ALICANTE. ¿Qué es Alicante? Sol, playas, turismo, gastronomía, juguetes, industria... Alicante es tanto que su resumen podría sintetizarse en no tener resumen. Y si palabras para la ciudad y su provincia no faltan, ejemplos reales y nombres propios que definan su esencia tampoco se quedan cortos. ¿Cómo se explicaría la vida que ha llevado este territorio de la Comunidad Valenciana en los dos últimos siglos? El resultado sería casi idéntico a 40 visiones y versiones de Alicante y provincia, una exposición organizada por el Museo Comercial de Alicante y provincia (en la cual colabora la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante [AEFA]) que desde el jueves, 27 de junio, hasta el 14 de octubre habitará la Sala Aifos de la Universidad de Alicante (UA). Una muestra que pretende realizar un recorrido por las actividades y productos típicos y característicos de Alicante y la provincia desde el siglo XIX hasta la actualidad, donde se puede apreciar "todo ese tejido productivo y diverso de Alicante industrial", apunta Verónica Quiles quien, junto a David Beltrá, se ha encargado de comisariar la exposición. La muestra cuenta con 40 objetos relacionados con los sectores que mejor reflejan la personalidad alicantina, ya que "todo lo que aquí se presenta está realizado en Alicante y provincia", subraya Quiles.
Esta exposición nace dentro de las actividades organizadas por la Universidad para celebrar su 40 aniversario, motivo por el cual se ubica en la UA, debido a que "estamos poniendo en valor todo el proceso de evolución e innovación que existe en las industrias", explica la comisaria. Una selección de 300 piezas, de las cuales se resaltan 40, que "hemos dividido en doce paneles con sus doce vitrinas, donde iniciamos el recorrido histórico desde Alicante, espejo de una provincia, con la cerveza Nebli, como representante de la industria cervecera alicantina", comenta, "a la cual sigue otra sección denominada La casa de la primavera, donde se pone en valor el turismo de la Costa Blanca con los primeros balnearios y el tren botijo, que favorecieron la llegada de turistas, principalmente del centro de España y del norte de Europa. Es por ello que hemos querido destacar la etiqueta del Hotel Palace de Alicante, que data de la época de 1950", explica la comisaria.
El recorrido, el cual camina a través de 40 actividades productivas del territorio, continúa acentuando la parte más casera de Alicante, en sus secciones Construyendo Hogares y Creando Hogares, dos paneles distintos que desembocan en una misma vitrina para enlazar ambos conceptos. En el primero se resaltan las materias empleadas en la construcción, como son "la industria del cemento, con la empresa El Calamar, en San Vicente del Raspeig; la cerámica y las persianas de Sax; o el mobiliario de Castalla, Benisa o Aspe", enumera Quiles. Al hilo de estos hogares, el siguiente panel aglutina "aquellos objetos que nos acompañan en nuestra vida diaria, como las cerámicas artesanales, con los botijos de Agost o la cerámica vidriada de Biar; la mimbre y cestería, una manufactura concentrada en la Marina Alta, por ejemplo, en Gata de Gorgos; y los jabones, en el Vinalopó, concretamente en Monóvar", repasa.
Después de un recorrido introductorio por el Alicante más turístico y constructor, resulta esencial dedicar parte de la muestra a la gastronomía, "que es el cuerpo central de la exposición, la cual está dividida en cinco espacios: Mesa y mantel, Tierra de contrastes, dos zonas dedicadas a Denominaciones de origen y La despensa alicantina", resume la comisaria. Profundizando un poco en cada uno, en Mesa y mantel se pone el foco sobre "tres ingredientes importantes en los arroces alicantinos: el arroz, la pesca y el azafrán, especias y condimento. Por su parte, en Tierra de contrastes hemos jugado con el aceite y la sal, esta última representada por las Salinas de Torrevieja, las Salinas de Bonmatí de Santa Pola o el Cabezo de la Sal de Pinoso", explica.
En el turno de las Denominaciones de origen, la comisaria desvela que el primer panel incluye "los helados, que nos acompañan desde el siglo XIX en Ibi; el chocolate, el cual lleva la marca de Villajoyosa; y el café, porque aunque no lo cultivamos sí lo integramos, por ejemplo, en el café licor, una bebida con denominación alicantina". Un producto que enlaza con la segunda parte del sello propio, en el que se pueden apreciar "las bebidas espirituosas, que son, además del licor café, el herbero, el cantueso y el anís; los vinos, como el Monastrell, Malvasía o Moscatel; y el turrón, típico de Alicante y Jijona", recuerda. Y nombra las frutas que se encuentran también en este panel: "Las cerezas de la montaña de Alicante, la uva del Vinalopó, los nísperos de Callosa d'en Sarrià y la granada mollar de Elche. Aquí hemos añadido también las naranjas y los limones, cítricos que no son un producto de Alicante, pero sí de la Comunidad Valenciana". Para finalizar el amplio apartado gastronómico, La despensa alicantina incluye "productos gastronómicos que no son denominación de origen pero que van por el camino, por ejemplo, la ñora de Guardamar, las alcachofas de la Vega Baja, los tomates de Muchamiel o la breva de Albatera", detalla la miembro del Museo Comercial.
Una numerosa gama de productos que han seleccionado sus comisarios en lo que ha resultado "un ejercicio difícil", según tilda Quiles, debido a la alta cantidad de objetos entre los que escoger. Y es que la exposición no finaliza abriendo el apetito a sus visitantes, sino que también refleja la ilusión de la provincia a través de una vitrina dedicada a los juguetes, Los Reyes Magos del Levante, donde se muestra cómo la crisis que se creó en torno a una plaga en el vino originó esta industria: "Fue un hito muy importante para la ciudad de Denia, a principios del siglo XX, con sus juguetes de madera y también en la fabricación de juguetes de metal en Ibi y de las muñecas Famosa en Onil", expone. Pero si esta industria se manifiesta de forma relevante, en el Alto, Medio y Bajo Vinalopó late la del calzado, "un apartado llamado Pisando fuerte, el cual se recrea en Villena, con el calzado infantil; Elda, Monóvar y Pinoso, con el de señora y caballero; y Elche, con las alpargatas y, posteriormente, con el calzado deportivo. Además de la industria auxiliar y complementaria de las hormas, pieles, patrones y curtidos", comenta la comisaria. Como punto final del recorrido se encuentra "un apartado más melancólico, el cual está ya muy desaparecido, que es Alcoy industrial, un lugar que tenía todas las papeletas para haber sido la capital -solo le faltaba el puerto-, porque en el siglo XIX era la ciudad más próspera, con numerosas fábricas de desarrollo textil, de papel de fumar, cartonaje, fósforos y fundiciones", concluye Quiles