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análisis

Europa no está preparada para una victoria de Donald Trump

El economista de Saxo Bank advierte sobre una nueva guerra comercial entre las grandes potencias -siendo Europa la gran perdedora- caso de que gane Trump

3/11/2016 - 

MADRID. Para los europeos, una victoria de Trump contribuirá a un enfriamiento significativo en las relaciones transatlánticas y generará menos participación de Estados Unidos en asuntos exteriores, como durante el período de entreguerras. Para los europeos, y especialmente para los países de Europa central y oriental que dependen de Estados Unidos para su protección contra Rusia, significaría un cambio de alianza completo en el peor período de la historia, debido al aumento del riesgo geopolítico en las fronteras de Europa.

Donald Trump incrementaría los derechos de aduana para los productos importados de China, lo que desencadenaría una medida de represalia similar de Pekín contra los productos estadounidenses y tendría importantes implicaciones globales. 

El período actual, que es un mercado por devaluaciones competitivas, lento crecimiento económico y baja inflación, es una reminiscencia de los años treinta. Los conceptos erróneos históricos y económicos obvios de Donald Trump causarían una nueva guerra comercial entre las grandes potencias, especialmente Estados Unidos y China. Europa sería sin duda uno de los principales perdedores porque es el único que se apega estrictamente a las reglas del libre comercio.

Trump no es un payaso sino un reflejo de la ansiedad de los estadounidenses con respecto al proceso de globalización, la inmigración y la complejidad del mundo. Exactamente los mismos temores existen en Europa. Una victoria para Trump sería una señal poderosa enviada a los partidos anti-sistema en Europa y la prueba de que son capaces de gobernar.

La retórica antimusulmana de Trump es quizá el mayor obstáculo hacia la paz en Oriente Medio, y su triunfo podría dar a ISIS y Al-Qaeda el impulso que necesitan para revivir sus organizaciones y volver a enfocar la atención en EE.UU. como su enemigo número uno.

Christopher Dembik es economista de Saxo Bank

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