VALÈNCIA. La renta por ciudadano de la Comunitat Valenciana es menor a la media de España, antes y después de la crisis. Así lo señala Francisco José Goerlich Gisbert en su estudio El empobrecimiento valenciano. La renta y su distribución; pobreza y exclusión social en la Comunitat Valenciana.
Más allá de las cuestiones distributivas, la Comunitat Valenciana empezó a perder posiciones relativas en términos de renta per cápita mucho antes de la crisis de 2007, según explica Goerlich en su libro publicado por el Instituto Alfons el Magnànim, aunque muchos puedan pensar que la situación en la autonomía llegó tras el pinchazo del ladrillo.
La Comunitat había mostrado síntomas de dinamismo económico, creciendo prácticamente igual al conjunto de España y con una renta que era prácticamente igual o ligeramente por encima de la media nacional. Sin embargo, los salarios bajos respecto al resto de la autonomía llegaron para quedarse.
La situación empezó a cambiar lentamente a finales de la década de los 80 y al llegar la crisis económica, la renta per cápita de la Comunitat Valenciana se situaba ya 10 puntos porcentuales por debajo del promedio nacional. Por lo tanto, los habitantes de la Comunitat eran, al principio de la crisis, más pobres que el ciudadano medio de España, y evidentemente en los años de crisis no se ha mejorado la situación, de hecho se ha incrementado la brecha.
El nivel de vida de los hogares valencianos ha ido deteriorándose aún más desde 2007 y en mayor medida que a nivel nacional. Si durante la crisis los hogares españoles vieron disminuir su renta familiar en un 20% en promedio, en la Comunitat Valenciana esta caída fue de un 24%.
El deterioro en la distribución es algo menor que en el resto de España, pero el incremento algo más moderado en la desigualdad se produce sobre niveles de renta inferiores. "Caída de rentas con incrementos en la desigualdad implican un reparto muy asimétrico de los costes de la crisis, es decir, los estratos bajos de renta han perdido mucho más que los estratos intermedios y superiores", señala el autor.
El deterioro de la distribución de la renta del hogar se observa con nitidez tras 2007. Desde esa fecha la Comunitat Valenciana ha mostrado una tasa de desempleo superior a la española y aunque el crecimiento del empleo ha sido superior al nacional en los últimos años en los que la actividad económica se ha reactivado, una situación de mayor desempleo todavía persiste en la actualidad y es que la desigualdad empieza por el trabajo.
Según Goerlich el desafío en los próximos años es promover el crecimiento económico y al mismo tiempo reducir las desigualdades. Para ello señala una nueva estrategia de desarrollo para la Comunitat Valenciana que recupere la inversión y la creación de empleo de calidad.
Destaca que las políticas públicas como transferencias monetarias o impuestos directos pueden servir para mitigar. Sin embargo, reconoce que es fundamental que todas las comunidades autónomas dispongan de recursos suficientes para financiar los servicios públicos fundamentales en las mismas condiciones, una cuestión directamente relacionada con la financiación autonómica y en la que la Comunitat Valenciana no ha sido especialmente bien tratada.
También los indicadores de pobreza desarrollados en el marco de la estrategia Europa 2020 muestran el empeoramiento de los últimos años y la desfavorable situación de la Comunitat Valenciana en relación con el resto del Estado Español.
El número de pobres habría crecido en unos 200.000 entre 2008 y 2015, pero si se mantiene el umbral de pobreza en los niveles de vida de 2007, entonces el número de pobres habría crecido en unos 600.000, y afectaría a una población en torno a los 2 millones de personas en la Comunitat Valenciana.
De hecho, asegura que los resultados muestran lo lejos que la Comunitat Valenciana está de alcanzar o siquiera aproximarse a los objetivos de Europa 2020 en términos de cohesión social. Por este motivo, es clave que la Comunitat consiga mejorar su capacidad de renta.