VALENCIA. Tener un problema y querer resolverlo es el mejor motivador para poner en marcha un proyecto. Esto es lo que ocurrió con Kmina e Ignacio Mañero, un emprendedor que quiere comercializar un nuevo diseño de muletas que quiere terminar con el dolor de manos que produce este apoyo tradicionalmente.
Este equipo, actualmente dentro del programa de Lanzadera, ha lanzado un Kickstarter para poder producir el prototipo ideado por Mañero que permite desviar el peso que se acumulaba en la mano al antebrazo. "Kmina surge como una necesidad propia", explica. "Tuve lesiones deportivas y fue necesario utilizar las típicas muletas de toda la vida con el daño y la molestia que conllevan en las manos".
De profesión ingeniero, durante la carrera le había estado dando vueltas a cómo un producto como las muletas se usaba con un diseño similar desde el antiguo Egipto con la incomodidad que presenta. Mañero hizo un prototipo básico de madera y contactó con Alejandro Vañó con quien había trabajado en PwC a quien se sumó Jaime Usabiaga, Jefe de traumatología del hospital de San Sebastián.
El jefe de traumatología vio el objetivo claro debido a las numerosas quejas que le llegaba a la consulta y se unió con inversor y asesor. Este nuevo modelo de muletas ha equilibrado el apoyo del antebrazo, donde reparte el 80% del peso, que antes iba a la mano.
La idea surge de un cascanueces. "Estaba investigando todo el día en el tema de las muletas y la idea surgió en San Sebastian, donde lo típico es comer de postre nueces y queso", explica. "En mi casa, el cascanueces tiene entre medias un muelle en el que una vez has cascado la nuez vuelve a su posición original".
De ahí surgió la idea. "En los dibujos de la patente está metido un cascanueces en la parte del apoyo del antebrazo", reconoce. Además de descargar todo el peso en el antebrazo liberando las muñecas, este modelo permite quitar el acolchado para lavarlo o cambiar las empuñaduras.
Con Kickstarter la intención era reunir 20.000 euros para iniciar la producción, pero ya llevan más de la mitad. La recompensa es la muleta física, de manera que la puedas tener con condiciones económicas mucho más favorable aunque también se puede financiar la muleta para gente la necesite de asociaciones como Adela o Cima.
"Ya existen muletas premium en el mercado pero no con este concepto" asegura Mañero. Algunas son fabricadas con fibra de carbono, son más ligera, pero este ingeniero está seguro de que la gente no se queja de que las muletas pesen. Estas pueden llegar hasta los 250 euros. mientras que las suyas se venderán a 99 euros.
A nivel nacional no tienen competencia en el sentido de desviarse del diseño tradicional de muleta mientras que en Estados Unidos hay una empresa que está en la misma fase que Kmina, no con el mismo modelo pero sí con un cambio conceptual.