EXPOSICIÓN DE ANA CIALICU EN LA PELUQUERÍA

'Inviernos': el frío metafórico y el dolor real canalizados a través de ilustraciones femeninas

30/10/2019 - 

ALICANTE. El clima y los fenómenos meteorológicos siempre han actuado como elementos muy poéticos. El arte se los ha apropiado, los ha convertido en aliados para poder expresar los sentimientos a través de las palabras de un poema, del rasgar de cuerdas de una guitarra o del movimiento de muñeca en cada pincelada que desemboca en el lienzo. Inviernos, la exposición de Ana Cialicu que se aloja en la pseudosala de arte La Peluquería, sigue esta línea de encubrir mediante el clima de esta estación un sentimiento que también tiene relación con el frío: el dolor. "De la misma manera en la que necesitamos refugiarnos en una habitación con calor, con fuego o con calefacción cuando tenemos frío, las mujeres de mis ilustraciones también necesitan llegar a una situación buena y estable tras haber pasado por algo duro, difícil o traumático", evidencia la relación entre la metáfora y su significado. Las diez ilustraciones que componen la muestra están creadas en clave femenina, presentando cada una de ellas a mujeres no de carne y hueso, sino de folio y lápiz, cuya autora les otorga más que un físico, ya que también las dota de personalidad: son frágiles pero valientes, vulnerables pero fuertes. "Todas mis chicas arrastran un dolor que, en este caso, es el mío; yo les doy mi mochila personal de dolor con todas mis experiencias", reconoce la artista.

La ilustradora, que cede este invierno a sus personajes, plasma su propio dolor a través de sus mujeres, a quienes trata de dibujar "con una lagrimita en una de las mejillas que muestra todo ese pesar con el que cargan, además de retratarlas con unas expresiones tristes, melancólicas o que parezcan un poco vulnerables, aunque en realidad son todas unas peleonas", asegura. Una especie de dualidad entre la propia ruptura y el proceso de recomposición que "todas tenemos", opina. Y matiza que "en especial, las personas que hemos vivido situaciones duras, quienes siempre tenemos un autoboicot o una lucha constante entre lo que nos hace falta y queremos y aquello que pensamos que nos merecemos".

La exposición, que se inauguró el viernes 25 de octubre y podrá visitarse hasta el 8 de noviembre, surgió "casi sola", apunta Juan Navarro, gestor de La peluquería, ya que "el año pasado Ana vino a algunas inauguraciones y me comentó que ella era ilustradora. La seguí por Instagram y me gustó mucho lo que hacía", explica el origen de traer el arte de Cialicu a su particular espacio cultural. Una oportunidad de darse a conocer que la artista agradece, también porque, reconoce, es una manera de alejarse de su "zona de confort, ya que tuve que hablar en público, algo que a mí me da mucha vergüenza, sobre todo en esto, que es más íntimo y más personal, y tener que abrirme en canal con gente desconocida se vuelve un poco difícil. Pero me encanta que Juan me haya dado la oportunidad y estoy muy agradecida", reitera.

Estos "dibujos muy íntimos, que te tocan el corazón y que puedes entender en toda su dimensión cuando Ana cuenta su historia", los describe Navarro, han reabierto la sala de exposiciones tras el período estival. Sin embargo, La peluquería ya acogió un acto que, de forma más underground, dio el pistoletazo de salida a la nueva temporada a la que se enfrenta. Y es que el 14 de octubre tuvo lugar la primera cita de Lanterna, el ciclo de proyecciones cinematográficas en 8 mm: "Se me ocurrió la idea el verano pasado, mientras recuperaba un rollo de 16 mm sin abrir. Cuando lo proyecté sentí algo que no me pasa cuando estoy en el cine o cuando veo una película con la luz encendida: vi toda la liturgia y me encantó; fue un momento súper bonito", expresa.

Fue a raíz de esta experiencia que el director de la sala comenzó a buscar proyectores y películas de ese formato y pensó que "estaría guay juntar a gente que ama el cine y montar una especie  de proyección con un coloquio posterior. Se me ocurrió que cada película podría estar presentada por alguien que tuviera cierta vinculación con ella", comenta. La primera y, de momento, única sesión estuvo introducida por Jorge Burillo, con un clásico de Chaplin, Una vida de perros. "Luego estuvimos hablando sobre lo que nos inspiró la película, sobre lo visual y lo sonoro como elementos separados y sobre cómo una cosa afecta a la otra y la acabamos derivando hacia una conversación sobre el procés", traslada.

"Por el momento, vamos a seguir viendo películas de Chaplin. La próxima va a ser El inmigrante, un tema que, por desgracia, está bastante vigente hoy día", declara. Este ejercicio de recuperar el cine en 8 mm puede parecer un acto de nostalgia, sin embargo está más ligado a "volver a la esencia del cine. El súper 8 es un medio muy limitado, de hecho las películas están adaptadas porque no está el metraje entero, sino que son resúmenes. Ahí se puede observar un ejercicio de síntesis importante, viendo cómo se puede contar algo en 10 minutos con una limitación tan fuerte", traslada. Durante las proyecciones y los coloquios posteriores, Navarro ha decidido que él y sus acompañantes beberán soju o absenta para celebrar la vida y la muerte: "A mí me encanta Hong Sang-soo y los personajes de sus películas empiezan a ser ellos mismos cuando beben soju, por lo que me pareció correcto que lo bebiéramos, así hablamos con más naturalidad", considera.

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