VALÈNCIA. Indra (IDR) anunció este martes tras el cierre de la jornada bursátil sus resultados correspondientes al primer trimestre, cuyo beneficio se más que triplicó al totalizar los 22,3 millones de euros frente a los seis millones obtenidos entre enero y marzo de 2020. Pero la cosa no quedó ahí porque la cartera de pedidos de la tecnológica alcanzó un máximo histórico de 5.322 millones al repuntar un 10,9%. Por su parte, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) aumentó un 25%, hasta situarse en 63 millones.
Fernando Abril-Martorell, presidente ejecutivo de Indra, destacó en un comunicado que "todos los apartados de las cuentas mejoran" y señaló a la mayor rentabilidad -por la mejora de los márgenes por contención del coste- como causa del crecimiento de los beneficios. Además, la deuda neta de Indra descendió en más de cien millones cerrando el trimestre en 503 millones.
Asimismo, Abril-Martorell señaló que aún hay algunos problemas derivados de la pandemia como las "restricciones de actividad" que "continúan produciendo retrasos importantes"; mientras destacó que pese a volver a niveles prepandemia, la crisis no está totalmente superada y continúa generando "incertidumbre y complejidad en la gestión". Y no le falta razón al respecto al primer ejecutivo de la compañía.
Unos resultados que llegan en pleno ascenso de IDR en bolsa, que ya comentaba hace casi un mes Miguel Momobela, analista de XTB, en Valencia Plaza. "El precio ha seguido una evolución favorable en los últimos 6 meses, observándose desde principios de enero un canal ascendente marcado por máximos y mínimos crecientes. Tras frenar la subida en el nivel de 7,965, el precio actualmente oscila en 7,60 euros, teniendo como referencias el soporte en 7,43 euros (en caso de que la caída se intensifique) y la resistencia en 7,695 euros". Una resistencia superada este pasado lunes.
Por su parte, Indra era una de las cuatro compañías integrada en la cartera de bolsa que Ignacio Cantos, director de ATL Capital, recomendaba a los lectores de este diario el pasado 19 de abril. "Después de un complicado 2020, tanto en el plano bursátil como en el operativo afronta 2021 como un año de expansión por la iniciativas puestas en práctica en el año de la pandemia; además se beneficiará de los impulsos procíclicos que deberían cristalizar en 2022 y 2023, dando origen a un 'ciclo virtuoso' en los resultados que debería reflejarse en los próximos años". Y las cuentas del primer trimestre del ejercicio en curso van en esa línea y todavía no recogen los ingresos del nuevo avión de combate europeo, "que será su proyecto estrella" como advertía Cantos.
Las acciones de IDR echaron el cierre este martes en los 7,85 euros tras subir un 0,71%, lo que elevó su revalorización anual hasta el 12,46%. De este modo ha enjugado ya más de un tercio del 31,43% perdido en 2020. El tono alcista ha elevado su capitalización hasta rozar los 1.387 millones de euros. Pese a ello continúa siendo la cotizada del Ibex 35 con un valor más bajo. Por encima tiene a Meliá Hotels y PharmaMar, con 1.533 y 1.704 millones de euros respectivamente.
Todo ello mientras la cotizada madrileña sigue teniendo en su capital a dos bajistas con nombre y apellidos. Se trata de Inmmersion Capital, que ostenta una participación del 1,80% desde el pasado 1 de febrero; y Fosse Capital Partners, con un 0,70% que se remonta a diciembre de 2019, tal y como lo ha constatado Valencia Plaza de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).