MADRID. Febrero fue sido un mes positivo para los índices de renta variable. En Europa las revalorizaciones fueron superiores al 4% en el caso del Eurostoxx 50; mientras que el principal índice americano junto con el índice Japonés registraron subidas del 3% (datos en divisa local). Tras el buen comportamiento de los mercados emergentes del mes anterior, éste sólo se revalorizó un 0,9% por la debilidad de Brasil e India entre otros. En los mercados de deuda, también tuvimos un mes positivo donde destacó el buen comportamiento de la renta fija convertible y High Yield (en divisa cubierta); mientras que el principal índice de renta fija emergente en divisa cubierta logró revalorizarse un 0,8%.
Durante el mes pasado conocimos tanto las actas de la Fed como del BCE. Por parte de la Fed, muestran como el foco de atención que antes estaba en la subida de tipos, ahora se centra en el tamaño del balance. El debate se encuentra en qué momento del año anuncian que ya no seguirán reduciendo balance, lo que significará el fin del proceso de normalización. Por su parte, las actas del BCE confirmaronn el análisis del uso de nuevas subastas de liquidez, para compensar la debilidad de los últimos datos y evitar que la desaceleración se acreciente.
A nivel macroeconómico, los indicadores adelantados se mantienen mostrando expansión, principalmente en el apartado de servicios tanto en EE UU como en Europa y en nuestros indicadores de recesión ha habido una mejora notable de los diferenciales de crédito.
Desde el punto de vista corporativo, a pesar de que los resultados reportados para el último trimestre de 2018 están sorprendiendo al alza, estamos viendo una reducción de las expectativas para los resultados de 2019, lo que unido a las subidas de las cotizaciones nos invita a ser prudentes.
Con todo ello, ajustamos de forma táctica nuestro posicionamiento en renta variable, con el objetivo de rebalancear las carteras, así como de recoger parte de las ganancias obtenidas durante los primeros meses del año.
El movimiento de rebalanceo consiste en equilibrar las carteras al nivel de riesgo en función de la situación de los mercados. Si se producen fluctuaciones a la baja, el rebalanceo consistirá en incrementar los activos de riesgo para recuperar exposición y aprovechar el atractivo de las valoraciones como hemos realizado en meses anteriores. Al contrario, como es el caso de esta primera parte del año, reducimos nuestro posicionamiento en activos de riesgo, como recogida de beneficios y reducción del exceso de exposición.