comprar dos paquetes.
Desde la Federación Empresarial de Agroalimentación de la Comunidad Valenciana (Fedacova) también se pedía reconsiderar la limitación de comercialización de productos como sandwiches, bocadillos u otras comidas preparadas. "Estimamos oportuno que se reconsidere ya que un parte importante de consumidores que pueden utilizar este tipo de máquinas, especialmente en centros hospitalarios y universitarios, busca la posibilidad de consumir una de las comidas principales y no solo un tentempié", recogían en su alegación, donde pedían un reajuste de las cantidades nutricionales para dar cabida a este tipo de comidas.