VALÈNCIA. Importaco, compañía valenciana especializada en frutos secos y bebidas naturales, se ha fijado el objetivo de crecer en el negocio de la alimentación a través de la especialización de sus productos. Un reto que con el que busca integrar las expectativas del cliente a lo largo de toda la cadena de valor para lograr así que los procesos estén orientados a la satisfacción de sus necesidades. Pero, además, la firma persigue crecer en el mercado internacional, en el que ya cuenta con una importante presencia en diferentes países.
Fundada en 1940 por el empresario Francisco Pons Martí, la compañía, con sede en la localidad valenciana de Beniparrell, desarrolla su actividad en los negocios de alimentación a través de la comercialización de frutas desecadas, snacks y semillas y frutos secos. Además, es proveedor de Mercadona y cuenta con negocio de bebidas naturales bajo las marcas de agua mineral Agua de Cortes, Agua de Bronchales, AguaDoy, Font S’Aritja y Font des Teix.
Se trata, por tanto, de una de las insignias familiares más importantes del tejido industrial valenciano con ventas por valor de 584,5 millones de euros en 2019, un 8% más que en el ejercicio anterior. Este verano, además, compraba el 51% del capital de la firma italiana Besana con el objetivo de reforzar su especialización en productos naturales y consolidar el negocio internacional. Una operación que le permitió reforzar su posición competitiva en el mercado europeo, donde ya cuenta con presencia en Reino Unido, Italia, Bélgica, Alemania, Francia, Polonia, y los países escandinavos, con un equipo de 1.950 profesionales en 17 centros productivos.
Un gigante de la alimentación que, pese a sus resultados al alza, transita desde hace unos años un camino hacia la especialización para lograr mantener vivo ese crecimiento. Una apuesta clara por la diferenciación que la firma incluyó en su plan estratégico de 2019, con vigencia hasta 2021, y que también incide en otras cuestiones como la transformación digital o el avance en los compromisos de sostenibilidad. Con todo ello, Importaco aspira a crear una compañía con capacidad de avanzarse a las expectativas del cliente.
"El proceso de especialización ha sido natural y llevamos trabajando en él varios años. Gracias a la profesionalidad del equipo de Importaco, somos capaces de integrar en la cadena de valor lo que quieren nuestros clientes. Estoy convencido de que gracias a este modelo crearemos una compañía más ágil y capaz de generar un mayor conocimiento", explica Toño Pons, presidente de la firma.
Este modelo de especialización se concreta en programas globales, como el realizado con la almendra, en el que han integrado a un centenar de agricultores, una rompedora y una fábrica dedicada exclusivamente al procesado de este producto. Una labor similar llevan a cabo con las pipas de girasol y de calabaza, productos que se trabajan con agricultores de China y Argentina y para los que cuentan con una fábrica en su centro en Parc Sagunt, dedicado exclusivamente a estos productos. Otras fábricas especializadas son las de chocolates en Chella, snacks en Carlet y maíz para microondas en Beniparrell.
Desde la firma aseguran que su proceso hacia la especialización se ha producido de forma natural, porque se lleva trabajando varios años. "El consumidor demanda empresas más transparentes y capaces de anticipar sus necesidades. Solo conociendo lo que quiere el cliente y el consumidor, puedes anticiparte y satisfacerle. Cada vez estas demandas son más complejas. Por tanto, se necesita más experiencia y más conocimiento sobre el comportamiento del producto. Tendencias como la alimentación saludable, la sostenibilidad y la indulgencia van a marcar el desarrollo de la categoría", asegura Pons.
En 2020, Importaco ha invertido más de 10 millones de euros en proyectos relacionados con la especialización de los centros de producción. Estas inversiones han mejorado la capacidad técnica de los centros productivos, con unas instalaciones más conectadas y a la vanguardia en calidad y seguridad alimentaria.
La mayor inversión se acometió en la planta especializada en pipas en Parc Sagunt, con cerca de 4 millones de euros para la ampliación de la capacidad del centro. En concreto, el proyecto consistió en la instalación de tres nuevas líneas de producción que le permitirán elevar la capacidad de procesado y envasado de pipas de los 8 Mkg a los 17Mkg anuales.
Pero, además, la firma cuenta con 11 centros especializados por producto, entre los que destacan la fábrica de almendras situada en la Vall d’Alba (Castellón) o la de chocolates en Chella (Valencia). "Los pilares de nuestra especialización son una cadena de valor integrada donde prima la colaboración, un centro tecnológico al servicio del cliente, y fábricas conectadas con los más altos estándares en seguridad alimentaria, calidad y sostenibilidad", subraya el presidente de la compañía.
Por otro lado, su centro tecnológico se erige como una pieza angular de su negocio, a la vanguardia en conocimiento sobre innovación, calidad y seguridad alimentaria aplicada a los frutos secos. Este centro está al servicio de los clientes y consumidores a través de Modelos de Innovación Abierta que integran la exploración en nuevas tecnologías, la modelización para predecir el futuro del producto y el diseño basado en la neurociencia para integrar las expectativas del cliente. Con un equipo de más de 40 personas, desarrolla proyectos anuales de I+D+i en colaboración con centros como la Universidad Politécnica de Valencia, Universitat de València, AINIA o el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad alimentaria.
Precisamente, la innovación es uno de los cimientos que sustentan la compañía para generar conocimiento, un elemento fundamental para la especialización. En este sentido, los proyectos más importantes son los relativos a nuevas reformulaciones, mejoras de la conservación y el estudio del comportamiento de diferentes variedades.
También, dentro de su estrategia de especialización, tiene un peso importante la cadena de valor para lograr un producto con los más altos estándares en seguridad alimentaria, calidad y sostenibilidad. Así, Importaco cuenta con cuatro oficinas de compras en las zonas de cultivo de los productos, donde un equipo de más de 15 personas colabora con agricultores y proveedores en la implantación de modelos de producción responsable.
Participan, además, más de 300 agricultores, 50 proveedores y 100 profesionales de Importaco especializados en nutrición, tecnología de alimentos, abastecimiento e integración agrícola. Y todo ello con una firma apuesta: crecer progresivamente a la conquista del mercado de frutos secos.