encuentro de expertos sobre la gestión de los residuos alimentarios

ForoAP Desperdicio alimentario y reciclaje, el desafío de la economía circular

22/12/2019 - 

ALICANTE. Tras la crisis económica mundial que empezó en 2008, la sociedad de consumo de usar y tirar promovida en las últimas décadas del anterior milenio y acelerada por la globalización, ha dado paso a otra cultura más focalizada el reciclaje, impulsada por unas nuevas generaciones más preocupadas por el medioambiente que por lucir marca. De este modo, empresas e instituciones han puesto en marcha medidas en pro de minimizar el volumen de sus residuos a la vez que velan por la sostenibilidad del medioambiente donde habitan. Con el fin de conocer de primera mano este tipo de actuaciones en el ámbito provincial, Alicante Plaza reunió a directivos de empresas, instituciones y patronal hostelera con el fin de que expusieran sus líneas de actuación expresaran las dificultades que encuentran para ello y sugirieran medidas para afrontar los retos del futuro en pro de la economía circular.

La gestión de los residuos que la sociedad genera es una de las principales preocupaciones de la sociedad de consumo de hoy día, dado el alto nivel de impacto medioambiental que produce una mala o nula gestión. Conscientes de ello, Dolores Mejía, directora general de Mercalicante, señaló las líneas de actuación que están llevando a cabo con el fin de evitar el desperdicio de alimentos: “Nuestro objetivo es llegar al vertido 0, y para ello tenemos un convenio con el Banco de Alimentos al que donamos los alimentos aptos para el consumo. Los no aptos para humanos pero sí para animales los entregamos a distintas ganaderías con las que colaboramos, y los excedentes son utilizados por empresas innovadoras en gestión de residuos que los usan para elaborar otros productos como zumos o harinas. Los productos no orgánicos pasan por un sistema de gestión de residuos de separación. De este modo, los residuos que van finalmente al vertedero son mínimos”.

Por su parte, Sonia Blázquez, de Ecocampus de la Universidad de Alicante, comentó cómo la UA gestiona sus residuos bajo la visión de un pequeño municipio que genera 800 toneladas al año. Con 28.000 personas trabajando y estudiando en el campus, Blázquez comentó que “realizamos una minuciosa segregación de los residuos que se derivan a la planta de Jijona. También hemos añadido un quinto contenedor destinado a compostaje, y nuestro objetivo es poder cerrar el ciclo dentro de la UA, reutilizando los residuos sin necesidad de desplazarnos a Jijona”.

La gestión de los recursos orgánicos por parte del sector de la hostelería fue el siguiente punto de estudio. Emi Ortíz, gerente de APEHA, y Yolanda Cuña, directora de explotación de Port Hotels, expusieron la dificultad en la donación del excedente de comida elaborada por motivos de seguridad alimentaria, por lo que optan por el reparto entre los empleados. Con el fin de tirar el mínimo de alimentos, ambos colectivos colaboran con asociaciones sin ánimo de lucro como Cáritas o Cruz Roja en la donación de excedentes, y Yolanda Cuña comentó cómo los hoteles asociados a Hosbec “tienen a su disposición una guía para aprovechar y no desperdiciar el máximo de alimentos, pues hay algunos difíciles de donar por motivos de seguridad alimentaria y con Sanidad llevamos a cabo un protocolo de trazabilidad. Los deshechos no orgánicos los tratamos con Ecoembes o Ecovidrio con el fin de no generar un gasto extra en su tratamiento”.

La gestión de los plásticos, de gran volumen y muy polémicos por su alto impacto en los ecosistemas marinos, es uno de los caballos de batalla del sector hotelero. En este punto, Cuña comentó las medidas que ya se están implantando en los hoteles alicantinos: “El principal escollo es el alto precio de los desechables fabricado por materiales eco, por lo que trabajamos en eliminar el plástico lo máximo posible. De este modo, vamos a proponer la compra del menaje que el cliente vaya a utilizar durante su estancia, retirar todas las pajitas en 2020 y ofrecer los regalitos de aseo en papel reciclable. También rellenar los botes de gel y champú, en definitiva, lo que está en nuestra mano”.

Por su parte, Luis Consuegra, director provincial de Relaciones Externas de Mercadona, comentó sobre el desperdicio alimentario que es un problema trasversal de responsabilidad de todos los que forman la cadena agroalimentaria hasta el consumidor. Indicando que una de las principales causas del desperdicio en la distribución es pedir más de lo que se vende provocando excedentes. Para corregir esta cuestión indicó que desde el Departamento Informático de Mercadona han diseñado una herramienta con la que desde la tienda ven en tiempo real la venta de cada producto, muestra como prioritarios los productos que llevan más tiempo en la tienda y un sistema de alertas avisa, si ven que falta o sobra género, se introduce la información y la causa para futuros pedidos. La herramienta les proporciona un histórico de venta fiable y le informa de los datos para que el pedido se ajuste a la venta real. Además las tiendas y almacenes están conectados por radiofrecuencia para saber la venta real de cada día y ajustar mejor los pedidos. Finalmente si un producto no se vende y es apto para el consumo, lo donan a comedores sociales y otras entidades, el pasado 2018 colaboraron con más de 170 comedores y 60 bancos de alimentos de toda España, entre ellos los dos comedores sociales de Alicante, uno de San Gabriel y otro en el Pla, y el Banco de Alimentos de la provincia.  

Una vez expuestas las medidas emprendidas, con el fin de llegar a la raíz del problema, los asistentes al encuentro coincidieron en la necesidad de incidir en la concienciación de los ciudadanos en el consumo responsable y el reciclaje por parte de la administración. Dolores Mejía incidió la necesidad de aplicar medidas de legislación que faciliten la donación de alimentos procesados en pro de la seguridad alimentaria, “medidas ya implantadas en otros países europeos que determinan las donaciones de forma correcta con trazabilidad, cumpliendo con la seguridad alimentaria”. Concienciación y legislación, un tándem necesario en pro de la economía circular, objetivo que demanda la sociedad del siglo XXI.

Los plásticos: objetivo cero

Sin embargo, el plástico y su reciclaje es uno de los principales retos al que se enfrenta el consumo responsable. ¿Qué hacer cuando la seguridad alimentaria pasa por el uso de embalajes plásticos?  Al respecto, Luis Consuegra explicó las algunas medidas que Mercadona está realizando, como que “desde 2018 hemos eliminado las bolsas de un sólo uso, ahora son de papel, cestas de rafia o bolsas con un 50-70% de plástico reciclado, y en estos momentos estamos haciendo pruebas en algunas tiendas con un tipo de bolsas reutilizables y de material compostable para la sección de frutas y verduras”. Consuegra señaló que el plástico es un material de gran utilidad para proteger y conservar los productos además de facilitar su transporte, tiene ventajas como su bajo coste, es ligero y reciclable, por lo que no hay que desecharlo, sino “hacer porque una vez usado vuelva a entrar en el canal de la economía circular para su reutilización y evitar que acabe abandonado en el medio ambiente”.

En cuanto al sector de la hostelería, Yolanda Cuña comentó que el reciclaje de envases de plástico choca con la legislación, ya que por motivos de seguridad alimentaria no se pueden reciclar determinados envases, lo que termina por constituir el principal residuo de los establecimientos en volumen. Como alternativa al problema, Emi Ortiz indicó cómo se empiezan a proponer alternativas en eventos internacionales del sector, como FITUR: “Se utilizan materiales alternativos en los envases, como la madera o el bambú, que son más caros pero más sostenibles. Se debe dar ejemplo en estos eventos para que cale en las empresas”.

También las instituciones, como la Universidad de Alicante, está emprendiendo actuaciones en esta línea. Sonia Blázquez expuso que “la primera estrategia de nuestro Plan de Responsabilidad Social aprobado en 2018 es la de alcanzar un volumen cero en residuos de plástico. Para ello hemos retirado las tazas de plástico en las máquinas de café, puesto filtros de carbono en las fuentes para que el usuario pueda rellenar sus botellines de agua, y en las licitaciones se incluyen criterios que cumplan con estos usos”.

Reciclaje a buen término

Una vez debatidas las diferentes actuaciones en materia de reciclaje en la cadena alimentaria, se planteó el reciclaje y tratamiento de residuos en su último destino: las plantas de residuos especializadas. Dolores Mejía incidió en la necesidad de innovar al respecto, pues “al igual que la sociedad está haciendo un esfuerzo en cambiar sus hábitos y aplicar medidas en materia de reciclaje, las empresas deben cambiar e innovar en el tratamiento de los residuos”.

Por su parte, Yolanda Cuña señaló cómo hay disparidad en la recogida de residuos entre los municipios de Alicante, pues “en Calp, por ejemplo, veo cómo diferentes camiones recogen la basura según su naturaleza, mientras que en otros municipios es el mismo camión el que lo hace: plástico, cartón y orgánico, todo al mismo. Se deberían unificar los criterios y que todos los municipios lo hicieran de igual forma”.

Miquel González, director de Alicante Plaza, ahondó en la falta de transparencia en el procesamiento de los residuos, pues “ante la duda de que las empresas lo hagan bien o no, debe haber mayor transperencia por su parte. A un ayuntamiento le interesa que este proceso sea lo más sostenible posible y mostrarlo así a sus visitantes extranjeros, muy concienciados con el cuidado del medioambiente”.

Como balance del encuentro, los asistentes coincidieron en la necesidad de ir adaptándose a un nuevo modelo de gestión de residuos en pro del mayor aprovechamiento de los recursos, tal como dicta la economía circular. Ello pasaría por la necesaria colaboración de las administraciones, las empresas y el ciudadano. Además de un apoyo institucional en la potenciación de campañas de concienciación ciudadana.

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