POR AMOR AL ARTE  / OPINIÓN

J. K. Rowling

Trump se o nos suicida. Froilán, el  Gusiluz de la Corte. Media Moncloa prepara el funeral de Mariano Rajoy. Josep Lluís Trapero, major dels mossos, ordena Barcelona. Y a la prensa. Mónica Oltra pregunta cómo se enciende el horno. Ximo Puig y su perro Panxo. La danza de Henry Matisse. Bonig y Català: vedettes de Russafa

27/08/2017 - 

Ayer se expresó que la civilización es cooperación. Supervivencia. El ADN de la especie. Agenda política al margen, se ha construido una telaraña finísima, personal, casi íntima que desborda el concepto de solidaridad. No es No a la xenofobia. Avergüenza la utilización política de víctimas y victimarios. Muchos líderes se han puesto de perfil. Algunos han sacado demasiado pecho. Tirar a matar. Muerto Francisco Franco, nunca nadie había creído y confiado tanto en el relato policial. En medio del mal trago, ha nacido una figura: Josep Lluís Trapero. El major dels Mossos. Capaz de opacar al mismísimo Puigdemont. Y a Mariano Rajoy.

Mañana comenzará la cuenta atrás del procés. Mariano Rajoy seguirá dilatando cualquier decisión. Aunque esta semana el presidente del gobierno deberá acudir a rastras –y a pesar del vergonzante voto de Albert Rivera- al Congreso a explicar por qué siendo dirigente nunca se enteró, ni siquiera olió los billetes –sí, una situación extraterrestre, como señala Martínez Maíllo- del reparto de la era del saqueo del Partido Popular. El PNV, su socio de legislatura, ha propiciado la comparecencia del presidente del reino de España. Los nacionalistas vascos nunca le perdonarán ni a él ni a Aznar su expulsión en el 2000 de la Internacional Demócrata Cristiana que ellos mismos fundaron en el 47 del siglo 20. Humillados después de su secreto esfuerzo –en las cloacas del espionaje mundial- para acabar con Hitler. Y con Mussolini. Y ninguneados en su lucha por la vuelta de la democracia. Felipe VI no debe aceptar ningún borboneo de su familia torera. Elena nunca será reina. Ni la novia de Froilán, el superdotado. Aunque lo quisiera -que sí, que no…ay Ba, ay Ba, ay Babilonia qué mareo…- la corte del Rey Faraón de Juan Carlos I.

María José Catalá se come a Isabel Bonig. Catalá habla como monseñor Cañizares pero -sin capa Prince ni angelitos, maquillaje Macron ni púrpura sangrante- con gravedad 0. A la verdadera papisa Catalá se le está poniendo cada vez más un tono y porte entre Juan Cotino, Mayor Oreja y San José María Escrivá de Balaguer. Mestizaje. Bolardos. A mí la Catalá me enamora de la muerte porque su mensaje vacuo y rotundo huele a dinero. Y suena a ritmo de misa declinada en latín. Siempre de espaldas. Eso sí, siguiendo a rajatabla el vademecum del PPCV: el furibundo ataque directo a Compromís. Que huele a country supremacista. La misma sopa recalentada.

Mónica Oltra, es verdad, no resuelve. Los niños de Buñol. Los dependientes. Los desarrapados. Vicent Marzà, tampoco es el demoniet: sonríe y todo. Menos mal que está Miguel Soler que en el negociado de angeología administrativa es el querubín: el que sabe de educación. Quizás un exceso de ambición o una falta de banquillo –el inextinguible sectarismo de Iniciativa- arrojó a Mónica Oltra a meterse en el laberinto de la gestión. Oltra es quizás brillante como dirigente y queda divina en cualquier televisión: pero se le escapa el día a día. No pot. También es verdad que el PP usaba como una mina extractiva el dinero público destinado a los desprotegidos. Y que en 20 años se ha hilado una administración popular paralela paralizante, una maquinaria infernal. La lentísima tortura de la Santa Inquisición. Pero Oltra debería haber sido humilde y contentarse con ser la portavoz y la vicepresidenta del govern de tots el valencians. El huracán Harvey.

El enganchón de Bonig y Oltra en la red: sin financiación no hay solución. Rajoy no levantará la bota asfixiante. No obligará a Montoro para que haga 1 mínimo gesto para paliar la infrafinanciación que sufrimos en el “Levante feliz”. Juan Carlos Moragues,–apenas deja hablar a José Miguel Saval, sub de Alicante, ½ corte de voz, en la SER- llama al boicot de la justa  -estamos a la cola- reivindicación de la sociedad valenciana con el eslogan “Palabras y no Pancartas”. Un cinismo espatarrant. Mariano Rajoy no se ha dignado todavía a recibir al President de la Generalitat. 

La vuelta al cole. consejos de ministros, mochilas, fascículos. Pepe Císcar, dueño del Palacio y enredado en el cambalache, en el espacio terrenal de las recalificaciones y las rotondas, retomará la reconquista de València. César Sánchez tira la toalla -la torre defensiva del Penyal d’Ifac- en Calp. Juegos del hambre. Torrevieja protesta por su marginación -Oltra resucita la residencia fantasma- y desvía La Vuelta. Toni Francés, Calabuig y Toni Such, a por los fondos europeos. Sigue la rebelión contra Pablo Iglesias. Sandra Mínguez de Podem se va dejando a Estañ en minoría: el País Valencià vuelve a ser territorio Errejón, invitado estrella de la izquierda Kirchnerista. Toni Cantó y Yaneth Giraldo se meten a críticos y programadores musicales: no les gusta Huntza. Ciudadanos, de mal en peor: perdidos en el Barranc de l’Infern. Jorge Sedano, el Fernando Llopis alcoià, sin ninguna dignidad, haciendo chistes sobre violaciones en el pleno municipal. Libertad de expresión.

Alicante, en bucle. El tardeo se le atraganta a Echávarri. La huelga de basuras, enquistada. Pavón prohíbe en el centro -tierra de butaneros y ahogados, repartidores, amianto y paraíso de –Paquita la del Barrio- ratas a 2 patas- nuevos pubs. Carlos Castillo desaparecido, puede que ya no sea ni del PP. Ataques acústicos. Luis Barcala, desganado, incapaz de reproducir el argumentario del PP: “tenéis que machacar con que los ayuntamientos de izquierdas están parados por guerras internas”. Aguacates y mangos. Tiempo de separaciones, anginas y paperas. Rubén Alfaro, alcalde de Elda y presidente de la FVMP, defiende la creación de una policía autonómica a partir de la policía local. El PPCV se opone. José María Ángel recuerda que ese fue el sueño del feridor i embolaor Serafín Castellano, ahora en la cárcel. El tránsito de los animales por el planeta. Rus recupera su coche.

Sonia Delaunay en el Museo Thyssen. Carlos Robles Fraga –qué apellidos, hijo y sobrino- embajador en Chile censura un acto de memoria del exilio republicano: la llegada del Winnipeg. Taylor Swift lanza el single Look What You Made Me Do, una verdadera declaración de guerra a Kim Kardashian, Kanye West y Katy Perry y las redes estallan. Empar Marco le pega un arreón a À Punt Mèdia. Dientes de rinoceronte en el yacimiento de El Salt, en la casa de Juan Gil-Albert. Carnaval en Notting Hill. València prepara la conmemoración del 80 aniversario del II Congreso Internacional de Escritores. festa de l’Escaldà en el riurau del senyoret en Jesús Pobre. La varita mágica de J.K. Rowling contra el machismo.