CASTELLÓ. A Júlia Badia le parecía demasiada "romántica" la idea de hacer escultura o pintura. Por eso, cuando tuvo que escoger sus especialidades durante el grado de Bellas Artes se decantó rápidamente por el grabado y el dibujo. Desde pequeña le habían atraído tanto la ilustración como la moda, así que en cuanto pudo optó por las dos. “No soy nada bohemia, me gustan las cosas que se multiplican y que son fáciles de reproducir”, afirma. Con ello, para completar sus estudios en Barcelona, Badia se animó a hacer un posgrado de ilustración en moda y fue ahí cuando descubrió las posibilidades que la capital catalana brinda para el diseño gráfico textil.
Tanto que desde que terminase sus estudios, la joven de Benicàssim trabaja en una proveedora que se dedica a hacer estampados para distribuidoras de ropa como Inditex, Mango o El Corte Inglés. “Ahora ya me he acostumbrado, pero al principio me quedaba en estado de shock al ver mis estampados en prendas, por ejemplo, de Zara”, revela Badia. Y es que según cuenta la misma, una vez termina sus diseños, estos viajan hasta otra fábrica que hace el patrón para las prendas y otra las confecciona. Así, no es hasta que sale en los lugares de venta, que una diseñadora textil sabe cómo han cobrado vida sus ideas.
-Cuéntanos, ¿cómo es el día a día de alguien que hace estampados para grandes cadenas de ropa?
-Mi trabajo se basa en dibujar y buscar inspiración, así todo el rato. Pero además, vamos de shopping muchas veces al año, viajamos, visitamos tiendas vintage para coger mucha información, buscamos referencias en libros de ilustración, en blogueras o en personas que no tienen nada que ver con la moda. Después plasmamos nuestras ideas con técnicas como la acuarela y la tempera. Aunque principalmente usamos Photoshop que es lo más rápido, porque esto básicamente es fast fashion. Cada día diseñados dos estampados y a la semana siete o más.
-¿No cuesta así dejar una impronta personal?
-Es cierto que me dicen qué tendencia o inspiración he de seguir y a partir de ahí busco en Instagram a pintores, ilustradores o diseñadores para inspirarme. Pero al final, todo sale de mi mano, solo que necesito una inspiración de fuera.
Además, aunque trabajemos en Photoshop, cada una utiliza unos pinceles, tiene un trazo y una manera de dibujar. Al final, después de mucho tiempo trabajando se consigue un estilo propio.
-¿Algún encargo que hayas disfrutado especialmente?
-Siempre decimos que dibujamos “florecitas tontas” o cadenas, por eso lo que más ilusión me hace es cuando, por ejemplo, hago una flor en la que he podido invertir dos días. Pero no suele ser frecuente, ya que no puedo hacer lo que quiera porque no es mi marca.
-¿Y dónde acaban tus diseños? ¿Les sigues la pista?
-Nuestro cliente principal es Inditex, de hecho los dibujos que hacemos están muy enfocados a lo que Inditex quiere. Pero claro, tenemos clientes de todo el mundo. Lo que nosotros no sabemos es qué prenda saldrá después con el estampado que hemos creado. Nos pasan un panel con tendencias y acaba en fábricas con rollos de tela estampada. Allí, el cliente lo escoge, hace la prenda y después la vemos en la web.
-Es frecuente que se asocie el concepto de moda a algo banal o irrelevante. ¿Le pesan al sector estas afirmaciones?
-Obviamente la moda no es de las cosas más esenciales de la vida, pero forma parte de tu día a día y, en consecuencia, de tu personalidad. Es un símbolo de distinción de cada persona. Para mí sí que es importante, porque te da carácter según que roba escojas o el estilo que tengas. Al final, también es divertido. Pero claro, mi trabajo obviamente no es tan importante como otros. Sin embargo, no pienso nunca que estoy haciendo algo banal.
-También es común escuchar que toda la sociedad viste igual. ¿Qué hay de cierto en esto?
-Inditex es un poco el culpable, aunque no lo veo mal. Empresas como esta hacen llegar toda la moda. Copian de alguna manera todo lo que ven en los desfiles para acercárselo al resto. Además, existen múltiples opciones. El problema es que muchas veces a las tiendas solo llegan determinados modelos que a casi todo el mundo le gustan. Pero puedes ir vestido diferente al resto.
-La industria textil, como muchas otras, ha de ser consecuente y hacer frente al cambio climático. Pero, ¿se hacen suficientes esfuerzos?
-En la empresa donde yo trabajo están a full con los tejidos ecológicos y si te fijas en Inditex hay una etiqueta, 'Join Life', que garantiza que sus tejidos emplean materias sostenibles. Por eso, me consta que hay cambios y que las grandes empresas se están poniendo las pilas con telas de reciclaje y demás.
-¿Crees entonces que la moda está preparada para ese cambio de miras?
-Sí, o eso espero.
-Y tú, ¿cómo te ves en el futuro?
-Me gustaría tener mi propio estudio y, como Jordi Labanda, hacer desde estampados de ropa, de libretas o incluso estampar un coche. Por ahora, he podido probar haciendo el packaging de velas y postales para Massimo Dutti, el estampado de unas fundas de airpop para una empresa valenciana un póster para el So Lovely de Benicàssim. Me encantaría seguir vinculada a la moda siempre, pero también quiero seguir trabajado como ilustradora.
-Dinos la verdad, estar al corriente de las tendencias mucho antes que el resto de mortales, ¿es un privilegio o un suplicio?
-Cuando el año pasado empezaron a llevarse las cadenas y el animal print, yo ya lo sabía hacía tres meses. Acabas harta de los estampados. Ahora estamos trabajando en lo que vendrá en verano. Siempre son cinco meses por delante, igual que sucede en los desfiles de París o Nueva York.