VALÈNCIA. Los analistas del gigante bancario americano Morgan Stanley metieron la tijera el pasado lunes sobre la cotización de Grifols, al recortar su precio objetivo desde los 22 dólares por acción (poco más de 19 euros) hasta los 20 'billetes verdes' (algo más de 17 euros). Y ayer fueron sus colegas de la banca helvética UBS, que pasaron de verla en los 25 euros por título hasta los 18. Casi nada.
Y la respuesta de la farmacéutica catalana no se hizo esperar en bolsa: sufrió la mayor caída desde julio de 2014 al ceder un 5,37% -llegó a desplomarse bastante más durante la sesión- y, además, tamaño descenso vino acompañado de un volumen que más que triplicó su media diaria anual, según los datos de Infobolsa. Concretamente se intercambiaron de manos 2,16 millones de acciones frente a una media de 657.551 títulos.
Según los analistas de la entidad helvética, tal y como advierte Aitor Méndez de IG, los avances de otras fabricantes en relación con los denominados inhibidores FcRn podrían acabar suponiendo una caída de la facturación del 20% de la compañía catalana a partir del año 2021, ante el descenso de sus ventas de inmunoglobulina, que suponen en la actualidad en torno a un 50% de los ingresos del grupo.
Méndez señala en su análisis que con este movimiento, UBS se sitúa como la compañía más pesimista respecto a Grifols del consenso del mercado con el precio objetivo más bajo, que hasta la fecha se situaba en los 22,2 euros por acción; mientras recuerda que a los 'tijeretazos' de Morgan Stanley y UBS hay que sumarles los de Berenberg en septiembre -de 28,70 a 28,30 euros por acción- y JP Morgan -de 29 euros a 27- e Invest Securities -de 26 euros a 25-, ambos anunciados el pasado mes de julio.
Grifols ha pasado de marcar máximos históricos a finales de la primavera pasada -llegó a superar la zona de los 28 euros el 13 de junio- a entrar en 'números rojos', dado que teniendo en cuenta el desplome de ayer cede un 4,71%. De ahí que su capitalización bursátil haya mermado hasta los 9.839 millones de euros.
Ni que decir tiene que el mercado espera con impaciencia los resultados del tercer trimestre de la cotizada presidida por Víctor Grifols -fue precisamente la familia Grifols la que fundó esta empresa fabricante de hemoderivados-, con el fin de conocer ya no solo cómo le fue durante los nueve primeros meses del año sino, y más importante, saber sus proyecciones de futuro. Conviene recordar que en la primera parte del año presentó un beneficio neto de 319 millones de euros, es decir, un 14,8% más que entre enero y junio de 2017. Todo ello teniendo en cuenta la elevada exposición que tiene al dólar por aquello de su presencia en Estados Unidos.
Hace casi un mes, tal y como contó Valencia Plaza entonces, Grifols y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) firmaron un préstamo de 85 millones de euros para apoyar las inversiones de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) en la farmacéutica, centradas en el tratamiento de enfermedades crónicas y minoritarias. Con una financiación procedente del Plan de Inversiones para Europa, conocido como el 'Plan Juncker', el préstamo es de interés fijo, con vencimiento en 2028 y dos años de carencia.