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SÁBADO 26, PLAZA DE TOROS DE ALICANTE

Juan Aguirre (Amaral): "Con este disco esperamos montar una súper fiesta en directo"

24/10/2019 - 

ALICANTE. "Nosotros queríamos que las canciones se pudieran escuchar con la luz apagada, tirado en la cama y a mucho volumen, porque el disco está pensado para escucharse con potencia; pero también buscábamos que las canciones tuvieran una base rítmica que pudiera ser física y que te pudiera mover". Con esta dualidad rítmico-melódica introduce Juan Aguirre -quien completa el 2/2 de Amaral- la esencia de Salto al color, el octavo álbum de estudio de la banda. Tras dos años de inmersión compositiva centrados en el disco que se lanzó públicamente el 6 de septiembre, los músicos visitarán Alicante (la única parada que hará, por el momento, el grupo en la Comunidad Valenciana) este sábado 26 de octubre, llevando a la Plaza de Toros el primer concierto de su gira en el que desplegarán la escenografía al completo: "Hemos tenido dos actuaciones que han sido de presentación del disco, una en el festival Dcode, en Madrid, justo el día siguiente de salir el disco (7 de septiembre) y otra en la Plaza del Pilar de Zaragoza (11 de octubre, en las fiestas patronales). Pero, realmente, el primer concierto de la gira como tal es este sábado en Alicante, donde vamos a tocar con toda la escenografía y con todo el equipo de sonido", adelanta Aguirre. Y asegura que aguardan la fecha con "muchísimas ganas e ilusión. Sabemos que hay expectación y nos están contando por redes sociales que va a acudir mucha gente y también de otras ciudades".

Musicalmente, Salto al color supone un cóctel complementario, ya que se trata de un álbum variado, cañero y melódico, pero, sobre todo, bailable: "Creo que es como que se alineen los planetas para que las canciones tengan una base potente a la vez que toda la parte de arriba posee un punto melódico, una melodía que te lleva", trata de explicar, alegando que es el tipo de disco que querían conseguir y que han quedado "muy contentos con el resultado y agradecidos por la manera en que lo ha recibido el público. Con este disco -y con canciones anteriores- esperamos montar una súper fiesta en directo", manifiesta convencido su deseo.

Pese a que la esencia de Amaral continúa presente mientras siguen sonando las canciones, parece que este trabajo cuenta con una identidad propia, una distinción que el músico justifica: "En todos los discos hemos intentado hacer lo que sentíamos en ese momento. Y en todos ellos queda plasmado nuestro carácter, la identidad, la voz de Eva y nuestra manera de tocar. Sin embargo, cada álbum tiene una unidad y, desde luego, en Salto al color está presente y tiene que ver con el momento en que vivimos y con la música que escuchamos".

Si cada trabajo musical comparte esencia pero se guarda una identidad propia, el título también se mueve en la línea de lo esperado del grupo pero, a su vez, se aleja de los nombres anteriores. "Salto tiene que ver con la idea de movimiento, de no quedarse parado, de evolucionar y de abrir la mente; y color va con la diversidad y con la diferencia", explica el músico el significado. Un apelativo que parece estar delicadamente comprometido con la actualidad.

El disco incluye trece canciones de temáticas diversas, algunas de las cuales pueden interpretarse de manera interconectada, pese a que no se haya pensado de tal forma, como es el caso de Tambores de rebelión y Bien alta la mirada, dos temas individuales cuyo trasfondo es la autoestima: "La primera tiene que ver con esa especie de rebelión personal contra aquellas personas que suponen agujeros negros en nuestras vidas y nos chupan la energía; se trata de dejar atrás esa toxicidad. Mientras que la segunda se refiere a la afirmación de tu propia identidad, de lo que cada uno de nosotros individualmente somos y de caminar con la mirada alta basándote en cómo tú te sientes y en quién eres", interpreta Aguirre.

Dos mensajes empoderadores que pueden parecer una acción de causa y efecto, de una protagonista que lo pasa mal por culpa de terceras personas y decide que no volverá a sufrir así: "Hay mucha gente que nos sigue que está acostumbrada a darle su propia lectura a las canciones. En el momento en que tú sueltas una canción al aire, ya pertenece a quien la escucha y la hace suya", responde ante el hecho de que cada oyente pueda interpretar los temas de forma distinta, creando sus propios vínculos basándose en su experiencia o en lo que le despiertan. "Nosotros escribimos de una forma muy impulsiva y visceral", desvela el por qué de los sentimientos que flotan en cada composición, "porque creo que para encontrar las canciones que reflejan la verdad que este momento hay en el aire y que cada uno tiene en su cabeza es mejor dejar que las ideas broten casi de una forma irracional. Luego, obviamente, se les da forma".

El nuevo trabajo de estudio guarda, además, una simbología con el océano, ya que incluye muchas alusiones al agua: Mares igual que tú, Peces de colores, Ondas do mar de Vigo o, incluso, Lluvia. "Este no sería un mar tal cual en el sentido literal, sino que a veces es una imagen de algo que nos interconecta a todos, porque por mucho que nos empeñemos en ponerle nombres diferentes, los océanos son solo uno", traslada. El trabajo no solo incluye distintas temáticas, sino también una amalgama de sonidos, "donde conviven los instrumentos tradicionales (guitarras eléctricas, amplificadores puestos a todo volumen, batería, instrumentos de percusión y algunos folklóricos como las guitarras portuguesas) con instrumentos electrónicos, sintéticos. Existe una mezcla conviviendo bien al servicio de las canciones", define la combinación Aguirre.

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