ALICANTE. "Tengo la sensación de que las enfermedades y trastornos mentales son un tema que ha entrado en el debate público como consecuencia de la pandemia". Cómo no introducirlo si el aislamiento forzoso, el coronavirus, las muertes masivas y la inestabilidad económica han zarandeado a la población y han multiplicado las secuelas psicológicas, consiguiendo poner bajo el foco la salud mental, como así considera el escritor vasco José Ignacio Carnero. Su última novela, Hombres que caminan solos, es precisamente un bufet libre de vivencias que conducen al personaje protagonista hasta la depresión: "Me interesaba hablar del aislamiento, la desorientación y el paréntesis que una persona con depresión sufre a lo largo de un año y de cómo durante ese tiempo trata de encontrar atajos, algún tipo de solución a lo que le está ocurriendo", esboza el autor.
El añadido de que el narrador sea un hombre permite retratar una cuestión adicional: la masculinidad frágil, "el silencio con el que se trata la enfermedad en nuestra sociedad y -creo- con más silencio en el caso de los hombres, porque todavía arrastramos una serie de comportamientos tradicionales dentro de los que están la invulnerabilidad y la fortaleza con la que el hombre se tiene que mostrar con los demás", explica el escritor. Por ello, aclara que "todos los personajes masculinos están tratados en clave de humor, porque son un poco patéticos y torpes en la gestión de lo emocional".
Esta historia es la que ahora arrastra a Carnero a un minitour por la Comunitat, presentando Hombres que caminan solos en la librería 'Ramón Llull', en Valencia, este jueves 8 de abril a las 18:00 horas y el viernes 9, a las 19:00 h, en '80 Mundos', en Alicante. Este retrato de la depresión y la masculinidad frágil crea un clima intimista que envuelve al lector o la lectora y busca "empatizar con la gente que haya vivido experiencias parecidas en sí mismas o en su entorno cercano; que se reconozca", señala.
La obra está escrita en una situación prepandémica, "cuando aún no era tan común hablar de las enfermedades mentales como lo es a consecuencia del coronavirus", establece, aunque opina que "la situación no es como hace años o décadas, sino que se ha avanzado muchísimo". Pese a ello, en algunos momentos de la novela se puede apreciar cómo el personaje principal sigue tabuizando o escondiendo ese "estado vital", como lo tilda Carnero, quien traslada que el protagonista "está experimentando un ataque a su autoestima".
Además de ser el creador de la novela, se vincula más todavía al asumir la narración: "la voz del narrador tiene muchísimo que ver conmigo; es el mismo que el de mi anterior novela, Ama, en la cual no escondía que yo, el hijo, hablaba de la vida de mi madre", resume. La diferencia entre la primera y esta segunda novela es una cierta distancia, pues el relato en primera persona no se ajusta a la realidad de manera estricta; "hay una mezcla de autobiografía y de ficción", apunta.
Si bien la autoría y la narración de Hombres que caminan solos son marca de Carnero, el sello bajo el que se publican es el de 'Literatura Random House', hecho que supone un cambio con respecto a Ama, que vio la luz con 'Caballo de Troya', que también pertenece a la casa 'Penguin'. Ante este salto, el escritor cuenta que siente "un poco de vértigo y alegría, aunque es todo un honor". Ambas obras insisten en el duelo, en temas sentimentales menos amables, un interés que Carnero asegura que es "universal, porque la literatura y la alegría no se llevan tan bien. Creo que el dolor es más fértil en lo que a la literatura se refiere y que los matices que se pueden sacar a este sentimiento son más ricos literariamente que los de la alegría o el enamoramiento".