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de siestas a insectos

Ideas de negocio que pueden parecer absurdas pero que funcionan

4/02/2019 - 

VALÈNCIA. La tendencia es a menospreciar la idea como factor determinante en el éxito de un proyecto empresarial pero la verdad es que, sin ella, tampoco empieza nada. De hecho hay algunos que han tenido suficiente con poner una idea en marcha para forrarse, más allá de que el proyecto avanzase luego o no. 

El ejemplo típico es el de la página del millón de dólares de Alex Tew. A este estudiante de 21 años se le ocurrió crear una página web con un millón de píxeles y convertir cada uno de ellos en espacio publicitario para otros tantos anunciantes, al precio de 1 dólar el pixel. La página se hizo viral y en cuatro meses el espacio se agotó. Había ganado un millón de dólares de golpe. A raíz de su éxito, en 2005, muchos otros comenzaron a vender publicidad por píxeles, pero ninguno alcanzó la fama y rentabilidad del original. La diferencia: que Tew llegó el primero.

El primer siestario en España

Algunos emprendedores entienden como ventaja competitiva el hecho de ser el primero en explorar un mercado todavía virgen, al menos a escala local. A esta creencia se aferra, por ejemplo, María Estrella Jorro de Inza, fundadora del primer siestario abierto en España.

Los expertos dicen que es suficiente con 20-30 minutos de sueño después de comer para que los empleados reanuden la jornada vespertina con mayor vitalidad. Esto, en China, lo llevan a rajatabla. Más de un emprendedor español que mantiene relaciones comerciales con el país asiático ha vuelto sorprendido tras visitar una fábrica y ver a miles de empleados echando a la vez una siesta de media hora encima de sus respectivos puestos de trabajo. “Dormían como niños”, dice Rubén González, masterfranquiciado de la firma deportiva Peak Sport.

Los argentinos se encargaron luego de sofisticar la idea y crearon lo que se conoce como power nap, que podría traducirse como siesta energética. Se trata de espacios específicos donde los clientes pagan por dormir un tiempo en un ambiente cómodo y relajado. Eso mismo es lo que ofrece ahora Jorro de Inza en Siesta & Go un local que se emplaza en la zona financiera de Madrid donde los ejecutivos pagan 4 euros por un descanso de 30 minutos y 6 euros por una hora.

El tirón de los micronichos

Otra opción para llamar la atención y asegurarte un clientela fiel es la de establecerte en un micronicho. Aquí la competencia es menor, pero también es donde suelen coincidir las ideas de negocio más estrambóticas dado que se orientan a un tipo de público muy específico. 

Es el caso de Anthouse. Se trata de una empresa surgida en Trebujena (Cádiz) que se dedica a la venta online de todo tipo de hormigas y accesorios para los amantes de la mirmecología. La matriz la tienen en lamarabunta.org, un foro de aficionados y entusiastas del mundo de las hormigas con más de 15 años de presencia en internet. 

Anthouse dispone de unas instalaciones desde donde fabrican y distribuyen todo lo relacionado con las hormigas, desde hormigueros de diseño como regalo hasta comida para su sustento. Aseguran que, antes de abrir en España, ya existía una corriente global con tiendas similares y foros de hormigas en casi todos los países del mundo. A juzgar por los cerca de 10 años que lleva funcionando la empresa, habrá que creerse que existen más enamorados de esta rama de la entomología de lo que suponíamos.

Y sin salir del mundo de los insectos nos encontramos con otra empresa Bioflytech, ésta emplazada en el Parque Científico de la Universidad de Alicante. Se trata de una empresa de Base Tecnológica especializada en la cría artificial controlada de insectos para su conversión en proteínas y grasas de alta calidad. Aquí sí hay que hablar de idea brillante y caso de éxito, sobre todo después de captar el interés de Moira Capital que participa en la compañía desde septiembre de 2018 con una inversión anunciada de 16 millones de euros. “Su objetivo es convertirla en una de las mayores compañías europeas de producción industrial de insectos. Se trata de la mayor apuesta llevada a cabo en este emergente sector en España”, puede leerse en la web del inversor.

Estrafalarios porque sí

Pero hay otros que con poner una nota discordante en un mercado tradicional tienen suficiente para llamar la atención. Por ejemplo, nadie hubiese reparado en la peluquería de Alberto Olmedo, en Aluche (Madrid), de no ser porque este estilista capilar utiliza sopletes y catanas para hacer los cortes de pelo.

Trasladar las emociones y necesidades humanas al mundo animal también da mucho de sí.  Aquí se encuentran ideas de negocio como la de doggles que se percató de que también los perros pueden padecer problemas en la vista y por ello se especializaron en hacer gafas para ellos. 

Y para los que siempre han soñado con tener una mascota pero se niegan a asumir los cuidados que requieren, al publicista Gary Dahl se le ocurrió crear la piedra mascota, la pet rock, con cuya venta ganó unos tres millones de dólares. Años después, le añadirían un cable USB para dotarla de un poco de vida pero sin que dejara de ser una mascota limpia y obediente. Vamos, que puestos a imaginar…

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