VALÈNCIA. Desde el pasado uno de enero, Joaquín Maldonado es el responsable de Banca Privada de Banco Mediolanum. Toda una responsabilidad para este financiero valenciano y un hombre de la casa -lleva en ella desde hace casi tres décadas-, que venía liderando la dirección en Levante y la Zona Centro. Los buenos frutos cosechados no han pasado desapercibidos en la cúpula de la entidad italiana, que le han pedido que concentre todos sus esfuerzos en el impulso y desarrollo del área de banca privada.
"Me voy a dedicar en cuerpo y alma en este segmento estratégico para una entidad peculiar, con un modelo único que no es otro que dedicarnos al verdadero asesoramiento a los clientes bajo un acompañamiento permanente. Ser ese coach financiero que tanto hace falta y más en estos tiempos", reconoce Maldonado a este diario. "Todo ello dando oportunidades a profesionales de dentro y fuera de la casa para desarrollar su labor. Insisto tenemos un modelo único y un futuro fantástico por delante".
Este financiero curtido en mil batallas -y con un apellido de tanto pedigrí en el sector- apunta a este diario que se han marcado como objetivo en banca privada "crecer a doble dígito" en los próximos 3 o 4 años; además de alcanzar a nivel banco los 10.000 millones de euros bajo gestión y 3.000 banqueros. Un ambicioso plan en un momento delicado por el que atraviesa la banca donde los EREs están a la orden del día, con miles de despidos en un sector en plena consolidación.
Sin ir más lejos CaixaBank puso el pasado martes sobre la mesa de los sindicatos un recorte de 8.291 empleos y el cierre de 1.534 oficinas; mientras que dos días después BBVA anunció un ERE sobre 3.798 empleados y la bajada de persiana en 530 oficinas. "Estos procesos son consecuencia de un cambio de modelo motivado por unos tipos de interés negativos que ha obligado a las entidades a buscar mayor tamaño para incrementar la rentabilidad. La reestructuración es lógica en el sector y es un proceso que va a continuar. Y es precisamente en estos momentos cuando más necesidad de asesoramiento van a necesitar los clientes".
"Nosotros -continúa explicando- estamos para acompañarlos y creo que nuestra profesión va a ser más demandada que nunca. Desde Banco Mediolanum abrimos los brazos a los empleados de banca en procesos de ERE porque vamos a experimentar el crecimiento más importante en los últimos 20 años, sobre todo en banca privada". Este segmento tan específico -y determinante en la banca más en estos tiempos de baja rentabilidad- es el que se han fijado los responsables de Banco Mediolanum para despuntar. "Tenemos 58 banqueros privados y en la red un total de 1.400, vamos a crecer mucho en los próximos años".
¿Y la competencia en València, una plaza con tanto arraigo en este nicho de mercado? "Llevo desde 1994 en el banco donde en los últimos 20 años hemos demostrado muchas cosas. Nuestro objetivo es vincular los ahorros de nuestros clientes al crecimiento mundial bajo un modelo del que el profesional que se incorpora se queda para siempre. Además tenemos una función social pedagógica muy importante en la gestión de clientes. De hecho en marzo del pasado año -cuando explotó la crisis pandémica en España- registramos un récord histórico de suscripciones de clientes. Los resultados acompañan nuestra estrategia basada en la disciplina".
A lo largo del pasado año, un ejercicio marcado sin duda por la covid-19, Banco Mediolanum duplicó su beneficio al ganar 18,3 millones de euros. ¿El secreto "Somos un modelo de crecimiento sin pausa pero sin prisa sobre bases muy sólidas. El trabajado desarrollado durante los últimos 20 años se nota; mientras seguimos siendo fieles a nuestros principios sin apartarnos ni un ápice de nuestro modelo de negocio. Desde el año 2000 hasta hoy lo estamos demostrando y esto solo es el principio".
La entidad superó los 2.000 millones de euros en la Comunitat Valenciana a lo largo del pasado año -pese al 'efecto coronavirus'-, lo que supuso un aumento del 21,5% más que en 2019. Pero no solo eso sino que cerró con 48.267 clientes en estas tierras (+17,8%); además de aumentar un 28,7% el número de 'family bankers', los asesores financieros de la entidad, hasta los 395 repartidos entre València, Castellón y Alicante.
Preguntado sobre si ser banquero es hoy una profesión de alto riesgo a la vista de los miles de despidos que se están dando en el sector, su respuesta -acompañada de una sonrisa- es tajante: "No, para nada. Ser banquero es ser asesor financiero y estamos en la 'edad de oro' en el sector. Ser banquero es conocer al cliente, saber sus necesidades, acompañarle en todo momento... Es una profesión gratificante y estamos en el mejor momento".
En plena coyuntura de consolidación bancaria en España, la pregunta surge sola. ¿Veremos en un futuro a Banco Mediolanum 'subiendo al altar' de la mano de otra entidad? "Nuestro crecimiento es orgánico, tenemos la mayor red de asesores de España y vamos a crecer muchísimo pero orgánicamente. Insisto en que vamos a acoger a todos los profesionales que quieran venir con nosotros porque somos la mejor alternativa. ¿Boda? Seguiremos subiendo pero no al altar", sonríe.
Hace un mes, Banco Mediolanum volvía a ser reconocido -por segundo año consecutivo- como el banco con los clientes más satisfechos con su entidad de la banca española. Así lo advertía el estudio Benchmarking de Satisfacción de Clientes 2020 realizado por la consultora independiente Stiga. Preguntado por lo que supone tal distinción, Maldonado muestra "un orgullo tremendo por la satisfacción de nuestros clientes, lo que confirma que nuestro modelo es adecuado y válido, que da el mejor servicio y asesoramiento. No es casualidad este reconocimiento y por algo será; además nos impulsa a seguir trabajando en la misma línea con más dedicación y esfuerzo".
Para terminar la entrevista, Valencia Plaza puso sobre la mesa lo que debe tener un 'family banker' -una de las claves de la entidad- para formar parte del banco. "Lo primero pasión por asesorar a los clientes porque primamos el interés del cliente por encima de todo; estamos a su lado en los momentos dulces y en los menos dulces. Además, debe estar enamorado de su trabajo y saber en todo momento que tiene que gestionar clientes y no productos, por la función social y pedagógica que conlleva esta profesión".