EL MURO / OPINIÓN

Intrusos en el San Pío V

Ahora resulta que el Ministerio de Cultura se manifiesta muy interesado por el nuevo contenido del museo de Bellas Artes de Valencia, San Pío V, cuando ha dedicado años a su abandono. Será porque sus obras están a punto de acabar y quiere tener un protagonismo que no merece. Pero ya no es “suyo” sino de la sociedad valenciana

11/12/2016 - 

Hay que ver el inesperado interés despertado en el Ministerio de Cultura en torno al futuro a corto y medio plazo del Museo de Bellas Artes de Valencia, San Pío V. Ha sido hablar del nuevo plan museográfico, o saber que las obras de rehabilitación del centro están a un paso de ser entregadas, y ponerse de los nervios. Algún interés oculto habrá. Yo no me fiaría. No creo en un vibrante deseo desinteresado. Tantos años batallando desde la tinta por la recuperación y dignificación del museo, mientras les daba igual, y descubrirlos ahora tan implicados y afectados sobre su destino y planes autonómicos da que pensar. Muy mucho.

Si no recuerdo mal, que no, fue el propio Ministerio de Cultura quien en tiempos de Esperanza Aguirre como ministra del ramo -sí, la de “Sara Mago”- frenó en seco la última fase de la obras, la que actualmente se concluye. Le retiró “en diferido” el presupuesto asignado y aprobado por el entonces gabinete de González-Alborch. Lo hizo público, además, en plena presentación del proyecto. Con una justificación nimia. Yo estaba allí. Me lo sé de memoria. Fue también el propio Gobierno central quien retrasó el nuevo plan más de quince años. Ofreció todo tipo de justificaciones. Aceptó la última intervención después de signos de  desvergüenza, desinterés y olvido, incluido el Gobierno de Zapatero/González Sinde. Ellos estaban más allá que aquí. Ausentes.

Pero eso sí, Madrid aceptó en voz baja la recuperación aunque  recortando un poco más el plan inicialmente establecido y dejándolo sin muchas de las propuestas previstas: desde un acceso subterráneo hasta otras necesidades reales y formales lógicas de un espacio de nivel internacional. Es más, hasta que no comenzó a derrumbarse la fachada principal nadie se lo tomó en serio, pese a las infinitas advertencias y reclamaciones.

Fue la Generalitat del PP, responsable directa de su gestión, la que tampoco hizo apenas nada para que el asunto avanzara. No iban a ser  incómodos en Madrid. Nos ponían más las ciudades de luces y sombras, regatas, coches de Fórmula1 y otros caprichos de postín y rédito fácil. 

Ojo, no es este un texto en defensa del actual Gobierno autonómico quien desde la oposición tampoco hizo en su día mucho, por no decir apenas nada, salvo aplaudir y sumarse a la defensa y reivindicación que desde los medios de comunicación se hacía sobre la necesidad de poner en valor la considerada segunda pinacoteca española. De hecho, fueron esos mismos políticos y los de la meseta los que permitieron que el departamento de restauración casi quedara desierto, como el cuerpo de conservadores; o que los problemas de goteras y humedades, sí goteras y humedades en un museo y a la vista de los visitantes, estuvieran a la orden del día. Nadie puso remedio. Para qué.

Pero ha sido decir que la Conselleria de Cultura va a poner cinco millones de euros en el presupuesto del museo para 2017, el doble de lo que hasta ahora disponía el San Pío V; que se está elaborando un nuevo plan museográfico -el fondo es el mismo que ha existido desde hace veinte años y las colecciones se renuevan-, tener constancia de que las obras de rehabilitación están acabadas… y ponerse en Madrid de lo más susceptibles. O sea, lo mío es mío, y lo tuyo de los dos.

Que ahora los representantes del Gobierno central en el patronato del museo, sí ese mismo que estuvo más de una década sin ser convocado, se pongan estupendamente exigentes y altamente preocupados me huele a tongo. 

No sólo no han puesto casi ninguno en todos estos años, siendo titulares del mismo -las rehabilitaciones se pagaban con fondos europeos- sino que ni siquiera las colecciones han sido ampliadas de forma regular mientras otros museos de misma titularidad aunque ubicados en Madrid recibían lo inexplicable. Repito, no defiendo a nadie. No es mi guerra política, sólo cultural y social. Repaso historia y hemeroteca. 

Sin embargo, sí reconozco en este caso cierta sensibilidad de esta nueva Generalitat por defender nuestro patrimonio más valioso, sin conocer en profundidad el nuevo plan museográfico ni poseer mayor interés salvo ser consciente y reivindicar una colección artística que representa nuestra historia y patrimonio y merece un respeto. Al menos, el Consell plantea una dotación justa para los tiempos que corren. Y muestra cierta sensibilidad. Hasta ahora. También lo hago como modesta voz social, la misma que merece disponer de un museo en condiciones dignas y un nuevo y valioso espacio de concordia, conocimiento, didáctica generacional y reafirmación cultural y turística. Que ya es.

Nadie del Ministerio de Cultura ni tampoco de recientes gobiernos autonómicos dijo en su día nada. Ya no sólo con respecto a los problemas de mantenimiento, ausencia de promoción, nuevos fondos, manipulación de sus colecciones... 

Menos aún, por ejemplo, del capricho político que llevó a desmontar parte del discurso expositivo en torno al XVIII para dedicar un espacio a Sorolla, sin mucho sentido formal, aunque con obras prestadas por coleccionistas privados que han terminado volviendo a sus manos con un interesante valor añadido.

Las cosas claras, queridos

Así que, al igual que otras veces, vuelvo a reclamar que visto el “interés” formal y real del Gobierno central por el museo, como así han demostrado durante décadas, lo mejor sería que nos cedieran definitivamente su propiedad. Y si no, gestos. Esto es, que se mojen económicamente o acerquen decenas de joyas pictóricas y escultóricas que almacenan dependencias administrativas y se exhiben como simples objetos decorativos en despachos e inmuebles públicos. O que desvíen obras de los propios almacenes del Prado donde se conservan miles de piezas que probablemente jamás verán la luz. Incluso de Patrimonio Nacional. ¿No son también nuestras? ¿No es suyo? Con este simple gesto se redoblaría el interés artístico de nuestro museo y se constataría cierto interés político. Ya no sería museo local, como manifiestan y cuestionan sorprendidos por la valencianización de su recorrido.

Tampoco estaría nada mal que cedieran exposiciones con fecha de caducidad y que nunca salen de Madrid. Perfectamente tendrían extensión en Valencia. Es fácil. Si hay interés, claro. Así que, menos demagogia y más hechos. Menos promoción del Museo Sorolla sin más desde Madrid y más acercar al Sorolla que nos enseñan en lata y  hemos abonado con creces.

Por cierto, el San Pío V siempre ha sido un museo de arte valenciano. Sus colecciones lo son. Es archivo artístico de la Desamortización y, al mismo tiempo, depósito de los fondos de la Academia de San Carlos y almacén de colecciones donadas por familias y coleccionistas privados valencianos. Por tanto, todo lo demás, sobra. Que no reclamen. En todos estos años no nos han dado apenas nada, salvo indiferencia y migajas. Ellos sólo quieren manejarlo a su antojo. Pero es nuestro.

Por lo visto, a muchos les falta memoria, pero sobre todo ciertas dosis de rigor. O un buen fondo histórico-periodístico-documental para refrescar pasado. Todo está en las hemerotecas. Y a mí, por suerte, no me engañarán. Aún conservo memoria. Aunque desconozca su duración. Cercle Obert seguro que la mantendrá en activo pese a su lógica decepción y cansancio. 

¡Lo que ha costado, compañeros!

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