30 ANIVERSARIO

Llansamà (BCore Disc): "En los 90 era más fácil conseguir que un grupo nuevo se hiciese conocido"

Pocos sellos discográficos independientes en Europa pueden presumir de haberse sostenido en pie durante tres décadas ininterrumpidas. BCore ha logrado crecer y evolucionar, sin renunciar por ello a su pasión original por el punk y el hardcore.

28/05/2020 - 

VALÈNCIA. En junio de 2015, el sello barcelonés BCore reunió a diez bandas esenciales de su catálogo para celebrar su 25 aniversario. En ese maratón de conciertos, que se prolongó durante cuatro noches en cuatro salas diferentes de la Ciudad Condal, figuraban grupos de todas las etapas de su trayectoria: Anímic, The New Raemon, The Unfinished Sympathy, Tokyo Sex Destruction, Joan Colomo... Por supuesto, también estaban Stand Still, unidos a esta discográfica desde aquellos tiempos en los que cantaban en inglés y eran todo furia, volumen y distorsión.

A finales de los años noventa, BCore era ya el sello de referencia para esa escena hardcore (con todas sus variaciones estilísticas orientadas al punk, al metal o al postrock) que cada agosto se daba cita en el ya extinto festival de San Feliu de Guixols, al que apenas asistían 400 almas. Grupos como XMilk, All Ill, No More Lies o Aina eran a finales de los años noventa y principios de los dos mil la crema y nata de aquella escena musical, inspirada en un variado caudal de bandas norteamericanas como Minor Threat, Fugazi, Hüsker Dü, Black Flag, Negative Approach, Agnostic Front, y tantos otros, tenía su casa en Barcelona.

Entre las bandas amigas seleccionadas para la celebración del 25 aniversario estaban también los valencianos Betunizer, cuya discografía completa –Quien nace para morir ahorcado nunca morirá ahogado (2010), Boogalizer (2012), Gran Veta (2013) y Enciende tu lomo (2015)- fue editada por el sello de Jordi Llansamà (Barcelona, 1967), amigo y fan declarado de esta insólita banda, y uno de sus principales valedores desde el primer momento. No es la única formación valenciana en la que se ha fijado el fundador de BCore a lo largo de estos años. Alberto Montero, Futuro Terror, Cuello, los alicantinos Encono o Tercer Sol también encontraron cobijo allí. “La escena valenciana ha despertado mucho interés en España. Durante los últimos años han salido un montón de grupos de impacto. La gente se fija en lo que ocurre ahí. Últimamente, cuando me llegan bombas, todas son valencianas”, nos cuenta Llansamà en esta entrevista.

Reediciones especiales

Hablamos con él con motivo de este extraño 30 aniversario, inevitablemente afectado por la crisis del coronavirus. En lugar de conciertos, en esta ocasión la celebración viene acompañada de promociones, regalos para clientes y reediciones especiales. Como la del primer disco de Joan Colomo, Contra todo Pronóstico, que no había sido editado en vinilo todavía; la del segundo y tercer LP de Los Tiki Phantoms -El ejército de las calaveras y Mueven el esqueleto- y el LP Himnos Olímpicos de Pupille. “Teníamos también varias noticias bomba para soltarlas en los meses más tranquilos -nos cuenta Jordi-, pero ahora se ha precipitado todo, y lo hemos soltado de golpe, en plan traca. Algunos de ellos salen con motivo del Record Store Day, que este año pasa al 20 de junio. Van a salir el primer disco de XMilk, Function (1996); Juego Entrópico de Nueva Vulcano, que sacamos junto al sello La Castanya, y Viva la Guerra (2008) de Stand Still”.

Durante el confinamiento no hemos podido visitar las tiendas físicas de discos, pero ¿cómo han ido las ventas online? “Pues la verdad es que sí hemos seguido vendiendo, no nos podemos quejar. Lo que he notado sobre todo durante el confinamiento es que mucha gente ha aprovechado para hacer completismo; es decir, ha comprado discos clásicos de nuestro catálogo que les faltaban y hasta ahora no habían encontrado el momento de comprárselos. Como los de Aina, Los Peces de Colores de Nueva Vulcano y cosas así. Se nota también que la gente está apoyando a las tiendas y los sellos como pueden. En cualquier caso, lo verdaderamente complicado para nosotros, y para toda la sociedad en general, viene ahora en los próximos meses”.

1990. Todo empezó con Corn Flakes

Jordi Llansamà es una pieza clave para comprender el desarrollo del punk y el hardcore en España. Primero en su faceta de cronista, como editor de fanzines durante su adolescencia a mediados de los años ochenta, y más adelante como autor del libro Harto de Todo. Historia Oral del punk en la ciudad de Barcelona 1979-1987, publicado en 2009. También contribuyó enormemente como promotor de conciertos, dando a conocer a nuevas bandas nacionales y trayendo a España a grupos esenciales dentro de la escena: June of 44, Bluetip, Kerosene 454, Karate, Seein’ Red, Farside, At the Drive In y tantos otros.

BCore Produccions fue la antelasala de BCore Disc, tienda de discos y eventualmente también sello discográfico. En un principio se limitaban a distribuir maquetas, fanzines, camisetas y material intercambiado con otros sellos nacionales y extranjeros. El salto a la fabricación de vinilos se dio de forma casi casual. “Siempre digo que lo de montar el sello fue algo casi inconsciente -nos explica Jordi-. La edición del disco No Problem de Corn Flakes en 1990 no tenía intención de tener continuidad. Simplemente no había nadie, a parte de las ediciones autoproducidas, que diera salida o sirviera de base para la escena punk/hardcore de Barcelona. Yo por aquel entonces tenía un trabajo estable como diseñador, así que levanté yo el dedo para invertir parte de mis ahorros en sacar el disco. Pero claro, no tenía ni puta idea de cómo funcionaba la industria. Así que contacté con PDI, que era la discográfica la de El Último de la Fila, ¡buscando el número en las Páginas Amarillas! Les pregunté cómo tenía que hacer para fabricar un disco, cuánto costaba, etcétera. Lo hicimos finalmente a través de ellos. Teníamos el vinilo, sí, pero la distribución que hicimos fue muy artesanal. Se vendía en los conciertos del grupo y en un par de tiendas de Barcelona donde los dejábamos en depósito, algunas salas de conciertos alternativas; poco más…”.

“Una vez editado el LP de Corn Flakes, nos empezaron a escribir grupos pidiendo si les podíamos sacar un disco a ellos también. Hice un par de singles más, y cuando te das cuenta llevas ya 7 u 8 y te das cuenta de que tienes un sello”. Era por aquel entonces una pequeña discográfica con un estilo muy marcado y un pequeño grupo de adeptos. No tenía apenas infraestructura para hacer promoción, de modo que su comunicación se basaba en el boca oreja y en algunos canales muy específicos como el extinto Reptil zine y el programa de radio Atac de core, en Radio Pica. También, por supuesto, hicieron su parte los primeros grupos de chat del pleistoceno digital, como el canal #HXC de IRC. “El hecho de que se tratara de una pequeña comunidad de personas interesadas en una misma corriente hizo que la importancia del círculo de colaboradores fuera vital, y de este modo una pequeña red de diseñadores gráficos, organizadores de conciertos, periodistas musicales aficionados y fotógrafos permitía que el control sobre todo el proceso de creación de un disco fuera total, a la manera que se conoce internacionalmente como DIY (do it yourself), es decir, independencia creativa y productiva respecto a los canales habituales comerciales. En la actualidad, BCore sigue siendo un sello con una infraestructura muy pequeña, pero con un catálogo importante -350 referencias- y un espectro de géneros musicales mucho más amplio, en el que también caben proyectos de cantautores y grupos de pop o de post-punk oscuro.

Dischord, la gran referencia

Los lazos con bandas y sellos internacionales también fueron afianzándose, no solo montando giras nacionales de bandas underground extranjeras, sino también estableciendo intercambios con sellos de todo el mundo. Además, editaban su propio fanzine, Absolut zine, en el que reseñaban material nacional e internacional. Era un micro-mundo; nadie hablaba de esos grupos en Rockdelux ni en Ruta 66.

“En aquel entonces no teníamos internet para espiar, así que la cosa funciona enviándonos cartas (ríe). Imagínate, escribíamos por ejemplo a un sello alemán para preguntarles si querían hacer un intercambio de copias de un grupo nuestro por uno suyo, para moverlo cada uno en nuestros respectivos países, y tardábamos varias semanas en recibir la respuesta”, recuerda Jordi. “Entre finales de los noventa y principios de los dos mil, conseguimos algo que ya no se hace apenas. Editamos discos de Stand Still y The Unfinished Sympathy en Alemania; después esas bandas iban a Alemania, y las copias que se vendían tras los conciertos eran las que habían sido editadas en Alemania. Lo mismo en Estados Unidos”.

“Esa proyección internacional nos llevó a tener un contacto muy directo con la ciudad de Washington DC, dónde viajamos para ver de cerca el funcionamiento de sellos como Dischord, DeSoto, etc. Conectamos automáticamente con el sentido de comunidad de aquella escena y la de sus integrantes”. El ejemplo de Dischord, que dentro de la escena hardcore ha sido siempre la medida de todas las cosas debido a su claro e insobornable posicionamiento político y ético frente a la industria musical, también les sirvió de ayuda. “Seguíamos la pista de lo que hacían. Por ejemplo, a la hora de buscar distribuidoras en otros países para nuestras bandas. Lo habitual es que los sellos lleven un rollo bastante secreto con las distribuidoras o con los agregadores digitales con los que trabajan, pero en Dischord siempre las han hecho públicas con toda naturalidad. Entras en su página y tienes todos los contactos con los que trabajan. Eso, para gente como yo, que soy muy vago para leer la letra pequeña de los contratos, es genial. Si Dischord trabaja con alguien, nos podemos fiar de ese alguien”.

Labor “arqueológica”

Otra de las facetas fundamentales llevadas a cabo por BCore ha sido la de rescatar del olvido grabaciones fundamentales de la primera hornada del punk y el hardcore de los años ochenta. Los pioneros, vamos. Ahí están las reediciones de Subterranean Kids, Kangrena o L’ Odi Social. “Ahora han cogido mucha fuerza, pero no eran cosas muy reivindicadas cuando las sacamos. Para mí era importante que esas grabaciones no se perdieran y que llegara a las nuevas generaciones. Fue entonces cuando surgió la idea de escribir Harto de Todo, que cubre el periodo 1979-1987.

¿No ha llegado el momento de continuar escribiendo la historia del hardcore punk en España, cubriendo el fructífero periodo que comienza en los noventa? ¿Acaso no fue ese movimiento, con todas sus variantes, las que explican el éxito actual de bandas jóvenes como Cala Vento? “Creo que se debería hacer. Alguien lo tiene que hacer alguien, pero no yo. Lo he vivido con pasión, pero mi punto de vista es muy diferente porque yo he estado. La visión buena es la de quien estaba implicado, pero sin ser parte de la organización de todo ello. Creo que la generación de los fans de Cala Vento tiene una visión más pop del asunto de la que teníamos nosotros antes. Pero siempre hay gente a la que le gusta cavar, y se interesa por los orígenes de las cosas. Esos son los buenos. Los que no se quedan solo en la superficie. Eso es al menos lo que me hace a mí disfrutar de la música. Por eso compro muchos recopilatorios de géneros que conozco menos, como de latin; para descubrir cosas nuevas”.

¿Sigue siendo igual de fácil, tres décadas después, emocionarte con los grupos que se proponen para el sello? “Inevitablemente, emocionarme con un grupo nuevo a estas alturas es más difícil, pero sigo mi intuición con grupos en los que veo corazón y pasión en lo que hacen, incluso cuando no coinciden exactamente lo que yo escucharía en estos momentos. Editamos muchas cosas que sabemos que no van a generar apenas ingresos, o ninguno de hecho, pero queremos seguir siendo un soporte para que arranquen. En realidad, hoy casi todo el mundo puede autoeditarse, pero la visibilidad y el espacio que da BCore ayuda a muchas bandas que empiezan. En cualquier caso, obviamente lo que intentamos siempre es compaginarlo todo: que sea un grupo que nos encante, que sea currante y que además tenga potencial de gustar a bastante gente. Un ejemplo de grupo currante era Betunizer. Lo suyo era giras y giras sin parar, y ahí es donde vendían muchos discos”.

Entre las referencias valencianas que han salido más recientemente de BCore, destaca el LP Lejos de Tercer Sol. Entre las que vienen, lo nuevo de Alberto Montero; ese artista de talento infinito, que no se sabe por qué no ocupa todavía el lugar que merece en el mercado. “Realmente no sabemos muy bien cuáles son las claves que explican por qué algunas propuestas en concreto llegan a un público muy amplio y otras no. Una de ellas sí está clara: la razón de que una canción de Alberto Montero tenga 10.000 escuchas y otra tenga 70.000 es sencillamente que ha sido incluido en una lista. Para mí es un misterio averiguar cómo podemos las discográficas pequeñas llegar a esas listas que son las que ahora deciden todo. Da igual que inviertas en marketing digital. Aunque haya ahora muchos más medios de comunicación y muchos más canales de promoción, fichar a un grupo que empieza desde cero y hacerlo conocido es mucho más difícil ahora que en los años noventa”.

FICHA

Diez referencias fundamentales de BCore Disc:

Corn Flakes Childish (1992)

Aina Aina (1998)

Stand Still The Ionic Spell (2001)

Tokyo Sex Destruction Le Red Soul Comunnitte (2002)

Nueva Vulcano Los Peces de Colores (2009)

The Unfinished Sympathy Rock for Food (2004)

Betunizer Boogalizer (2012)

Delorean S/T (2003)

The New Raemon A propósito de Garfunkel (2008)

No More Lies [] (2005)

RGB Maqueta + Estoy Tan Contento (2010) – Reedición

Subterranean Kids Subterranean Hardcore (2018) – Reedición

Eskorbuto Antitodo (2010) – Reedición

L’Odi Social Que pagui Pujol (2011) – Reedición